¿Qué significa “los niños y niñas primero”? Una reflexión y preocupación desde el campo educativo
Siguiendo con el eslogan de este gobierno encabezado por el Presidente Piñera, nos preguntamos ¿qué es realmente los niños primero?
En primer lugar, observaciones y alertas ante el reciente anuncio del 1 de junio por parte del Presidente de la República: “Proyecto de Ley de Subvención para la educación parvularia, que otorga a nuestros niños entre 2 y 4 años, una subvención de Jardines Infantiles con garantías de calidad”.
Entendiendo que los niños y niñas son sujetos de derecho y requieren recibir la mejor educación o llamada educación de calidad pero alejada de estándares económicos, nos preguntamos ¿cualquier centro educativo puede entregar educación parvularia y/o se le podrá premiar con un voucher de dinero? Al respecto, es importante revisar qué ofrecen a los niños, niñas y sus familias estos centros educativos.
Para empezar, ¿están los profesionales idóneos a cargo de los grupos de niños y niñas?, ¿hay un proyecto educativo participativo que sea garante de los derechos de los niños y niñas?, ¿cuentan estos centros o jardines infantiles con la infraestructura adecuada? De ahí la relevancia de la fiscalización por parte de la superintendencia y que cuenten con el Reconocimiento Oficial y Autorización para su funcionamiento.
Según investigadores a nivel internacional (P. Moss, G.Dahlberg, M. Zabalza o la chilena Victoria Peralta), una educación de calidad en primera infancia de acuerdo a investigadores a nivel internacional (P. Moss, G.Dahlberg, M. Zabalza o la chilena Victoria Peralta) es aquella en la cual participa la familia, favoreciendo interacciones positivas entre educadores y niños, como es el desarrollo cognitivo y apego seguro, donde se desarrolla un trabajo pedagógico planificado y evaluado por mencionar algunos factores relevantes.
Sin embargo, para algunos pudiera significar un buen negocio “abrir un jardín infantil” o para los colegios particulares subvencionados “incorporar otro nivel educativo en colegios”, con niños entre dos y tres años. Esto último es altamente riesgoso y ya lo hemos visto con el curso “kinder en colegios” (niños de 5 a 6 años), donde existe lo que hemos denominado en el campo educativo la “sobreescolarización”, es decir niños y niñas haciendo tareas frente al pizarrón o donde el juego y las prácticas pedagógicas propias de la primera infancia quedan olvidadas, de esta manera se adelantan procesos en forma poco respetuosa. Una educación respetuosa debiera tener presente cómo son los niños y niñas de las diferentes edades, de acuerdo a su historia de vida y contexto; qué es lo relevante que debieran aprender según sus intereses, necesidades y su localidad, por tanto, qué y cómo se debe enseñar no es un proceso casual ni homogéneo.
Cuando abogamos en educación por los niños y niñas primero, nos referimos a permitirles expresarse libremente, a jugar, a estar con sus familias y así, por ejemplo, favorecer una lactancia materna prolongada. Los niños y niñas primero en la primera infancia significa también permitirles quedarse en casa cuando se enferman y no presionarlos a que vayan a clases, o a sus familias por una pérdida de subvención.
También es importante que las familias y como sociedad nos preguntemos si son los niños y niñas primero o lo es el trabajo de las familias. En este sentido, cabe preguntarse ¿cuál sería la mejor respuesta como país? , ¿Sala Cuna Universal o apoyo para que cuidadores o adultos familiares puedan estar más con sus hijos? Esa es otra gran tensión.
Como educadoras de párvulos y casa formadora de nuevas generaciones de profesionales de la educación, agradecemos que se piense en los niños y niñas primero, eso sí dándole la real valoración a una de las profesiones con más de 150 años en Chile; una profesión que potencia y es clave en el desarrollo de los niños y niñas en sus primeros años de vida.