Metánse las gaviotas donde mejor les quepan: la revancha de Mon Laferte en su martes femenino
Bueno, no es que yo sea pitoniso, era obvio, lo dije también desde un principio: Mon Laferte será la reina definitiva, la heroína máxima de esta edición de Viña. Con todo el peso y la magnitud de la distancia entre una artista y la otra, y aún quedando cuatro días de Festival por delante, dudo que por ejemplo una Ana Gabriel pueda hacerle collera en ese podio. No queda en la parrilla ninguna mujer ni un hombre que pueda disputar el cetro ganado hoy. Mon jugó de local, embolsillándose el amor de Chile entero con una honestidad que la hacía ver casi desnuda, como traicionada por sus propias emociones, sin poder ocultarlas. Sus ojos llororos nos ponían la piel de gallina y su potente voz, los pelos de punta. Creo que fue sin duda la triunfadora en una jornada preparada ingenuamente como un martes femenino. Lo que no me esperaba, y confieso que más bien me tenía incluso nervioso, era justamente el desborde de todo eso.
¿Saben a qué me refiero? A las posiciones extremas. Por ejemplo a lo que Mon dijo, que pensó en no participar, en no venir, porque están dejando a la gente sin ojos a perdigonazos, y así no hay nada que celebrar, cómo vai a hacer un festival en medio del estallido. “No queremos festival / No queremos ciudad bella / Mientras que los pacos / Nos maltratan y atropellan / La alcaldesa es indolente / Viña vive precariamente/ Los cerros luchan y están presentes / Dignidad exige la gente. / La Reginato no es sorora, es ladrona y opresora (5 veces) / ¡Viña es cómplice!” El conocido éxito Un violador en tu camino (el violador eres tú), del colectivo feminista Las Tesis, fue adaptado en su letra y coreografía por un amplio grupo de mujeres viñamarinas que hace menos de dos semanas corearon una posición clara ante el evento más importante de nuestra temporada estival.
Entonces quizás era legítimo esperar una actitud aún más beligerante. Y en cambio vivimos una serie de manifestaciones de una emocionante sororidad extendida y transversal, una demostración de poder femenino conmovedora. Como para darse por pagado y apagar la tele y dormir soñando cosas bellas. Mi mujer no dijo ni pío. Me miraba no más, sabedora de mi reconocimiento a su superioridad.
Gracias Mon, gracias Javiera. Todos vimos cómo evolucionó el sonido de un día a otro. Mon desafió a Carabineros y habló cuando quiso hablar, no cuando la quisieron hacer hablar una dupla de animadores que se vieron más tiesos que ayer. Pero más que nada, habló con su música. Y terminó anunciando educadamente que donará las gaviotas a alguna organización benéfica para darles un uso práctico como recurso financiero, pidiendo con meridiana claridad que no se tome el gesto como una ofensa o un desaire. Y como si los organizadores hubiesen aprendido la lección tras la jornada inaugural, para ponerse a tono con lo que sucedía en la Quinta Vergara y en el país entero, se pudo oír clarito a la multitud cantando el que no salta es paco, Piñera conchetumadre y se pudieron ver las decenas de pancartas y carteles denunciando las violaciones a derechos humanos y pidiendo la renuncia del presidente.
[caption id="attachment_345703" align="alignnone" width="3132"] FOTO:FRANCISO LONGA/AGENCIAUNO[/caption]
Así, burlándose de Piñera y su aprobación menor al 6%, y llamando abiertamente a votar por una nueva constitución en el plebiscito del 26 de abril próximo, Mon Laferte y luego Javiera Contador, dejaron en claro el nuevo pacto social a que nos enfrentamos, o como dice el refrán popular: que la revolución será feminista, o no será. Natalia Valdebenito en un festival anterior intentó hacer reír al monstruo confesando o defendiendo su opción por no ser madre. Cuestionando el rol por antonomasia de la mujer, el instinto maternal. En la misma delgada línea roja, Javiera se mandó hoy una rutina que en otra circunstancia podría haber sido pifiada. Humillando al marido, tratando sin infantilismos y hasta con franca dureza a sus hijos, en un tenor valórico por lo menos complicado hasta para el más progresista. Pero se fue con las gaviotas igual. Y ese es un cambio enorme de actitud que pudimos ver hoy nítidamente en Viña.
Lo cierto es que para hacer el Festival se necesita la confluencia de muchas empresas y voluntades, y eso se ha visto hasta acá reflejado con claridad. Hemos tenido dos jornadas que aunque complejas, han sido empáticas con el estallido. Han sido tribuna para la denuncia, y hasta para la consigna. "Me podís sacar una foto acá en el Hotel O´Higgins con los autos quemándose atrás", dijo Javiera Contador aludiendo a las sucesos del domingo. Pero mañana será otra cosa totalmente distinta. Mañana quizá muchos de mis compañeros y antiguos colegas se sentirán más cómodos, más seguros, más a su gusto. Es lo más probable. ¿Qué irá a ser del Che Copete, cómo pueden convivir el humor que hemos visto estos dos días con lo que representa Belloni? La verdad, eso no me quita el sueño. Viña es también por eso mismo, mucho más que un par de gaviotas. El premio verdadero es otro. Mon, sencilla y transparente, lo dijo clarito.
[caption id="attachment_345702" align="alignnone" width="4379"] FOTO: LEONARDO RUBILAR CHANDIA/AGENCIAUNO[/caption]