Fiscal de Lava Jato y juez de la Suprema de Brasil tuvieron encuentros secretos con banqueros/inversores durante la campaña electoral
La nueva filtración realizada por el medio digital The Intercept, con los secretos oscuros de la Operación Lava Jato, revela una situación que pone aún más sospechas sobre los intereses políticos y económicos que movieron la operación que surgió como una cruzada por salvar a Brasil de la corrupción.
Según el reportaje, publicado en colaboración con el periodista Reinaldo Azevedo (conocido como uno de los más conservadores de Brasil) y la Radio Bandeirantes, el fiscal jefe de Lava Jato, Deltan Dallagnol, estuvo en una reunión secreta realizada en septiembre (semanas antes de la primera vuelta de las elecciones), organizada por el grupo XP Inversiones – uno de los grupos financieros más grandes de Brasil -, y sus encuentros suelen reunir los más grandes representantes de bancos y grupos privados nacionales, o actores extranjeros interesados en invertir en el país.
La nota se basa en la conversación realizada en mayo de 2018, entre una mujer llamada Débora (que como el reportaje constató se trataría de Débora Santos, asesora comunicacional de XP Inversiones) y el fiscal Dallagnol, en la que ella lo invita a participar de una “charla privada” a ser realizada en septiembre sobre “la Operación Lava Jato y las elecciones”.
Además del curioso tema de la reunión (sobre todo porque contradice el discurso de Dallagnol y los demás fiscales de que su trabajo no tiene colores ni intereses políticos o electorales), llama la atención la forma como ella invita al fiscal garantizando que las reuniones serían secretas. Para ello, Débora recuera una charla que se realizó en aquel mismo mayo de 2018, con el magistrado Luiz Fux, miembro del STF (Superior Tribunal Federal, la máxima instancia del Poder Judicial en Brasil): “tenemos como hábito respetar la privacidad de nuestros invitados, la semana pasada recibimos al presidente del TSE, al ministro Fux, por ejemplo, y no ha salido ninguna nota en la prensa”.
La garantía que Débora ofrece a Dallagnol apunta a dos cuestiones. Una de ellas es la fuerte preocupación que el fiscal jefe de Lava Jato tiene por la imagen proyectada por su trabajo (a veces, más que por la corrección de los métodos en sí), y por eso sería tan importante el “respeto a la privacidad”, y que su participación en tal encuentro a vísperas del día de los comicios no fuera conocida por la opinión pública.
El otro tema es la presencia de Fux en otro de esos encuentros, porque además tiene un dato importante: en su argumento para convencer a Dallagnol del carácter reservado del evento, Débora recuerda que el magistrado también pudo participar del encuentro con los representantes del mundo financiero pese a que era entonces el presidente del TSE.
El TSE es el Tribunal Superior Electoral, el órgano que gestiona los procesos electorales en Brasil. Luiz Fux fue su presidente hasta agosto de 2018, y fue el responsable por dos decisiones clave en los últimos comicios: la no aceptación de la candidatura de Lula da Silva y la prohibición de que él pudiera dar entrevistas durante el período de elecciones.