Vejez miserable: Adultos mayores viven encerrados en su departamento en Alto Hospicio por no contar con silla de ruedas

Vejez miserable: Adultos mayores viven encerrados en su departamento en Alto Hospicio por no contar con silla de ruedas

Por: El Desconcierto | 21.01.2019
Desde hace seis meses que Olga Soto (80) y su esposo Marce Contreras viven encerrados en su departamento en el sector de La Tortuga, en Alto Hospicio, porque no tienen una silla de ruedas apta para que Olga pueda salir de su hogar ubicado en un tercer piso. Para salir del domicilio deben llamar a bomberos quienes no siempre están disponibles porque se encuentran resolviendo otras urgencias.

Desde hace seis meses que Olga Soto (80) y su esposo Marce Contreras viven encerrados en su departamento en el sector de La Tortuga en  Alto Hospicio porque no tienen una silla de ruedas apta para que Olga pueda salir de su hogar ubicado en un tercer piso. Para salir del domicilio deben llamar a bomberos, quienes no siempre están disponibles porque se encuentran resolviendo otras urgencias.

Olga padece de un cáncer avanzado, diabetes y demencia senil, por ello necesita alguien a su cuidado las 24 horas del día, es por esto que Marce no trabaja y necesitan ayuda para obtener una silla "Roll Over", sillas aptas para subir y bajar escaleras que cuentan con tres ruedas en la parte trasera. Mientras no tenga la silla, Olga no tiene los medios para escapar en caso de sismo o incendio.

"En el terremoto pasado del 2014, Olga caminaba y nos refugiamos ambos debajo de una puerta, pero ahora no se qué pasaría porque no puedo desplazarme con ella así repentinamente", afirma Marce para La Estrella de Iquique.

La silla de ruedas que tiene Olga hoy a su disposición solo le permite moverse unos pocos metros en su departamento, lo cual afecta en su estado anímico: "Yo veo que ella se va apagando día a día. Creo que si ella pudiera salir de vez en cuando y mirar la luz del día al menos, se sentiría mejor. Yo sé que ella no va a mejorar físicamente, pero si su estado de ánimo cambiaría pues la veo que cada día se comunica menos".

Marce no tiene el dinero para comprar la silla y la ayuda que ha solicitado a empresas inmobiliarias y constructoras es insuficiente y difícil de gestionar. Les ofrecieron un departamento en un primer piso pero para ambos no se compara con su hogar propio que terminaron de pagar hace dos años, en donde tienen todas sus cosas y recuerdos.

Ambos adultos mayores esperan que una autoridad, tanto del gobierno como de la Senadis o el municipio de Alto Hospicio les puedan ayudar a conseguir una silla con ruedas con las características necesarias para que ambos puedan salir de la "cárcel del edificio azul" como el mismo Marce ha nombrado a su vecindario.

Si te interesa ayudar a Marce, puedes escribirle a [email protected].