Este fin de semana se conoció la condena a un año de presidio a Mariana Gómez, una mujer acusada de resistencia a la autoridad y lesiones leves a la policía luego de que fuera abordada por razones lesbofóbicas -acusa- mientras se besaba con su pareja, Rocío Girat.

Si bien la mujer no cumplirá su condena en la cárcel, sí deberá pagar los costos originados por el juicio. Al mismo tiempo, las organizaciones han insistido en el mal precedente que marca este fallo. "Besar no es delito", "Basta de lesboodio" o "Absolución para Marian" decían algunas de sus consignas el día de la audiencia.

La controversial decisión fue tomada por la jueza Marta Yungaro, quien ha sido duramente criticada por la parte afectada y la sociedad civil. "No me entra en la cabeza (...) Los pedófilos tienen que estar en cana, no nosotras", comentó Gómez.

Tanta fue la presión vivida por la mujer durante el proceso, que cuando salía por la puerta del juzgado, se desmayó por el desgaste.

Gómez y su pareja reclaman que el conflicto con la policía se produjo luego de que se acercaran a pedirles que dejaran de fumar en un lugar donde estaba prohibido. Sin embargo, las mujeres acusan una especial alevosía contra ellas.

"Había otras parejas haciendo lo mismo, pero de las que fumaban o se besaban, las únicas lesbianas éramos nosotras", señala la condenada.

La defensa de la mujer ya adelantó que apelarán a la decisión, dado que este fallo representa un síntoma de la "justicia patriarcal" y "lesbofóbica".

"La sentencia es lesboodiante, es discriminadora y nosotras llegamos hasta acá porque queríamos la absolución para que fuera un precedente. No esperábamos este fallo. Es en suspenso y eso es peor, porque tenemos que estar con cuidado en todas las esquinas. Compañeras necesitamos el apoyo, necesitamos que esto se difunda", reclamó Girat.