La problemática del extractivismo es algo transversal a todos los conflictos socioambientales de Latinoamérica. Así lo expone la activista ecofeminista ecuatoriana, Gabriela Ruales, quien también aporta una mirada de género a la Emergencia Climática.

Ruales visitó nuestro país en el marco de la Cumbre Social por la Acción Climática donde se lanzó el Manifiesto Climático Latinoamericano.

"Es siempre importante construir este tipo de manifiestos y ahora con el tema climático me parecer importante llevar el debate hacia la tierra, porque siento que muchas veces el tema climático se lo ve desde una agenda muy del norte, muy desde las políticas públicas. Pero siento que en estos espacios se lo lleva hacia la tierra, donde realmente están los procesos que generan el cambio climático o los conflictos climáticos y ambientales", afirma.

En esa línea, agrega que "por eso me parecen fundamentales estos espacios en que quede un manifiesto que dé cuenta de que sin que se cambie el modelo de acumulación capitalista-extractivista, cualquier acción climática terminará siendo innecesaria porque no está resolviendo los problemas de estos grandes generadores del conflicto climático".

-¿Se podía decir que el extractivismo es una actividad patriarcal? 

El extractivismo es una actividad con mano de obra masculina, que en su mayoría es ajena al territorio. Con él se empiezan a generar relaciones masculinas de los territorios cuando se contrata principalmente a hombres. Y se empieza a profundizar una división sexual del trabajo. Donde se valora más la economía monetaria. Entonces, los valores que hay, de otras formas de relación entre las personas se precarizan, al igual que las tareas de cuidado que recaen en las mujeres y, luego, cuando hay contaminación o destrucción de los territorios las tareas de cuidado a la naturaleza y a las personas que están afectadas recae mucho en las mujeres.

-¿Cómo se la la unión entre los conceptos de ecologismo y feminismo? 

Empezamos a detectar que si se junta el ecologismo con el feminismo podemos potenciar aún más nuestra visión de las opresiones que generan los proyectos del capital que están obviamente ligados con el patriarcado. Lo necesitan para poder ejecutarse.

Hemos visto como en toda la región se está identificando esto. La destrucción de la naturaleza y de los territorios por el capitalismo pero no solo por él sino por diversos proyectos extractivos que han fortalecido los gobiernos progresistas en América Latina. Cualquier actividad extractivista está de la mano del patriarcado para poder generarse.

-¿Qué significa el concepto de geografía feminista?

En el colectivo de geografía crítica del Ecuador hemos colocado la mirada del feminismo en el análisis espacial. La geografía feminista lo que propone es una mirada de lo que pasa en los territorios en términos de relaciones de género, relaciones de opresión desde el patriarcado y sus múltiples formas se hacen efectivas en los territorios, en los cuerpos de las personas, en las relaciones entre las personas y la naturaleza.

Hemos indagado en la línea de la contracartografía, que intenta mostrar lo que los mapas del Estado omiten. Es decir el Estado siempre te muestra el territorio como algo geográfico-material, pero nosotras intentamos hacer visible que en esos territorios suceden muchísimas cosas, entre esas, las relaciones de opresión que están afectando a las mujeres o procesos donde las mujeres o les feministes estamos construyendo otras formas de hacer espacialmente en nuestras vidas. En la geografía feminista hemos hecho visible la violencia contra las mujeres en Ecuador y ver cómo se espacializan, así podemos ver, por ejemplo, en qué lugares ocurren más o menos.