Alejandra Martí, directora Ejecutiva de Ópera Latinoamérica: “Más música, menos Fortnite”
El arte es una herramienta que va más allá de la expresión misma del sentir, del pensar, del percibir e interpretar. Es una herramienta vital para descubrir y comprender nuestro entorno, su historia y el día a día. Una sociedad con una fuerte base cultural está destinada al crecimiento y desarrollo social. ¿De qué manera podemos aumentar nuestro consumo de cultura? ¿Hay alguna fórmula o clave para generar un hábito cultural que nos lleve a crecer como sociedad?
Conversamos con Alejandra Martí, directora Ejecutiva de Ópera Latinoamérica (OLA) -organización sin fines de lucro que agrupa teatros de ópera iberoamericanos cuya misión es difundir y promover el arte lírico en la región- sobre la importancia de las artes y el énfasis en el desarrollo cultural desde edades tempranas.
-Tienes una vasta experiencia en el mundo de la gestión de espacios culturales. Has participado en diferentes teatros, tanto dentro de Chile como en el extranjero. ¿Cuál es la primera diferencia que ves respecto de la forma como consumimos arte y cultura en Chile y el resto de nuestros países vecinos? ¿Hay alguna diferencia substancial o el modelo es similar en esta región?
-Si miramos a países como México, Brasil, Argentina y Chile vemos que hay mayor consumo en los primeros tres en comparación con nosotros, lo que es bien lógico. Primero, por el tamaño de la población de estos países. Segundo, por la cantidad de infraestructura y apoyo estatal con que cuentan. Chile, en este sentido, es un país chico. Pero en los últimos años esto ha cambiado por el PIB per cápita, que es el mayor de la región. Eso ha hecho que se pague más caro por los conciertos y espectáculos y sea un mercado atractivo para las giras de las bandas y los artistas.
Otra gran diferencia radica en la influencia que tuvieron países como Argentina y Brasil, por ser puertos desde Europa. A ellos llegaron los principales exponentes de la música clásica y una fuerte inmigración. Esta influencia temprana hizo que se desarrollara tempranamente un público formado y melómano, que ya traía esos hábitos desde Europa.
-¿Cuál es el fin práctico del prototipado en la gestión cultural?
-Te responderé la pregunta desde el punto de vista de los teatros de ópera. Los grandes escenarios, en general, programan títulos de gran repertorio. A gran escala, es decir, full orquesta, full coro, ballet cuando lo requiere, escenografía, vestuario, etc. Como la apuesta de presupuesto es importante, la tendencia es a contratar a artistas con carreras probadas. Los teatros están presionados por la ventas de tickets para recuperar parte de lo invertido.
Por otro lado, los títulos que generalmente se programan son títulos del repertorio, por las mismas razones descritas antes. Es muy difícil para un teatro experimentar con un título de nueva creación con nuevos artistas en sus salas grandes y en las temporadas estables porque la presión por la venta es fuerte y hay mucha responsabilidad en ello.
Entonces, lo que hacen algunos teatros es dar espacio a la nueva creación y a los artistas más emergentes en los centro de experientación. Es el caso del Centro de Experimentación del Teatro Colón y del Argentino de la Plata. Desarrollan programaciones con nuevas creaciones en tamaños más pequeños y en salas más chicas. El riesgo es menor. A esto me refiero con prototipar. Es lo mismo que pivoteo o mockup, en el caso de la innovación en las empresas.
Esta apuesta, además, te da un semillero de nuevos talentos.
-¿Cuáles son las ventajas del prototipado en producciones mas pequeñas? ¿Se logra cautivar nuevas audiencias con esta forma?
-Claro. Es tremendamente beneficioso. Normalmente, al ser producciones contemporáneas y en manos de artistas vivos, se tratan problemáticas y temáticas actuales. Contar nuevas historias es la forma de llegar a los más jóvenes. Por ejemplo, temas de inmigración en USA, discriminación, el rol de la mujer, la guerrilla, etc.
-¿A qué edad recomiendas comenzar a acercar a los más pequeños a instancias artísticas? ¿Hay alguna edad en donde se puedan incorporar de manera relevante los elementos pedagógicos que entrega el arte en los niños?
-Lo recomendable siempre es cerca de los 4, 5 años. Si bien, hay programas para primera infancia, lo que hacen es conectarlos con la sensibilidad y la atmósfera más que con las historias.
Si quieres llevar a tus hijos con un fin educativo, lo ideal es partir a los 4 años, porque ya hay una comprensión de la narrativa y relato que se propone, sobretodo en el caso del ballet y ópera que normalmente cuentan historias. Depende mucho del programa.
-¿Cómo ves el consumo de arte a nivel familiar en la sociedad chilena? ¿De qué manera podemos incentivar la participación en estos espacios?
-El otro día conversábamos en un programa de radio al que me invitaron sobre llevar a los niños o no al teatro. Una de las personas en la conversación se quejaba que los teatros antiguos tienen butacas incómodas. En mi opinión, hay mucha incomodidad en muchos aspectos a la hora de educar a los hijos. Efectivamente, un teatro del Siglo XIX es incómodo porque no fue construido con el confort, materiales, ni exigencias del siglo actual. Entonces, el asistir a un espacio de esas características tiene también un valor patrimonial y eso hay que transmitirlo a los hijos cuando los llevas para que sean parte de la valoración de la experiencia. No solo es ver la obra. Tener teatros antiguos en Latinoamérica nos debe llenar de orgullo.
Si queremos mejorar los indices de consumo cultural que tanto nos escandalizan al ver las encuestas, creo que la responsabilidad parte por casa. Si tienes hijos, llévalos al teatro. Más música, menos Fortnite.
-¿Cuáles son los siguientes pasos en Ópera Latinoamérica en Chile?
-Para este año tenemos varios proyectos. El primero se desarrollará en marzo. Es el primer taller de capacitación que se dicta gracias a la alianza con la Accademia del Teatro alla Scala de Milán en Montevideo y Frutillar. Vienen dos pintores escenográficos a capacitar a los pintores en esos dos teatros de Lationamérica.
En junio iremos con una delegación de teatros a San Francisco. Hemos sido invitados a exponer a la conferencia anual de teatros norteamericanos, sobre OLA y Escena Digital, la plataforma de comercialización de espectáculos de ópera y ballet lationamericana.
Luego, en agosto, realizaremos el tradicional encuentro de OLA en Montevideo. La agenda de temas se mandará en abril, pero lo que hemos estado hablando es de volver a los temas más artísticos y de producción El segundo semestre de 2019 se realizará nuevamente el foro de comunicaciones, pero aún no está definido el lugar. Además, este año se realizará el World Opera Day.
Por su parte, OLA seguirá sumando socios a lo largo de la región durante este año y el próximo. La asociación ya se posicionó y mostró su aporte a los teatros de la región. Los teatros nos escriben solos para sumarse dada la necesidad clara de asociatividad y de trabajo en red. Es el boca a boca y el posicionamiento que está generando la adhesión.
-Uno de los objetivos de Ópera Latinoamérica es democratizar el acceso al arte, y llevarlo a todos los rincones de Chile. ¿Cómo están trabajando para lograr este objetivo?
-Creo que un aporte y sello de esta administración debe ser la tecnología. Al respecto, partimos con Escena.digital. Esa plataforma online es básicamente un marketplace que pone en vitrina las óperas y los ballet ya estrenados de los teatros de OLA y de todos los que quieran hacer negocios con Latam. Esta forma de “comercializar”, ya es un ampliar el acceso. Tradicionalmente, la venta y arriendo de las producciones se ha hecho por ruedas de negocios presenciales o vía visitas al extranjero de los directores de programación. Esto, por supuesto, que tiene un acceso limitado. Cuando tu pones esta información en internet, la haces accesible, abierta y transparente. Es decir, le abres la posibilidad de entrar a teatros que no están en los circuitos y así amplias el mercado de los arriendos, ventas y coproducciones.
Por otro lado, estamos trabajando ya hace meses en la idea de llevar Palco Digital, la plataforma tipo Netflix del Teatro Real de Madrid, a los colegios. Esto es, hacer streaming de espectáculos directo a las salas de clases. Quiero enfatizar que una transmisión jamás va a reemplazar la experiencia de ir a un teatro, pero estamos hablando que esto es un complemento a una experiencia posterior. Hoy en día, hay niños que no tienen nada de lo anterior.