Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, utilizó su espacio de tiempo en la Asamblea General de la ONU para hablarle a sus seguidores, tal como lo hace diariamente en su país. Además de insultar a Cuba, Alemania, Francia, Venezuela y a todos los pueblos indígenas de Brasil, Bolsonaro dejó claro en su discurso lleno de odio y teorías conspiradoras lo que pretende en relación a la Amazonía, pueblos indígenas y personas LGTB.

En su discurso mostró su programa de ultraderecha, pro dictadura y contra todo lo que entendemos sobre derechos humanos. No es novedad para quienes acompañamos la política de Brasil, pero quizás si será novedad para quienes aún no lo habían escuchado.

Inició su discurso elogiando el golpe militar de 1964, diciendo que algunos militares fueron difamados. Se refería específicamente al torturador Carlos Alberto Brilhante Ustra. También aprovechó para, sin ninguna verdad, decir que gracias a él Brasil se salvó del socialismo y, obviamente, agregó el atentado que sufrió durante su candidatura, mintiendo una vez más sobre quien lo apuñaló.

Mintió sobre el peligro que la Amazonía enfrenta, no solo con los incendios. La amenaza de continuar deforestando tierras legalmente protegidas para uso agrícola y extracción de minerales hoy es una realidad. Amenazó a líderes indígenas como el cacique Raoni, acusándolo de ser una marioneta de la “guerra contra la Amazonía y también amenazó el derecho jurídico de las tierras Yanomami y Raposa Serra do Sol.

Los datos sobre la deforestación durante su gobierno son claros y fueron debidamente enviados por el INPE (Instituto Nacional de Investigación Espacial). Su director, Ricardo Galvão, un reconocido científico brasileño, fue despedido por haberlos divulgado.

En su discurso, Bolsonaro dejó claro que no continuará demarcando tierras indígenas y además criticó la extensión de las actuales, agregando que los indígenas viven como hombres de las cavernas. Anteriormente, había dicho que vivían como animales en el zoológico.

Según Bolsonaro, los datos oficiales sobre el asustador aumento de la deforestación en la Amazonía, son un complot de la prensa mundial que desea atacarlo. Criticando la ideología, Bolsonaro realizó un discurso ideológico, agresivo y centrado en su eterna y añeja paranoia, disfrazada de patriota, basada en la guerra fria.

Nada bueno vendrá para Brasil después de esto.