Denuncian a carabineros por torturas: Mujer embarazada habría abortado luego de ser golpeada y humillada por funcionarios en Villa Francia
Fue el Día del joven combatiente, el 29 de marzo, en la popular Villa Francia, cuando Valentina fue detenida violentamente por un grupo de Fuerzas Especiales mientras caminaba rumbo a su hogar. Le faltaban apenas 20 metros para llegar a su casa. Fue en ese trayecto que uno de los uniformados se abalanzó sobre ella y le pegó una patada en la espalda. Valentina cayó al suelo y luego la subieron con fuerza a un carro policial, pese a que la mujer de 21 años les advierte, al momento de su detención, que estaba embarazada.
Valentina al momento de su detención tenía alrededor de seis semanas de embarazo. Sólo su círculo familiar más cercano, sabía que estaba en un proceso de gestación no planificado. Pese a la incertidumbre que le deparaba el futuro, ella no se amilanó y siguió trabajando en un call center y los fines de semana como vendedora part-time en Ripley.
–Ella es una chica normal, una pobladora común y corriente, que tenía dos trabajos para sobrevivir. Vive con su padre que trabaja en la construcción y su hermana. Es una familia sin medios económicos. Pobres. Y ella se encontraba en un proceso de tránsito hacia a la adultez, entendiendo el rigor de la vida, el trabajo y pensando más adelante en poder estudiar–, cuenta Beatriz León, tía de la joven que ha asumido la vocería familiar.
[caption id="attachment_356387" align="aligncenter" width="712"] Detención de Valentina en Villa Francia[/caption]
Los detalles de la cadena de abusos que sufrió Valentina, fueron pormenorizados en un comunicado público, firmado por familiares y diversas organizaciones sociales, donde se denuncia que la muchacha habría sufrido un aborto después de recibir una serie de apremios, humillaciones y golpes por parte de funcionarios de carabineros.
–Cuando la conminan a detenerse, luego de arrancar porque estaba asustada, ella se detiene, levanta las manos, dice que no estaba haciendo nada y que estaba embarazada. Después fue subida a un bus policial donde respiró gases lacrimógenos que se habían tirado en el sector donde la tuvieron bastante rato… y comenzó con un profuso sangramiento, lo cual hizo presente a los funcionarios policiales– detalla Magdalena Garcés, abogada de Londres 38, quien tomó la representación legal de la víctima.
Durante su traslado a la 58 Comisaría de Estación Central, la joven les comunica a los policías que necesita atención médica. Los funcionarios se habrían burlado de ella, haciendo comentarios sobre la paternidad de su hijo, sacándose fotos con el celular de la víctima y privándola de contactarse con su familia. “Me parece medieval que un grupo de carabineros se haya reído de ella porque no tenía pareja y que su hijo era huacho. No puedo entender como se burlan de alguien que decide continuar su embarazo sola. Es una ridiculez menoscabarla por eso. Pero no es algo que me extraña, nosotros sabemos que ellos no se mandan solos y que continúan sin considerar los protocolos. Esa es la policía que tenemos hoy en la calle”, agrega Beatriz.
La tía de Valentina asegura que en el trayecto su sobrina perdió sus lentes debido a un zigzagueo frenético del vehículo donde la transportaban, maniobra que califica de intencional. “Ella me comentó que le dio la impresión que los funcionarios disfrutaban de esta situación, viendo como se caía, azotándose de lado a lado, mientras ellos se reían”, detalla.
[caption id="attachment_356388" align="aligncenter" width="720"] Lesiones en una de las piernas de Valentina[/caption]
La pesadilla estaba lejos de terminar. A continuación, luego de pasar por la comisaría, la llevaron a constatar lesiones al Cesfam de Los Nogales, Padre Vicente Irarrázabal, dónde fue atendida por un médico de turno quien habría minimizado la situación, derivándola a la unidad de maternidad del Hospital San Borja Arriarán.
–Allí fue donde se constata su embarazo y recibe una atención que ella califica de negligente y violenta de parte de una profesional de la salud– agrega la abogada Garcés.
La matrona de turno del hospital habría maltratado verbalmente a Valentina, responsabilizándola de su estado, y según detalla la denuncia, actuando de manera negligente dándole “golpes en el brazo y empujones para que se recostara”. “Le quitó una zapatilla y bajó su pantalón procediendo a la introducción del especulo. Todo esto fue con excesiva molestia y maltrato, evidenciando en todo momento brusquedad en su tono de voz”, agrega.
Valentina comentó a sus familiares que la matrona se habría molestado porque le exigió que no la podía revisar estando los carabineros en la misma sala y porque la joven le habría cuestionado el tiempo de embarazo. “La profesional dice que tiene un embarazo de 12 semanas y Valentina le responde que es menos tiempo. La matrona le responde que ella había estudiado, un argumento violento sobre otro cuerpo que impone lo médico en un estándar superior, asumiendo una posición de castigo en la cadena de hostilidades”, argumenta Beatriz.
–Eso fue terrible porque uno espera que exista un criterio de parte de un profesional de la salud. No puedo creer que esté trabajando gente así en los centros de salud atendiendo a la población más pobre de Santiago. Pienso en todas las chicas como Valentina u otras personas migrantes o disidentes, que tienen que lidiar con los estereotipos y conjeturas de gente que pone al centro sus propias creencias y no el criterio técnico de brindar una salud con dignidad. Son prácticas de larga data que tienen raíces profundas y que aún no han terminado– argumenta la tía de Valentina.
En el comunicado la familia de la joven reconoce que los hechos de violencia se enmarcarían en el concepto de violencia obstétrica a la que “son sometidas las mujeres pobres en distintos centros asistenciales, pero también la práctica permanente de la violencia política sexual que muchas mujeres y disidencias están viviendo por parte de agentes del Estado… Creemos que todo lo vivenciado fue absolutamente injusto y cruel, provocándole un dolor innecesario, además del maltrato institucional por parte de funcionarios policiales y la funcionaria del Estado”.
[caption id="attachment_356390" align="aligncenter" width="780"] Lesión en uno de los brazos de Valentina[/caption]
Gonzalo Leiva, Director del Observatorio de Violencia Obstétrica, reconoce que el periodo por el cual atraviesa el país es un momento difícil en el área de la salud, pero que a estas alturas sería bastante ingenuo desconocer que existen mujeres víctimas de maltrato en las maternidades. “Ayer enviamos un comunicado sobre cómo la pandemia esta influyendo en los estándares de cuidado de las mujeres gestantes, llevando los estándares al piso... Pero hay una cosa clara que tenemos que entender, los profesionales de la salud tienen el objetivo de cuidar y atender procesos de salud, no son jueces ni les toca juzgar, sino acompañar procesos de enfermedad. Y en este caso lo que correspondía era constatar el estado de bienestar de la mujer”, argumenta.
De regreso a la comisaría durante la tarde del domingo, los funcionarios que acompañaron a Valentina en el vehículo policial, comenzaron a hostigarla arrojándole humo de cigarrillo en la cara. A eso de las 21 horas, su padre acude a retirarla del recinto policial. Al otro día, el lunes de esta semana, la joven fue hospitalizada nuevamente en el Hospital San Borja, debido a fuertes dolores e incesante sangramiento. Según la versión de sus familiares, allí se habría constatado la no existencia del “saco gestacional”.
Para Magdalena Garcés, los hechos ocurridos en contra de su representada, ya fueron puestos en conocimiento del Ministerio Público, a través de una denuncia realizada por la defensoría jurídica de la Universidad de Chile. “No obstante presentaremos una querella en representación de la familia y de la víctima, por cuanto nos parece que esto constituye un caso de tortura… En este sentido cabe destacar que el conjunto de estos hechos generaron un gran dolor y afectaron la salud de la víctima que, además, se encontraba en una situación de especial vulnerabilidad, porque estuvo sola y en todo momento recibió malos tratos de manera constante por parte de los funcionarios de carabineros”, explica la abogada.
El Instituto Nacional de Derechos Humanos, consultado al respecto, también interpondrá una querella por torturas, durante los próximos días, contra los funcionarios de carabineros que resulten responsables.
Estos últimos días han sido complejos para la familia de Valentina, que estuvo aislada varios días y sólo pudo comunicarse con ellos por medio de su celular. Beatriz dice que su sobrina es muy regalona y que ha sido muy difícil para ella sobrellevar este proceso en soledad. Le costaba dormir y tuvo que contenerla varias veces haciéndole ejercicios de respiración para que se relajara.
La mañana de hoy, Valentina recién pudo regresar a su hogar. Retornó con magulladuras, moretones y una cicatriz en el alma muy difícil de borrar.
*El Desconcierto solicitó información a Carabineros sobre los hechos ocurridos. La institución señaló que no existe una denuncia formal en el organismo, lo que impediría levantar un sumario, y que Valentina habría sido detenida por desórdenes públicos. Respecto a las acusaciones en contra de funcionarios de la 58 comisaría de Estación Central, aseguraron que no emitirán comentarios debido a que el caso se habría judicializado.