Pascuala Ilabaca: “En Valparaíso ha habido tanta violencia que me encanta dar vuelta eso en los conciertos”
Movida se ha mantenido la agenda de Pascuala Ilabaca en el último tiempo. Una gira al sur en la que recorrió ocho ciudades en diez días la mantuvo ocupada en verano. La compositora también se prepara para su regreso a Lollapalooza y un viaje a banda completa (Fauna) a México donde ya tiene varias fechas confirmadas. No obstante, siempre pendiente de lo que estaba pasando en el país. Al respecto, ella misma nos cuenta sentirse como una paloma mensajera, “porque uno también viaja tanto que va conectando con la gente. Y se dio algo súper bonito a raíz del 8M”, nos cuenta animada.
Sobre los viajes, Pascuala dice que “en el fondo, mi intención de hacer esta gira en el sur era justamente ir replicando (lo que pasa en otros lados). Siento es un poco los roles que he cumplido en este tiempo desde el estallido”. Ese papel del que nos cuenta tiene que ver en cómo se ha estado comunicando desde el escenario a través de sus presentaciones. "Hay una parte en la que empiezo a gritar cosas que gritamos en las marchas de Valpo. Entonces, en cada ciudad subía a compañeras que manifestaban lo que se gritaba en esa ciudad en específico. Fue súper bonito ver como cambiaba la realidad de las distintas mujeres según las regiones. Me interesa mucho esa conexión interregional, saltándose la capital. Es bonito eso”.
Cocina y plancha solo
El centralismo del país hace que muchos de los eslóganes de las diferentes manifestaciones populares sean las que aparecen en Santiago. “En el fondo, los discursos que salen de la capital quedan más oficiales”, nos hace ver Pascuala, a su vez, que nos menciona el aporte porteño que hicieron en su momento Lastesis, con su mensaje que al final se hizo universal a través de la viralizada performance ‘Un violador en tu camino’. Al respecto, nos comparte sus inquietudes: “No sé po’, en Chiloé a mí me interesa saber qué gritan las compañeras en las marchas, si es que hay un machismo diferente, no sé… esa cosa cultural que está bonito saber. Entonces, esa parte del show fue genial, un recopilatorio de gritos fue súper bueno”.
– ¿Cual fue el que más te llamó la atención?
– El más primitivo (risas) Con el que yo más hueveaba después era “Manolo, Manolo / Cocina y plancha solo”. Me daba risa porque muestra otro contexto, casas en las que se hace una vida distinta, en que la mujer aún es vista como la que cocina y plancha, con un machismo arraigado a la cultura tradicional. Me imaginaba ese grito haciéndolo la mujer a la que le dedicaron el gorro de lana (risas). Creo que la mujer feminista ya está emancipada de esas cosas en Valparaíso, por ejemplo. En el puerto vestimos puro polyester, entonces no hay que planchar nada (risas).
En el último tiempo, las artistas mujeres se han tomado los escenarios en todo el sentido de la palabra. En los últimos festivales masivos, por ejemplo, diversas manifestaciones feministas se han llevado a cabo. En Concepción, durante el REC varias trabajadoras de la música se subieron al escenario para realizar su justo reclamo en relación al tema de la paridad en los line-up. Qué decir de lo que realizaron Fran Valenzuela, Denise Rosenthal y Mon Laferte en el Festival de Viña. Hoy, nuestras artistas usan todas sus plataformas –con descaro y sin miedo– para alzar la voz. Y Pascuala no se queda atrás.
– ¿Qué opinas de la intención de las mujeres artistas en usar el escenario para visibilizar a otras colegas y transformarlo en un espacio político?
– Más allá de una intención, es un hecho. Las Tramus (Colectivo de Trabajadoras de la Música) estamos súper coordinadas con la Mon. Yo fui la persona que convocó a las cantoras de Valparaíso que se subieron al escenario en Viña. En el fondo, hay una red de apoyo que es inédita entre mujeres, como de tomar distintos roles, de una para la otra. Por ejemplo, yo soy cantautora, pero también puedo ser productora y ayudar a otra música. Cambió esa cosa de que el fin era la carrera de una o de la otra, y hubo un hechizo que se quebró. Cada una estaba haciendo su lucha, pero ahora estamos realmente entramadas y cumpliendo distintos roles, una para con la otra, generando una red donde se amplifica el discurso de cada una. Es súper bonito lo que está pasando. Ahora las plataformas de cada una están para todas.
– Esa idea de trabajar en colectivo, como empezó a funcionar el rap o sin ir más lejos la Nueva Canción Chilena, tenían como objetivo impulsar un movimiento, una idea, más que el individualismo de una carrera personal. ¿Sientes que está volviendo ese espíritu?
– Sí. Importa mucho más el movimiento y el discurso. O sea, en el fondo no es que todo esto tenga solo que ver con lo que pasará este año, con este plebiscito. No. Es un cambio de paradigma general. Para mí, en lo más profundo es estar en contra de lo binario, esa forma de pensar el mundo que ya no va. Es algo tan poderoso que te alimenta y te da mucha energía creativa, porque también lo ves como algo muy necesario. Calza también con las cosas que uno ha luchado toda la vida, y no solamente de género. Por ejemplo, yo como investigadora de las tradiciones musicales siempre estuve prisionera en el paradigma de la academia. Estudié composición en la Católica y música popular, y siempre tuve que luchar con las limitantes que te pone lo binario: eres docto o eres popular, eres folclorista o haces pop, eres oriental o occidental, que es otro paradigma que me chocó mucho a mí porque me viví y me crié en la India también, entonces mi música siempre ha tomado diversas influencias, no solamente asumiéndome como una mujer occidental. Todas esas cosas, que son discursos que he ido construyendo desde que soy una niña y hasta ahora, en el feminismo cobran sentido porque es justamente lo binario lo que nos ha aprisionado toda la vida.
Este es nuestro fuego y nuestra lucha
Para entregar los mensajes que quiere entregar, Pascuala Ilabaca usa la mejor “arma” que un músico tiene disponible: la canción. Hace algunos días, estrenó ‘Compañeras al compás’, nuevo tema que describe como “una denuncia poética” (según su comunicado) y que entrelaza al actual escenario político-social del país.
– En el comunicado promocional del single, dices que “las canciones como los afectos aportan en esta lucha”. ¿Cómo has percibido eso en las manifestaciones?
– Siento que la energía musical que hemos vivido desde octubre hasta ahora es tan catártica... En mis conciertos, por ejemplo, entre canción y canción todos saltamos y gritamos las consignas de las marchas. Es mucha catarsis y es muy necesaria. En Valparaíso ha habido tanta violencia que me encanta dar vuelta esa tortilla cuando hacemos conciertos en las plazas y generamos alegría, gritos, comunidad. Esa energía es súper bonita.
– Con lo que me cuentas, imagino que la inspiración para crear está a flor de piel. ¿Cómo te has enfrentado al proceso compositivo?
– Como ya ha pasado un tiempo, con ‘Compañeras al compás’ quise darme un respiro y hacer una canción muy potente pero que tiene otro estado: más reflexivo, más poético. Siento que es bueno que cada artista vaya aportando desde un discurso diferente, porque justamente esa es la diversidad. Como que ahí sentí que podía aportar con algo más introspectivo. En cuanto a la composición, metí algo de la música docta (un cuarteto de cuerdas convencional: violín primero, violín segundo, viola y chelo) y traje a las compañeras de esa tradición a la lucha.
– La canción viene acompañado de un video que llama la atención por mostrar la cara menos feliz de Valparaíso. ¿Por qué esa decisión?
– Era una cosa que me importa mucho reflejar. Esto de que Valparaíso siempre es un estereotipo de ciudad de colores, pero yo que soy porteña y veo la degradación de la ciudad, que van paralelo a la degradación del sistema, a la poca valoración de lo que es el patrimonio. Todo eso se ve mucho en Valpo. Entonces, el ultrajo que hay ahora demuestra todo ese deterioro que hay hacia la memoria, el arte, a los trabajadores culturales. En el fondo, es el desprecio del capitalismo hacia la cultura se ve mucho en el ultrajo de mi ciudad. Por eso no quería mostrar la postal, no quería que nadie dijera “qué lindo es Valpo” cuando vea el video, sino que mostrar justamente una ciudad muy destrozada y una mujer muy íntegra, como todas las mujeres que están luchando desde una sociedad tan destruida. Eso nos aleona a todos todas, y nos da esperanza. Hay una integridad y una dignidad que es intocable.
– En cuanto al mensaje, has comunicado que la letra nace luego del violento ataque que sufrió Pamela Contreras, una ex vocera del Colectivo 8M e integrante de la a asociación Pan y Rosas, por parte de FF.EE. de Carabineros en una marcha en Valparaíso. ¿Qué pasó contigo cuando supiste de esta historia?
– Eso pasó en las primeras semanas de lucha. Como somos las mujeres, así con toda la energía para afuera, todas nos estamos ayudando, asistiendo y dándolo todo. Y claro, como muchas veces ha pasado en la historia, desde la Revolución Francesa, la mujer pone el cuerpo y después queda detrás de la historia o debajo de la guillotina. Una de las cosas que está pidiendo el feminismo es que seamos contempladas dentro de la “planilla oficial”. En el fondo, tiene que ver con eso, y estamos en esa lucha. Sobre lo de la Pame, pasó que un sube una foto con su cara toda chorreada de sangre. Fue un golpe duro porque, claro, nos estamos exponiendo y no estamos pudiendo que la comunidad de forma íntegra o global estén entendiendo lo que estamos exigiendo. Por ejemplo, el tema de la paridad en todos los ámbitos; en la política, pero además en los escenarios, en el caso de las que somos artistas. ¿Cuántas mujeres músicas hemos estado en las beneficencias, en las marchas, para todas las causas de salud, y cuándo nuestra causa va a ser un tema país? Falta mucho, entonces sentí que esta canción nació con esas ganas, como “ya compañeras, al compás. Este es nuestro canto”. Es como un cariño para hacernos entre nosotras cuando pasan estas cosas dramáticas, compartir también nuestras penas y sentir que nos acompañamos entre nosotras. Eso sentí que era importante en ese momento.
– Durante la promulgación de la Ley Gabriela, Sebastián Piñera dijo que “No es solo la voluntad de los hombres de abusar, sino también la posición de las mujeres de ser abusadas”, una declaración que tiene relación justo con lo que me estás contando: un presidente que no entiende aún las movilizaciones, la lucha feminista, o bien quiere provocar más rabia de cara al 8M y la huelga feminista. ¿Qué opinión te merece esto?
– Creo que, en el mundo en general, como en Brasil, Estados Unidos, Chile, se da una forma de no ceder el poder mostrándose antagónico con todas las cosas que estamos construyendo el resto de las personas. Nosotras estamos intentando construir una sociedad más respetuosa, reconstruir el lenguaje, que haya inclusión, respeto con los animales, con la naturaleza, todo en concordancia a una ética de la humanidad. Pero los que tienen el poder no ceden ante este cambio de paradigma y lo que hacen es mostrarse indolentes frente a esta nueva ética. Todos estos presidentes dan cátedra de cómo ser más irrespetuosos. Este nuevo fascismo que hay en el mundo, justamente lo que quiere demostrar es que todavía se puede ser irrespetuoso. Todos esos desaciertos políticos no son aleatorios, yo los veo totalmente pauteados.