Las sombras de la

Las sombras de la "aclaración" de Alfredo Jocelyn-Holt sobre el doctorado Honoris Causa de Judith Butler en la U de Chile

Por: Francisca Quiroga | 18.04.2019
El señor Jocelyn-Holt no parece poder entender otra acepción del término "político" más que la que obsesivamente le preocupa en su columna y en su aclaración y, por cierto, omite del todo la mención de la ética. Agrega, además, que la responsabilidad de la que hablé no sería una que atendiesen las actuales facultades y centros de la universidad, cosa que no está dicha en ningún sitio del discurso. El señor Jocelyn-Holt ejerce una hermenéutica peculiar que tal vez habla más del hermeneuta que de su objeto.

Señora Directora:

En su "aclaración" del martes 16 de abril, el señor Alfredo Jocelyn-Holt se refiere a las reacciones que suscitó en redes sociales su columna del pasado sábado 13 de abril, a propósito de la concesión del doctorado honoris causa de la Universidad de Chile a la Dra. Judith Butler. La aclaración deja varias sombras que es conveniente aclarar.

En primer lugar, señala que la columna no cuestiona "los méritos académicos e intelectuales de Ms Judith Butler". Sin embargo, la introducción contenida en esa columna no puede sino dejar en el lector al menos la impresión de que la ligereza con que en ocasiones se otorga la distinción en ciertas instituciones podría haber tenido lugar en este caso. De cualquier modo, lo que queda claro es que en ningún pasaje de su columna se refiere el señor Jocelyn-Holt a aquellos "méritos académicos e intelectuales".

En segundo lugar, sostiene que sus "críticas a las actividades que rodearon el otorgamiento [de la distinción no se hacen] extensivas a la señora Butler". En el interés de dejar establecida su propia visión del asunto, reitera en cita lo antes afirmado; aunque resulte tedioso, me permito regresar al pasaje acusatorio: "“el tenor político con que cada una de sus exposiciones se hicieran acompañar la semana pasada fue más que evidente; ya sea por la ostentación de su militancia feminista, como por haber permitido a la universidad aprovechar la oportunidad para manifestar su compromiso institucional con ésta y otras causas progresistas.” La explicación resulta singular: si la Dra. Butler acompañó cada una de sus exposiciones con un "tenor político" y obvia ostentación, si incluso permitió que la universidad se valiera de la ocasión para adhierir a esa y otras causas, no veo manera de que no caiga sobre ella también la imputación del columnista.

En tercer lugar, y ya con porfía y nombre propio, cita un pasaje de lo que expresé en la inauguración del nuevo Centro Interdisciplinario de Estudios en Filosofía, Artes y Humanidades ; en ese pasaje hablé de la "responsabilidad y compromiso ético y político" no, por cierto, como lo que pretendo hacer con ese centro, sino como lo que concierne al ejercicio de las disciplinas convocadas por este. El señor Jocelyn-Holt no parece poder entender otra acepción del término "político" más que la que obsesivamente le preocupa en su columna y en su aclaración y, por cierto, omite del todo la mención de la ética. Agrega, además, que la responsabilidad de la que hablé no sería una que atendiesen las actuales facultades y centros de la universidad, cosa que no está dicha en ningún sitio del discurso. El señor Jocelyn-Holt ejerce una hermenéutica peculiar que tal vez habla más del hermeneuta que de su objeto.

Hay varias otras imprecisiones e incoherencias en la aclaración del columnista. Termino con una más de ellas. Al hablar del doctorado honoris causa conferido al Dr. Noam Chomsky, sostiene que la distinción se otorgó más al activismo político del homenajeado que a sus aportes a la lingüística, y que tanto Chomsky como Butler merecían un trato condigno con sus aportes intelectuales. No ingreso en el caso del Dr. Chomsky, cuyo doctorado honorífico me parece plenamente merecido en virtud de todos sos aportes. Ocurre que en el caso de la Dra. Butler la distinción es estrictamente correspondiente a sus contribuciones fundamentales a la teoría del género, a la teoría queer, a la ética y la filosofía política contemporáneas, que cimientan su alto prestigio internacional y parecen confundirse, en la interpretación del señor Jocelyn-Holt, con lo que él llama "activismo" y entiende por tal. Tanto como en este caso se ha rendido digno homenaje a quien ha realizado aquellas contribuciones, así también lo obrado dista interminanblemente de ser un "uso político institucional".