Investigadores desarrollan innovadora plataforma interactiva para reducir el riesgo de suicidio adolescente
Mejorar los indicadores en materia de salud mental de los jóvenes, enfocándose principalmente en los escolares de entre séptimo básico y cuarto medio. Ese fue el objetivo principal del proyecto “Desarrollo y evaluación de un modelo de intervención basado en tecnologías de información y la comunicación para reducir el riesgo de suicidio adolescente en establecimientos educacionales de la RM y la V Región”, iniciativa liderada por el académico de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina, Rubén Alvarado.
Así, esta propuesta busca contribuir a uno de los objetivos sanitarios del país: reducir la tasa de mortalidad por suicidio en adolescentes, donde, como detalló el académico, “desde el año 2000 la tasa de muertes por suicidio en el grupo etario entre 15 a 19 años creció de manera sostenida, hasta alcanzar cifras cercanas a 18 por 100.000”.
Frente a esta situación, y dado que los adolescentes actuales están altamente motivados por la tecnología y la digitalización, “quisimos crear una herramienta que les permita usar esos avances como algo que mejore sus vidas, que estén más integrados con su grupo familiar y de pares, que desarrollen relaciones sociales enriquecedoras y que les facilite detectar cuando tengan problemas en el ámbito de la salud mental y cómo enfrentarlos”.
El proyecto liderado por el doctor Rubén Alvarado, es integrado por los sicólogos María José Jorquera, del Departamento de Atención Primaria y Salud Familiar de la Facultad de Medicina, así como por Romina Pitronello y Franco Mascayano; los sociólogos Sergio Malverde, Eric Tapia y María Gispert; la doctora María Soledad Burrone, directora de la Escuela de Salud de la Universidad O'Higgins y Sara Schilling, estudiante de cuarto año de Medicina en nuestro plantel.
“Expertos” adolescentes
Para cumplir estos objetivos, junto a su equipo y a un grupo de ingenieros de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas “pero, antes que nada, con el apoyo de nuestros expertos en adolescencia –un grupo de jóvenes de entre 11 y 18 años-, con quienes trabajamos directamente”, explicó Eric Tapia, desarrollaron una plataforma web denominada Clan, con el fin no sólo de entregar información orientada a mejorar la salud mental de sus usuarios en distintos ámbitos de sus problemáticas, sino también a proporcionarles herramientas mediante diversas actividades y desafíos que los orienten a un desarrollo integral a nivel individual y social, así como consejería y apoyo profesional frente a situaciones de conflicto.
“Lo que pudimos observar es que sitios web con información hay muchos; la mayoría de ellos con una perspectiva muy académica. Lo distintivo de nuestra propuesta es que los adolescentes participaron directamente en su gestación”, destacó el profesor Alvarado.
Este grupo, conformado por jóvenes no sólo de distintas edades, sino que también de diferente género, intereses, realidades académicas y zonas del país, colaboró proponiendo y evaluando contenido y diseño de esta nueva plataforma, de acuerdo a las necesidades que ellos detectan entre sus pares. “Así fue como se planteó que la interacción que estableciera con los usuarios debía ser en base a su anonimato, por el estigma que aún tienen los problemas de salud mental”, agregó Tapia.“Incluso el nombre Clan del proyecto fue creado por ellos, por el concepto de crear un clan de amigos que se apoyan”, indicó.
Con esta nueva plataforma ya en funcionamiento, los investigadores la probaron en tres establecimientos educacionales –dos de la comuna de Maipú y uno de Valparaíso- con la participación de seis cursos de cada uno de ellos, a tres de los cuales se les dio acceso digital a esta herramienta, mientras que los otros recibieron información impresa, como grupo control.
En ese sentido, luego de la realización de algunos grupos focales entre escolares intervenidos, la socióloga María Gispert constató que “el concepto y objetivo de la plataforma se cumple bien, los chicos lo comprendieron como un sitio seguro, con información clara y elocuente para ellos”.
Al término de la intervención, los investigadores evaluarán los resultados mediante encuestas en las que medirán diferentes indicadores de salud mental, comparándolas con las ya aplicadas al inicio entre los dos grupos. Los resultados preliminares son promisorios, pues han encontrado una mejoría significativa en los indicadores de riesgo suicida en el grupo que trabajó con la plataforma.
“La prevención del suicidio es posible”
Desde el Ministerio de Salud, el doctor Matías Irarrázaval, jefe del Departamento de Salud Mental –quien participó de la gestión de esta iniciativa en el año 2016-, destacó algunos elementos fuertes de esta propuesta en términos de su repercusión.
“En primer término, la creciente dependencia que tenemos de la tecnología, que desde otra perspectiva nos permite llegar a miles de personas; ese es un concepto clave. Sabemos que tradicionalmente las personas buscan el contacto cara a cara, pero en la actualidad para algunos grupos de personas puede ser difícil superar las brechas que les dificultan acceder a atención de salud directa; por ello, el uso de tecnología puede ser muy beneficioso. En ese sentido necesitamos de más investigación como este proyecto presenta, para revisar la efectividad de las intervenciones digitales en diferentes soluciones de salud como pudiera ser la prevención del suicidio”, indicó.
Finalizó señalando que “la prevención en materia de suicidio es posible, es deseable y es factible de hacer en Chile; tenemos que incorporar soluciones universales y el uso de la tecnología lo permite”.
El proyecto “Desarrollo y evaluación de un modelo de intervención basado en tecnologías de información y la comunicación para reducir el riesgo de suicidio adolescente en establecimientos educacionales de la RM y la V Región”, fue realizado con el financiamiento de Fondef Idea. El doctor Alvarado finalizó señalando que esperan, en una segunda fase de la iniciativa, ampliar el alcance de esta plataforma en distintas comunas y establecimientos del país, apuntando a que, en el futuro, pueda ser accesible de manera personalizada a diferentes instituciones educacionales.