COVID-19: la necesidad de una nueva TV

COVID-19: la necesidad de una nueva TV

Por: Javier Paredes | 14.04.2020
Es hora de imaginar otro modo de organizar la televisión. Tanto el Consejo Nacional de TV (instancia reguladora del “correcto funcionamiento del sistema”, de rango constitucional) como el directorio de TVN (estación pública, única de cobertura realmente nacional) tienen un diseño totalmente propio del “sistema binominal”, designados por acuerdo político en el Senado a propuesta presidencial.

La pandemia nos interpela como humanidad. Cobran mayor fuerza los valores, anunciados por el 18-O y el 8-M: el ámbito doméstico, el trabajo en casa, el proceso educativo, la salud y los servicios públicos en general de pronto están al centro de toda conversación. Al revés, queda descubierto el viejo -cincuenta años en Chile, como dice Carlos Ruiz- rostro del neoliberalismo y sus oficios: el mercado financiero, la especulación, las ocupaciones parasitarias del trabajo ajeno, los mezquinos intereses detrás de las privatizaciones. Una mirada en favor de los cuidados y la vida, se opone a otra capaz de sacrificar la vida ajena por ventajas económicas.

Queda también en evidencia lo ineficaz que resulta este diseño institucional para dar respuestas más contundentes, como las que se requiere ante las presentes amenazas. Los modos en que algunas autoridades políticas van reaccionando para enfrentar el nuevo virus a nivel mundial y local, refuerzan los enormes peligros que acarrea un poder político concentrado, con baja consideración de puntos de vista diversos y con restricciones -fácticas e institucionales- a la deliberación. La privatización de la salud, la debilidad del sistema público a causa de su sistemático abandono -que al día de hoy mantienen a todo su personal en riesgo-, nos ponen en camino al colapso del sistema sanitario. Mirar, pensar, sentir y actuar en colectivo es un imperativo de la propia continuidad de la vida humana.

Es necesario repensar nuestra convivencia y abrir espacio a las miradas cuyo valor social debiera, a su vez, quedar totalmente restituido.

Los medios de comunicación también debieran ser sometidos a este nuevo examen.

Televisión y Pandemia

En este ámbito también ha resurgido una mirada que releva lo público. En específico, la idea de que los medios de comunicación debieran orientarse a la ampliación de la deliberación institucional -y la superación de la restricciones de la racionalidad “legal”- a través del debate público; a la producción de información verídica y útil a la ciudadanía; y que pueden desempeñar, o no, un rol activo en el proceso educativo. Las preocupaciones de trabajadores de distintos medios de comunicación respecto de las presiones ejercidas hacia los directorios de los medios y la verticalidad de éstos respecto de sus trabajadores y la precarización laboral de estos últimos[1], sugieren, a su vez, que esto sólo es realizable bajo un régimen sustantivamente democrático a escala institucional, en el sistema de medios y dentro de los mismos.

En este sentido, surgen preguntas en torno a la televisión, con conceptos que desechan los utilizados las décadas anteriores. El “traje comercial” desde el cual se entendió el ejercicio de la TV -ese que resume su actividad como el equilibrio entre la captura de audiencias y avisajes publicitarios-, de pronto pasó a quinto plano y la educación adquiere un rol preponderante por sobre el “entretenimiento”.

El reinicio del año académico supone un retraso de dos meses como mínimo. Bajo esta planificación, el Ministerio de Educación ya estableció la incorporación de un “segmento educativo” para hacer “aprendizaje a distancia” en el matinal de la estación pública, TVN. Por su parte un conjunto de diputados y senadores de oposición escribieron tanto al Consejo Nacional de Televisión como al presidente de Anatel y los respectivos presidentes de los directorios de los canales de alcance nacional con el objeto de solicitar, también, la incorporación de contenidos educativos. El Colegio de Periodistas a través de una carta abierta pidió “una televisión educativa, cultural, con enfoque en los derechos humanos y género” y el Colegio de Profesores pidió al menos una hora educativa al día de todos y cada uno de los canales de TV.

Buenas razones hay para cargar responsabilidad sobre la televisión. Chile pasó de tener 1.9 televisores por hogar en 1993 a 2.5 en 2017; hay 7 estaciones televisivas de alcance nacional a través de la TV abierta; y en promedio el consumo televisivo estaría alrededor de las 2,23 horas diarias[2] al mismo año.  Es de esperar que en situación de cuarentena, ese número suba.

La TV es, además, el principal medio a través del cual la ciudadanía se informa (85%), luego está internet, con un 33%; la radio con un 29%; 21% TV pagada; y 15% diarios. La necesidad de información está más vigente que nunca en situación de pandemia.

Y desde 2011 se ha venido agudizando un descontento respecto de los sectores sociales que logran una cabida en la TV y cómo éstos se representan. Hay un juicio crítico respecto de cómo se favorecería a autoridades estatales en general, en desmedro de otras como intelectuales, artistas, indígenas, jóvenes etc.

Nuevas regulaciones: nuevas alianzas

Es hora de imaginar otro modo de organizar la televisión. Tanto el Consejo Nacional de TV (instancia reguladora del “correcto funcionamiento del sistema”, de rango constitucional) como el directorio de TVN (estación pública, única de cobertura realmente nacional) tienen un diseño totalmente propio del “sistema binominal”, designados por acuerdo político en el Senado a propuesta presidencial.

Intuyo que una televisión que se acoja a las necesidades ciudadanas y abrir la televisión, supondrá a su vez abrir dichos directorios a participación de actores de la sociedad civil. Quizás sea hora de que las universidades públicas, Colegios Profesionales, y nuevas formas de organización en la sociedad civil configuren un modo de hacerse presentes en este ámbito. Puede llegar a ser una necesidad de vida o muerte.

[1] Claudia Lagos, La Media Crisis; Revista 93 n° 21, Defensoría Penal Pública

[2] Resumen Histórico: Encuesta Nacional de Televisión, 20 años