Paridad en el cine y protocolos contra abusadores: el mensaje que deja el IX Festival de cine de la Patagonia
Con un enérgico discurso a favor de las movilizaciones ciudadanas exigiendo justicia, dignidad y cambios en el sistema, la organización del FECIPA dio inicio a la entrega de premios. En un acto espontáneo, el foro cine y feminismo, después de compartir experiencias y llegar a acuerdos, se tomó el escenario para manifestar la necesidad de establecer criterios de programación y selección paritaria con perspectiva de género de las cintas expuestas, protocolos de trato contra abusadores y agresores en las salas de exhibición y paridad en el equipo de programación del evento.
A continuación, la documentalista Josefina Morandé, directora de Hoy y no mañana, presentó la decisión del jurado en la categoría largometraje/territorio/cine: Aimé, película argentina dirigida por Aymara Rovera recibió la estatuilla –una cantuaria o ciervo volador- y dedicó el premio a las mujeres de Chile, a su madre, a Neuquén, su ciudad y a Aimé Painé. La cinta recorre la infancia de esta cantora en Mar del Plata, alejada de su territorio, familia y costumbres, portando una voz privilegiada. Al conectar con sus raíces dedicó su vida a rescatar cantos mapuches y tehuelches, siendo de las primeras artistas en vestir el atuendo tradicional en giras y presentaciones. El director de El hombre del futuro, Felipe Ríos, y el consagrado actor José Sosa, recibieron la distinción del jurado por su trabajo a la hora de conjugar fotografía, dirección de arte, ritmo y actuación.
[caption id="attachment_344088" align="alignnone" width="720"] Josefina Morandé y Consuelo Castillo[/caption]
En la categoría de cortometraje, la mención fue para Amelina del director Rubén Guzmán, destacado por plasmar “la cosmogonía de una mujer que dialoga con la tierra, el universo y la soledad”. Amelina, “Coca” San Martín, es una mujer que vive en la región noroeste de Chubut y dedica su vida a preservar objetos y pinturas paleolíticas.
El actor Gastón Salgado, miembro del jurado, llamó a adherir a la causa feminista y entregó el premio al mejor corto patagónico a La lluvia fue testigo de Nicolás Soto, “por la capacidad de destacar poéticamente un hecho contingente, brutal y tristemente cotidiano ocurrido en democracia. Su tratamiento cinematográfico simple y profundo utiliza el paisaje, lugares y espacios que habitó el joven José Huenante para acercarnos a su vida cotidiana y a su familia, de manera sensible y reflexiva, dando cuenta de una expresión de verdadera resistencia cinematográfica”.
Mujeres en el cine documental
La exhibición de Harley Queen de Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda cerró la jornada. Fuera de competencia, la muestra de retrospectiva de cine chileno tuvo un profundo impacto. El documental narra parte de la vida de una joven madre que da la batalla por sobrevivir la pérdida de sus hijos en un contexto de brutal precariedad. La población Bajos de Mena, considerada como el gueto más grande de Chile, es el escenario en donde se desarrolla esta historia, cruda y violenta. Si hubiera premio a la resistencia, la Harley Queen chilena, gana.
Las cintas Hoy y no mañana, El edificio de los chilenos y Visión nocturna formaron parte de esta muestra y coinciden en que las tres fueron filmadas por mujeres: Josefina Morandé, Macarena Aguiló y Carolina Moscoso.
[caption id="attachment_344089" align="alignnone" width="720"] Macarena Aguiló[/caption]
Hoy y no mañana es un documental necesario para el feminismo actual. Rescata del olvido a Mujeres por la vida, agrupación nacida bajo dictadura para la defensa de los presos y torturados políticos compuesto por mujeres de diversos partidos políticos.
Mónica Echeverría, Fanny Pollarolo, Teresa Valdés, Graciela Bórquez, Marcela Otero, María Olivia Monckeberg, Mirentxu Bustos, Elena Caffarena, Estela Ortiz, Lotty Rosenfeld y Kena Lorenzini formaron parte de este movimiento que, a través de la organización directa y el humor, hicieron frente a la represión. Acciones emblemáticas como soltar un chancho vestido de Pinochet, tirar pelotas escritas con la consigna “patee a Pinochet” o apagar la llama de la libertad, fueron atrevidas y valientes. Este grupo diverso enfrentó en las calles a las fuerzas policiales, llenando marchas, estadios y teatros. Un documento que fija en la memoria la creatividad y valentía de estas mujeres aguerridas. Consuelo Castillo, hija de Mónica Echeverría, fue productora de este trabajo de rescate e investigación, valioso a la hora de conectar con las luchas actuales.
El edificio de los chilenos es un testimonio de fortaleza y un ejercicio de reconstrucción por parte de Macarena Aguiló, directora y eje principal de esta historia desconocida para la mayoría del país. Macarena fue secuestrada durante veinte días por la DINA para presionar a su padre. Este hecho marcó la decisión de exiliar a su pequeña hija, primero en Europa y luego, bajo el “proyecto Hogares”, en Cuba. El MIR (Movimiento de izquierda revolucionario) elaboró un plan para el cuidado de niñas y niños, hijos de padres presos o muertos en dictadura, instalándose todos en Cuba en unos departamentos conocidos hasta el día de hoy como el “edificio de los chilenos”.
A través de cartas, fotografías y recuerdos, Macarena Aguiló reconstruye su infancia al lado de muchos niños que compartieron este destino y que aún hoy, adultos, no tienen tribuna para expresar las consecuencias y costos de esta experiencia. La alegría de compartir con decenas de niños se mezcla con el abandono, la lejanía y la incomprensión. Un documental que conmueve por los testimonios y por el cuestionamiento de lo que se entiende por familia, destacando el rol de muchos hombres que asumieron la paternidad bajo la convicción de cumplir con un proyecto social y político.
Macarena también es productora de Visión nocturna, cinta de Carolina Moscoso que narra el proceso de búsqueda interna después de sufrir una violación. El viaje es emocional, a través de la luz, las imágenes y el relato. Un cuestionamiento directo a la justicia que no cumple ni acoge a las víctimas.
De esta forma finaliza la novena versión del Festival de cine de la Patagonia, un espacio de encuentro para el ojo crítico, desde el extremo sur para el mundo con un mensaje claro: recordar y resistir.