Estallido social, Santiago Uno y arresto domiciliario: El largo camino para el retorno de La Dolce Vita

Estallido social, Santiago Uno y arresto domiciliario: El largo camino para el retorno de La Dolce Vita

Por: César Tudela | 12.03.2020
En 2019, la banda chilena de culto La Dolce Vita había decidido su regreso. Su líder, Pierre De L'Herbe, había encontrado en su adolescente hijo, Olivier, el mejor partner para esta vuelta, luego de más de 20 años de receso. Con la idea de grabar un disco, los planes se detuvieron tras el estallido social y, sobre todo, cuando en medio de las movilizaciones ciudadanas, el joven de 18 años fue puesto en prisión tras un control de identidad y una presunta bomba que, según Carabineros, iba a armar. Estando detenido en Santiago Uno y luego en arresto domiciliario, se gestó el cuarto disco de La Dolce Vita, grabado en la casa de la familia De L'Herbe bajo la tutela del productor inglés Barry Sage. Acá su historia.

A fines de los ochenta y en medio del interés que provocó en nuestro país el rock argentino, al igual que su homólogo: el Nuevo Pop Chileno, surgió La Dolce Vita, sofisticada banda postpunk chilena liderada por el guitarrista y cantante Pierre De L'Herbe. Una agrupación interesante y de culto, cuyo nombre surgió como un atractivo homenaje a la famosa película de 1960 del director italiano Federico Fellini.

La alineación de La Dolce Vita fue cambiando con el correr de los años, sin embargo, se mantuvo siempre al frente de la banda su líder. El conjunto grabó su primer disco Historia de Familia ‎en forma independiente en 1992, recorriendo el circuito subterráneo de la época. Tres años después, la banda lanzó su segundo álbum –el homónimo–, producido por el destacado productor argentino Guido Nisenson y editado por EMI en medio del potente boom de su proyecto sobre el Nuevo Rock Chileno.

Porque si a la buena no se saca nada

Para promocionar ese disco, se eligió el single ‘Amor a la mala’ –un bolero original del portorriqueño Odilio González–, que alcanza una alta rotación radial. Su adictiva melodía punk era el colchón perfecto donde se narraba una historia de un amor sufrido, intenso y disfuncional. Su acelerado beat se refuerza con el sonido de las guitarras eléctricas y del violín, que le dan el toque sofisticado y europeo al tema. El vídeo, por otro lado, le inyecta más del ambiente bohemio sugerido por el texto de la canción, con un Pierre elegante y nocturno, de inconfundible chaqueta roja y que está acompañado por la bajista Ximena Cubillos (actual integrante del grupo Besos con Lengua), una figura llamativa en una época en donde no era común ver a mujeres en el rock.

‘Amor a la mala’ fue todo un éxito, sin embargo, para la banda esto no fue tan intenso. “La verdad es que nosotros no pescamos tanto eso, no lo vivimos como algo tan increíble. Fue choro, pero no influyó en más tocatas, porque en esa época no se hacían tantas”, dice el guitarrista que de igual forma valora el impacto del tema. “Mi mejor recuerdo de esa época fue para un Año Nuevo. El tema había salido hace poco, yo iba en mi auto, escuchando la Rock&Pop (radio que en esa época estaba muy ligada a la música nacional) e Iván Valenzuela tocó el tema una y otra vez. Yo iba de una casa a otra y la canción nunca dejó de sonar. Fue loco eso”, recuerda riendo.

Para 1999, editaron editaron su tercer disco, El Corazón en la Boca, que incluía una nueva versión de ‘Amor a la mala’. Los singles fueron ‘Quiero sol’ y ’Calla’ –cover de Los Iracundos–, que lograron hacer sonar también en las radios, esta última también incluída en la banda sonora de la película Tuve un Sueño Contigo de Gonzalo Justiniano. Sin embargo, La Dolce Vita se disolvió aquel mismo año.

Tu que conoces mi tragedia

Luego de haber participado en diversos proyectos musicales, en 2019 Pierre De L'Herbe decide retomar su grupo fundacional: La Dolce Vita. Está vez, junto a un nuevo integrante: su adolescente hijo Olivier (18). “Oli se puso a escuchar los discos y un día me dijo: «papá, la banda era buena, revivámosla»", comenta con orgulloso de padre.

De este modo, padre e hijo más amigos retomaron el proyecto y comenzaron a tocar en vivo, con la idea de grabar un disco de regreso a fin de año. Sin embargo, todo cambió con el estallido social. Y aún más para la familia De L'Herbe.

Las manifestaciones ciudadanas iniciadas a partir del 18 de octubre generaron, en efecto, diversas acciones sociales, donde el Liceo Manuel de Salas –cuya comunidad ha estado históricamente ligada a las causas sociales– no ha estado ajeno. Sus alumnos de Enseñanza Media –incluído Olivier– han participado en cortes de calles y otras protestas pacíficas en Ñuñoa, algunas incluso televisadas, donde se ha visto el abuso policial por parte de Fuerzas Especiales.

“Desde el 6 de enero OLIVIER DELHERBE, nuestro hijo, hermano, amigo y compañero de banda, se encuentra privado de libertad, producto de la utilización del castigo penal y de la cárcel como una forma de criminalizar y castigar la protesta social. Olivier tiene 18 años cumplidos en diciembre, es estudiante de cuarto medio del Liceo Manuel De Salas, es músico del grupo La Dolce Vita, deportista, no tiene antecedentes, pero se encuentra preso como forma de castigo. Apelaremos y llamamos a todos y todas a manifestar su solidaridad y que su caso como el de cientos de jóvenes luchadores se difunda denunciando esta violación de sus derechos humanos”. Este era el comunicado que a comienzos de este año se pudo leer en las redes sociales de la banda, escrita por el mismo Pierre.

Aquel lunes 6 de enero, Carabineros aplicó un control de detención al joven músico, detectando –según ellos– elementos con los que “teóricamente”, Olivier podría haber armado una bomba incendiaria. Bomba que nunca se armó ni se lanzó. Aún así, el hecho significó una estadía de casi un mes para el adolescente en la cárcel Santiago Uno. Una decisión fuera de proporción, sesgada y que costó casi un mes y muchas gestiones, revertir.

[caption id="attachment_350368" align="aligncenter" width="1024"] Carlos Müller[/caption]

“Queridos amigos. Hoy 24 de enero, el Octavo Juzgado de garantía REVOCÓ la medida cautelar de presión preventiva que pesaba sobre Olivier De L’Herbe, por considerar que el NO es un peligro para la sociedad”, fue la primera noticia relacionada que publicó Pierre tras varios días de detención de su hijo. “El Ministerio Público NO PUDO sostener sus FALSAS ACUSACIONES Y PRUEBAS. Sin embargo, en representación del ESTADO DE CHILE, el Ministerio Público apeló verbalmente y el caso quedó para ser revisado en los próximos días, así que mientras tanto, OLI SEGUIRA EN PRISIÓN PREVENTIVA, encadenado de pies y manos”, denunció frustrado. “Como pueden ver, el Estado de Chile es insensible al dolor de nuestros niños y de todos nosotros y sigue criminalizando las acciones que buscan generar los cambios anhelados por todos”, cerro Pierre, dejando en evidencia el hecho de que el Estado de Chile estaba (y está aún) persiguiendo y hostigando a sus estudiantes, aún cuando este no tenga argumentos reales para hacerlo.

“Hay una falta de tratamiento político adecuado de este problema, cuando se trata a las personas o a los infractores de la ley penal como si fueran enemigos políticos”, dijo al respecto la abogada y académica Myrna Villegas. “Estamos asistiendo a una especie de renovación de la aplicación de la Ley Maldita de Gabriel González Videla, que fue establecida precisamente para eliminar adversarios políticos”, señalo la jurista a la radio Universidad de Chile.

La solidaridad expresada por distintos miembros de la comunidad estudiantil, musical y la defensa legal de Olivier, sin embargo, empujaron un cambio, pasando Olivier en segunda instancia desde Santiago Uno al arresto domiciliario. Una gran  noticia para él y su familia.

“Agradecemos infinitamente la preocupación y las muestras de cariño y apoyo, pero aún nos queda todo por delante, siguen demasiados de nuestros jóvenes siendo usados como escarmiento para frenar el despertar de un país que estaba dormido, esto no ha terminado y ahora nos enfocaremos en el juicio y en trabajar para liberar a los miles de jóvenes valientes que siguen presos y para que termine la criminalización de los estudiantes”,  dijo en ese momento Pierre, en sus redes.

 

Así, familia y banda celebraron el regreso de Olivier a casa. Y retomaron lo pendiente: el disco de retorno de La Dolce Vita.  Un álbum que –dada la coyuntura– debió grabarse en la misma casa de la familia De L’Herbe.

Una terapia post prisión

La grabación funcionó como terapia post prisión, como cierre de un proceso artístico y como testimonio del momento político y social actual. Técnicamente, el disco se perfila como el primer álbum de un grupo de rock chileno grabado en un contexto muy especial, como es la prisión política de uno de los miembros del conjunto.

Para este singular disco, la banda se la jugó y convocó a  Barry Sage, afamado productor inglés avecindado hace varios años en Chile (y que tiene en su curriculum haber trabajado con Rolling Stones, New Order, Elton John y Roxy Music, ntre otros). La alineación que grabó está conformada por: Pierre De L’Herbe, en voz y segunda guitarra; Olivier De L’Herbe, primera guitarra; Pablo “Pats” Arriagada en batería; y Pancho Contesse en el bajo.

El martes 10 de marzo, se realizaron las últimas sesiones de grabación del disco. La etapa final de la grabación coincidió con un cambio en las medidas para Olivier, qué pasó, por estos días, del arresto domiciliario a la reclusión nocturna. “Grabar el disco aquí fue toda una experiencia”, dice Pierre. “Mientras estás grabando, nunca te olvidas totalmente del por qué lo estamos haciendo así, y piensas en tantos jóvenes y gente que aún están injustamente presos; sientes ese compromiso y lo traspasas a la música. Nosotros realmente lo pasamos muy mal, Olivier llegó enrabiado de la cárcel, por todas las cosas injustas que tuvo que vivir allí. Cuando lo recibí, trabajé lentamente en la recomposición de su cabeza, traté de hacerle ver las cosas desde otro punto de vista. Me apoyé mucho en (Mauricio) Redolés, en su documental de cuando él estuvo preso en la cárcel de Valparaíso. Allí él dice que tras esa experiencia, descartó participar de acciones más radicales y se enfocó más bien en tratar de, con su poesía y su música, generar un cambio. Tomé esa idea como una bandera de lucha y como una oportunidad para darle a entender a Olivier que sus grandes posibilidades estaban acá. Y no me quedé en el discurso, le dije: «hagamos el disco aquí y ahora». Hablamos con Barry y me dijo: «OK, hagámoslo en vuestra casa y vamos con todo». Y acá estamos”, confiesa el padre de Olivier.

Para el productor inglés, grabar el disco de esta forma y en este contexto ha sido también toda una experiencia. “Ha estado bien, todo depende de la casa, pero esta casa es tranquila y grande, tienes varias piezas separadas y eso te permite ubicar la mesa, la batería o los equipos en el living, en los dormitorios, en la cocinas, y contar con el espacio necesario para distribuir los cables largos que se necesitan para ello. Es inusual hacerlo así, pero está bien, solo debes ser creativo”, dice Barry, y agrega: “pero lo que hizo esto más especial es la situación de Olivier, un chico muy joven que tuvo que estar varios días preso, es algo muy fuerte para cualquier joven y familia, yo nunca viví eso. Y te cuento que yo conozco la cárcel donde estuvo Olivier porque una vez fui allí como técnico del grupo Mal Corazón, que tocaron allí, es una cárcel muy dura e intimidante. Olivier tuvo mucha fuerza allí dentro y estaba muy emocionado de poder estar acá de vuelta, grabando junto a la banda”.

[caption id="attachment_350371" align="aligncenter" width="1024"] Carlos Múller[/caption]

“Fue una instancia especial, sin duda”, dice el propio Olivier. “Fue un momento único, a mí nunca me había tocado afrontar una situación similar. Para mí era una motivación; de hecho, al estar próximo a retomar mi libertad, lo único que yo pensaba era retomar también mi proyecto musical, que había quedado suspendido por todo esto. Viví esta grabación como una terapia post prisión, para sacar la mente del tormento y ser constructivo. Puse todo mi corazón y mi tiempo para producir las mejores ideas y música que fuesen posibles. Y fue increíble en verdad todo, el reencuentro con la banda, con la música, el trabajo con Barry, un productor con el que no había tenido el honor de trabajar antes, fue increíble”, señala.

“Con este disco y con nuestra vuelta a los escenarios, pretendemos ayudar a visibilizar todas las cosas negativas que han estado ocurriendo estos meses, la prisión política, las mutilaciones, las violaciones a los derechos humanos, la impunidad; hay que denunciar la contradicción de un sistema que genera leyes anti capucha, pero que tolera a las agrupaciones de carácter belicista, ultra-nacionalistas y fascistas, que atentan contra esas mismas leyes, agente que anda con armamento militar en la calle y que atacan en forma violenta a todos los que no piensan como ellos. Hay una evidente impunidad para esos grupos y para carabineros, la verdad es que quienes pagan el costo de esa impunidad son las familias de los manifestantes y estudiantes que luchan por cambios sociales, ellos son quienes pagan el costo de esta indolencia y criminalización de los jóvenes, que es institucional, que viene desde que se creó el proyecto Aula Segura, el 2019”, dice firme Olivier, quién este jueves se presentará en vivo junto a La Dolce Vita en un concierto que será su vuelta a los escenarios y que irá en apoyo a Gabriel Rogers, un amigo de infancia que hoy sigue preso en el mismo penal donde él estuvo.

Un detalle curioso: el nombre del estudio del productor, Barry Sage, (lugar donde se mezclará el disco), es el mismo nombre del recinto donde estuvo preso Olivier y donde hoy sigue su amigo Gabriel Rogers: Santiago Uno. “Es un momento lleno de significados”, dice. “Estamos felices de poder grabar y de volver, por fin, a tocar. Allí estaremos con varias bandas amigas, en apoyo a Roger. Es el momento y la oportunidad perfecta para dar estos mensajes a través de la música”.