Periodista, compositor, fanático de la música psicodélica y hoy, nuestro noveno selector. Jean Philippe Cretton es uno de los rostros más reconocidos de la pantalla chica del último tiempo, pero con un lado musical indivisible. Se declara fanático de The Beatles, porque según comenta “lo inventaron todo”, al igual que de Pink Floyd, Black Sabbath y Nirvana.

"Para mi funeral, quiero que suene 'Remolinos' de Soda Sterero", comenta. La canción pertenece al álbum Dynamo (1992), disco que los liderados por Gustavo Cerati se dejaron llevar por el shoegaze y considerado como uno de los mejores trabajos del trío argentino. En palabras de Cerati, con la canción buscaba retratar la ternura después de la violencia y el lugar que se puede encontrar en medio de la locura en la que vive la sociedad.

Para el periodista, esta canción es ideal para cuando sea despedido de este mundo, ya que la interpreta como la sensación que puede sentirse al morir. “Un cambio de estado. Un viaje en el espacio/tiempo. Al soltar mi cuerpo en remolinos, gira el sol, gira el mundo, gira dios”, señala.

Con un historial de varios años en la escena musical, en grupos como Siberia y Rey Puesto, así como también una prolífica carrera solista y su actual proyecto "fogatero" junto a Mauricio Jürgensen, igual confiesa que le hubiera encantado ser el autor de ‘Al lado del camino’ de Fito Páez. “Siempre que la escucho me digo: ¡qué letra más hermosa! Todo puesto en su justa medida, es bella, pero a la vez cochina. La encuentro la raja”.

Pero no todo es retromanía para Cretton. La última banda que lo dejó marcando ocupado fue Viagra Boys, un grupo sueco de postpunk formado en 2015 por los ex miembros de Les Big Byrd, Pig Eyes y Nitad. “Tienen una propuesta interesante, con actitud. Los he vacilado harto últimamente en mi depa. Me suben”, nos comentó el actual comunicador de Chilevisión.

Un ir y venir de sonidos y estilos es la selección que Jean Philippe realizó, donde encontramos sin repjuicios del folclore de Violeta Parra al sonido árido de Kyuss, de la introspección de Alice in Chains a la experimentalidad de Radiohead.