La violencia de género en contra de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans: Un tema pendiente

La violencia de género en contra de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans: Un tema pendiente

Por: Constanza Valdés | 09.03.2019
Uno de las principales banderas de lucha dice relación con los ataques y crímenes que se han cometido en contra de mujeres lesbianas, bisexuales y trans en razón de su orientación sexual e identidad de género. En este sentido, en las ultimas semanas se ha visibilizado con fuerza el caso de Carolina Torres, una joven lesbiana que fue atacada a raíz de su orientación sexual y expresión de género.

Este 8 de marzo numerosas mujeres protestamos con fuerza en las calles contra la violencia de género, acoso, femicidios, machismo, desigualdad salarial, precarización laboral, lesbofobia y transfobia, entre muchas otras razones que tenemos para marchar. En este día, las mujeres lesbianas, bisexuales y trans también participamos de la huelga, ya sea a través de la paralización del trabajo, las distintas marchas a nivel nacional y/o la participación en distintos espacios creados para este día de reflexión y conmemoración.

Uno de las principales banderas de lucha dice relación con los ataques y crímenes que se han cometido en contra de mujeres lesbianas, bisexuales y trans en razón de su orientación sexual e identidad de género. En este sentido, en las ultimas semanas se ha visibilizado con fuerza el caso de Carolina Torres, una joven lesbiana que fue atacada a raíz de su orientación sexual y expresión de género. Este caso no solo ha reabierto el debate sobre la necesidad de reformar la Ley 20.609, conocida como ley Zamudio, para erradicar la violencia en contra de las personas LGBTI, sino que también ha dirigido la discusión sobre la violencia que sufren numerosas mujeres lesbianas, bisexuales y trans.

En este sentido, la reflexión, más allá de realizarse en el plano de la igualdad y no discriminación, debiera trasladarse de forma complementaria a un temática global que afecta a las mujeres en general hoy en día: la violencia de género. En este ámbito, recordemos que hace unas semanas atrás en el Congreso se aprobó, en su primer trámite constitucional en la Cámara de Diputados, la ley que establece el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Lamentablemente, dicha normativa no incorporó ningún apartado particular sobre la violencia que sufren las mujeres lesbianas, bisexuales y trans. Este triste panorama debe complementarse, además, con el hecho de que actualmente el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género no cuenta con ninguna política pública en relación con la violencia dirigida en contra de mujeres lesbianas, bisexuales y trans.

Esta invisibilización ha traído como consecuencia que el análisis de estos casos de violencia en general se observen exclusivamente desde la óptica de la discriminación hacia las victimas, simplificando en general el caso. Ejemplos de aquello se dan en los ámbitos de violaciones correctivas, acosos y femicidios sin resolver, como los crímenes en contra de Nicole Saavedra y María Pía Castro. En este sentido, no solo se hace indispensable una normativa que integre la violencia de género en contra de las mujeres lesbianas, bisexuales y trans, sino que también este enfoque se incorpore en el análisis del caso que realiza Fiscalía y las políticas públicas que elabora el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.

Hace unos días Fiscalía Nacional levantó un observatorio sobre crímenes en contra de personas LGBTIQ con apoyo de distintas organizaciones. Si bien esto ayudaría a establecer con mayor exactitud las cifras en esta materia, de poco sirve en lo concreto si es que no existe ninguna capacitación sobre violencia de género en contra de mujeres lesbianas, bisexuales y trans a los/as fiscales. Uno de los principales problemas en la investigación de estos delitos es el poco conocimiento que tiene el o la fiscal sobre esta materia.

Por esta realidad, por Nicole Saavedra, Mónica Briones, María Pía Castro, Paloma, Litzi Odalis y tantas más que ya no están, marchamos con rabia, impotencia y tristeza.

Marchamos por todas aquellas que tienen miedo y desesperanza. A todas ellas le decimos que nunca dejaremos de luchar, que si cae una, entre todas nos levantaremos y que hoy, con más fuerza que nunca, gritemos: "¡nunca más ataques en contra de nosotras!".