¿Por qué Random House y Planeta no pueden participar en la Primavera del Libro?

¿Por qué Random House y Planeta no pueden participar en la Primavera del Libro?

Por: Eduardo Farías | 04.10.2019
Lo inaudito, lo triste, es que para la actual versión, la 8a Primavera del Libro, casi fue posible la participación de Penguin Random House y Grupo Planeta (un mal capítulo de Rick & Morty), hecho que habría roto el espíritu de la feria. Uso el condicional compuesto al exponer la posibilidad truncada, pues por gestiones de Paula Gaete, presidenta de la Cooperativa de Editores de la Furia, Editores de Chile tuvo que retractarse en su decisión de aceptar la presencia de aquellos dos grandes grupos editoriales.

Desde hace mucho tiempo el marcado contraste entre la edición transnacional (o de grandes grupos económicos) y sus megaestands, y el resto de los puestos de venta, entre ellos los de la edición independiente, era evidente en FILSA. Frente a la desigual competencia, la edición independiente se vio en la necesidad de articular espacios para que los editores y editoriales puedan exponer sus catálogos en mejores condiciones. De esta manera, aparecen en Santiago la Furia del Libro, la FLIA y la Primavera del Libro, la Feria del Libro y Propaganda Anarquistas, y en la actualidad, el Encuentro de Editoriales Cartoneras. De las ferias nombradas, la Primavera del Libro (organizada por Editores de Chile) junto con la Furia del Libro se han convertido en instancias fundamental para la edición chilena, en su mayoría independiente y universitaria. 

Lo inaudito, lo triste, es que para la actual versión, la 8a Primavera del Libro, casi fue posible la participación de Penguin Random House y Grupo Planeta (un mal capítulo de Rick & Morty), hecho que habría roto el espíritu de la feria. Uso el condicional compuesto al exponer la posibilidad truncada, pues por gestiones de Paula Gaete, presidenta de la Cooperativa de Editores de la Furia, Editores de Chile tuvo que retractarse en su decisión de aceptar la presencia de aquellos dos grandes grupos editoriales. Un hecho que ya pasó y que no debiera importar; sin embargo, el síntoma y la enfermedad están ahí, más visibles que nunca. No quiero dejarlo pasar sin manifestar mi preocupación como editor independiente.

Querámoslo o no, la polaridad edición independiente y edición transnacional implica entender que son perspectivas editoriales opuestas, contradictorias entre sí. Y ellas no deben ser pensadas como moneda de cambio, ni menos con la ligereza que se evidencia en la decisión de la organización de la Primavera del Libro de haber aceptado a Random House y Planeta. La edición independiente implica posicionarse respecto del ecosistema actual y aquello debe ser coherente consigo mismo siempre, debe honrarse a sí mismo en cada decisión.

Desde mi perspectiva, la presencia de Random House y Planeta habría sido justamente lo opuesto, habría permitido que el concepto de edición independiente sea solo una moneda de cambio, una perspectiva contextual para posicionar intereses particulares en la relación con el Estado y con la sociedad civil, lo que sería, a mi modo de ver, la presencia en la edición independiente de neocapitalistas que se creen de izquierda. La presencia de estos dos grupos editoriales nos habría deshonrado, la imagen proyectada habría sido la de operadores político-culturales. Justamente, cuando se organiza un espacio para editoriales independientes y universitarias como la Primavera del Libro, la no presencia de la edición transnacional es un valor positivo, una decisión necesaria, fundamental, que hay que defender y que es parte de la lucha por el valor cultural de la edición. No era necesario que enrostráramos en la cara la maquinaria del rastrillo editorial de estos dos grupos editoriales.

Además, la presencia de Random House habría resultado contradictoria con las bases de postulación a la Primavera del Libro, pues en ese documento se especifica que las editoriales tienen que ser chilenas. Me imagino que es difícil justificar que Random House o Planeta sean editoriales chilenas, sería como pensar que Coca-Cola es también parte de la industria chilena. Penguin Random House y Grupo Planeta son parte de lo que se conoce como edición transnacional o edición de grandes grupos económicos, es decir, son un grupo económico que posee diversas marcas editoriales que han comprado de otros editores (concentración editorial) y que por sus características comerciales se encuentran en casi todos los países, pero que no son parte integrante de sus industrias locales, pues sus casas matrices están o en Estados Unidos o en algún país europeo. 

La decisión tomada por parte de Editores de Chile, de permitir la presencia de estos dos grupos editoriales, abre diversas incómodas preguntas, pese a que las razones dadas responden a un acto de buena fe por parte de Editores de Chile, y que se aseguró la no presencia de Random House y de Planeta: ¿por qué esta organización permitió la inscripción de Random House considerando que no son una editorial chilena y que, además, no son parte del espíritu de la feria?, ¿en el futuro Editores de Chile quiere ser amigo del Festival de Autores de Santiago, FAS, organizado por la Corporación del Libro y la Lectura que agrupa a grandes editoriales y transnacionales?

Todo esto nos hace salir del lugar cómodo en que se ha convertido el concepto de edición independiente, al permitirse acciones que atentan contra lo construido. Esos estands podrían haberlos utilizado editoriales que no estarán presentes en esta octava versión: Libros Tadeys, Desbordes, Marginalia Ediciones o el bloque cartonero y el ácrata, que también son proyectos chilenos e independientes (de hecho, sería muy provechoso que los editores neocapitalistas que se creen de izquierda e independientes vieran y aprendieran algunas cosas de estas dos escenas). Además, si no se van a respetar las bases de postulación, es mejor que se rompan otras cláusulas y que se piensen otras alternativas en el futuro para que editoriales independientes puedan optar por un estand: por ejemplo, permitir más de dos catálogos por estand de acuerdo a la cantidad de libros de cada editorial, lo que promueve la organización y el apoyo mutuo entre colegas al financiar un estand que individualmente o en pareja resulta económicamente imposible.