Este domingo 24 de febrero será un día histórico en Cuba. Cerca de ocho millones de votantes van a las urnas para participar en el referendo constitucional que concluirá el proceso de reforma a la Carta Magna del país, establecida en 1976.

La reforma fue iniciada a inicios de 2018, en una de las últimas iniciativas de Raúl Castro como mandatario cubano, pero puede decirse que casi todo su trámite fue gestionado por el gobierno del actual presidente Miguel Díaz-Canel, que organizó más de 130 mil reuniones populares en casi todos los municipios de la isla, durante un periodo de siete meses.

Durante su elaboración se realizaron más de 700 modificaciones de 113 artículos presentes en el texto actual de la Constitución de 1976, incluyendo la eliminación de frases y palabras o la inclusión de otras, razón por la cual algunos medios la califican como una nueva Constitución - aunque oficialmente el gobierno la considere como solamente una reforma.

Entre esos cambios se destacan algunos, como el que especifica más claramente la laicidad del Estado y en el fragmento donde dice que “sólo en el socialismo el ser humano alcanza su dignidad plena”, se agregó “y en el comunismo”.

También llama la atención que la nueva Constitución pretende instituir la figura del presidente de la República, sustituyendo la actual del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros (el nombre oficial del cargo que ocupa Díaz-Canel), y agregar la del vice-presidente.
En términos económicos, aunque no hay cambios trascendentales, se da mayor reconocimiento al derecho a la propiedad privada y permite algo más de espacio para el mercado entre las actividades económicas.

Otro tema que generó bastante controversia fue el proyecto  que define el matrimonio como la unión concertada entre dos personas, sin precisar sexo, lo que abre el camino legal para para el matrimonio igualitario, aunque hubo frustración de la comunidad LGBTI de la isla, porque el texto original era mucho más específico en señalar que el matrimonio igualitario pasaba a ser legal en el país, y fue cambiado tras su última votación en la Asamblea Nacional, el 22 de diciembre pasado.

Las ciudadanas y ciudadanos cubanos con derecho a ejercer su voto en esta jornada son los mayores de 16 años residentes permanentemente en el país por un período no menor de dos años antes de las elecciones, e inscritos en el Registro Electoral de su municipio.

Según datos del gobierno cubano, habrá más de 25 mil puntos electorales habilitados en el país, incluyendo a 195 urnas especiales en locales de alta concentración, como plazas centrales, terminales de autobuses, hospitales y aeropuertos.

De confirmarse el probable escenario de la aprobación de la iniciativa, el nuevo texto pasará a las manos del presidente Miguel Díaz-Canel, para su promulgación.