“Ayer, después de 10 meses de trabajo, presenté mi renuncia al Museo Violeta Parra”. Así parte el posteo en su cuenta de Instagram del exjefe de extensión y comunicaciones del Museo Violeta Parra, Christopher Ahumada. Su renuncia la habría presentado el día martes, junto otra funcionaria del departamento, la gestora de comunicaciones Graciela Salinas.

“Fue una decisión difícil –agrega Ahumada en la red social–­­ sobre todo por los momentos que atraviesa el museo”. A continuación, explica el motivo de su renuncia: “Responde estrictamente a los tratos peyorativos y a las condiciones laborales inseguras a las que me vi expuesto”.

En una entrevista a Tita Parra, publicada hace dos semanas en este mismo medio, la nieta de Violeta e hija de Isabel, daba cuenta de algunos resquemores respecto al manejo del museo que lleva el nombre de su abuela. “Es un museo que retrata la cultura neoliberal tal como se ve en la Concertación; la cultura formal, fría y alejada del pueblo. Ha sido muy difícil hacer un museo que retrate a la verdadera Violeta…los talleres que hacen en el museo parecen pasatiempos… No hay voluntad de hacer cosas nuevas”.

A continuación, la artista radicada en Brasil, aportó algunos indicios de lo que estaba sucediendo al interior del recinto. “Hemos recibido quejas y reclamos dolorosos por situaciones de maltrato laboral y humillaciones a los trabajadores”. Tita Parra, agregó en la conversación, otros detalles que no aparecieron publicados en la entrevista. Habla sobre funcionarios humillados en público, que han tenido que renunciar, o que han sido despedidos injustamente por  “situaciones autoritarias y arbitrarias”.

[caption id="attachment_344823" align="alignnone" width="4614"] Cecilia García Huidobro, directora del museo. / Fuente: Agencia Uno (archivo).[/caption]

Precisamente esta realidad es la que Ahumada describió en redes sociales: “Fueron meses súper duros, injustos y de mucha vulneración. Quizás hoy, luego de tomar la decisión, comienzo a  dimensionar las consecuencias”. Fuentes al interior del museo aseguran que lo que sucedió con Ahumada no es aislado. Y que incluso, a diferencia de lo expuesto públicamente, personal del establecimiento trabajó un tiempo sin luz eléctrica durante los momentos más duros del estallido.

Ahumada asegura que enfrentó cuestionamientos "con elevados tonos de voz de la directora" y "recibí miradas de reprobación por intentar plantear una visión distinta a la de ella, entendí que sus fotografías sociales  eran más importante que el legado de Violeta Parra y que sería muy difícil darle la voz que merece a la principal creadora artística del país en su propio museo”.

La persona aludida por Ahumada no es otra que la directora del Museo, Cecilia García Huidobro Moroder, ex agregada cultural en México durante el primero gobierno de Piñera, y miembro del consejo ciudadano en su segunda candidatura. Esta "transversalidad" ha generado controversia en el mundo de la cultura, particularmente en sectores vinculados a la izquierda, que no ven con buenos ojos su adhesión al gobierno del primer mandatario.

Ahumada, al final del posteo, confiesa que la directora les enrostraba no tener la capacidad para ejercer el trabajo. “Ahí comprendí que nunca tendría la autonomía para ejercer una labor creativa”. Luego asegura que este tipo de prácticas, al interior del museo, estaban “naturalizadas”. "Muchas veces tuve que callar o decir que 'sí' solo como una manera de sobrellevar un clima hostil”, concluye.

El Desconcierto intentó comunicarse con el Museo Violeta Parra para contar con la versión de Cecilia García Huidobro, pero hasta el cierre de esta edición, no obtuvimos  respuesta.