El círculo: el diálogo posible entre judíos y palestinos
El círculo es una obra que simula la creación de una obra, donde los actores hacen de actores que deben acordar un proyecto teatral. La particularidad es que el elenco tiene ascendencia palestina o judía, siendo tales alcurnias el argumento para la ficción dramática.
Tras el prólogo –de una voz sin cuerpo y un pequeño astronauta– todo comienza con una reunión exploratoria para iniciar el proyecto. Sentados en un salón, con café y dulces árabes, los actores abren la conversación, que a poco andar expele las rencillas sobre lo que se puede acordar y lo que no para la obra. Acompañado con proyecciones de fotografías antiguas y el mapa de la Palestina histórica, el diálogo sobre temas históricos, contingentes, familiares e íntimos, crea un tránsito de ida y vuelta por momentos cómicos, lúdicos y dolorosos.
La escenografía es discreta y el vestuario cotidiano, concentrando al espectador en los estupendos diálogos con sus cabales actuaciones. La obra aspira y logra calidad. Las conversaciones no evitan temas divergentes. Por ejemplo, se habla de la actual Marcha del Retorno, que se hace en Gaza desde hace más de un año; la ocupación militar que sufre la nación palestina desde 1967; y la imparable colonización comenzada en 1948.
Dada la particularidad de la obra, los actores van ensayando varios actos posibles. Uno –para mí muy impactante– es la emulación de una de las imágenes más atroces de la Intifada, donde el niño Muhammad al-Durrah es asesinado, mientras su padre pedía un alto al fuego parapetado en un pequeño bloque de cemento. Otros actos son el allanamiento a una casa, el asesinato de un niño que huye vendado con las manos atadas y un hombre que comparte café árabe con un soldado de la ocupación. Sin embargo, el valor de la obra no queda solo en un guión bien actuado, hay un esfuerzo que vale observar y acentuar.
A poco más de 13.000 kilómetros de Jerusalén, un electo chileno-palestino y chileno-judío, es capaz de llevar al teatro las comunes discusiones sobre lo que allá sucede. Mientras los palestinos alegan una colonización y ocupación armada, los judíos exponen la retórica de la seguridad, pero el desarrollo de la obra permite la apertura y entendimiento del otro, evitando su anulación. Quizás, este es el valor moral de la obra: que es un diálogo de oyentes, no de sordos.
Por otra parte, dialogar permite llegar a la sensatez: ¿cómo abordar la ocupación?, ¿es algo entre palestinos, árabes, musulmanes y judíos?, ¿es con el sionismo?, ¿un único Estado laico es la solución?
El nombre de la obra, El círculo, no entrega información sobre su tema, tampoco la fotografía de su publicidad adelanta la trama. Sin embargo, ambas cosas –la figura geométrica y la imagen borrosa– son entendibles luego de vivenciar la obra. La nación palestina lleva 71 años de resistencia, donde una de sus formas de sobrellevar su historia, es la resistencia artística. Esta obra, es un buen ejemplo para poder sensibilizar al espectador, y a la vez, dar a conocer un poco de la historia de la nación palestina.
El Círculo
Colectivo Natuf
Dirección Andrea Giadach y Alejandra Díaz Scharager
Matucana 100
18 de mayo - 09 de junio
Jueves a Sábado 20 horas y Domingo 19 horas
$5.000 general y $3.000 estudiantes, 3ra edad y jueves popular.
90 minutos
Mayores de 12 años