Ashley Lawrence es una joven estudiante de 21 años de la Universidad de Kentucky, que decidió ser un aporte real en tiempos de emergencia sanitaria, motivo por el que se dio a la tarea de crear, junto a su mamá, mascarillas que permiten ver la boca y leer los labios gracias al material transparente al centro cuyo propósito es ayudar a la comunidad sorda o con problemas de audición a mantenerse comunicada.

“Modifiqué el modelo para adaptarlo a aquellos que leen los labios o que, durante la comunicación con el lenguaje de señas, confían en las expresiones faciales para comprender los significados y las intenciones", comentó en una entrevista sobre su noble emprendimiento.

"Las expresiones faciales son parte de la gramática del lenguaje de signos, así como el labio. Se pierde información si no se puede ver la cara “, agrega Aschley, quien ha iniciado una campaña de financiamiento colectivo para recolectar fondos que le permitan adquirir más insumos para sostener esta iniciativa.

La intención de Lawrence, quien acumula decenas de pedidos, es enviar estas mascarillas de forma gratuita a quienes realmente las necesiten.

Respecto de su confección, Ashley publicó en Internet un documento con las especificaciones y el proceso específico de la elaboración de las mascarillas, para quien las requiera y desee conocer más acerca de su eficacia.