Estudiantes de la Universidad O'Higgins cuestionan la posición de sus autoridades sobre el debate de género
Estimada comunidad UOH,
Próximas/os a una nueva cuenta pública del Rector, como representantes estudiantiles de las carreras de salud, queremos manifestar nuestro profundo malestar por la manera en cómo se está construyendo la universidad.
No es sorpresa nuestra posición ante la no renovación de contrato de las Dras. Figueroa y Bravo, hemos sido enfáticas y enfáticos en transmitir nuestro rechazo hacia las medidas y procedimientos adoptados por las autoridades de la universidad, sin embargo, creemos que los dichos del Rector el día lunes 7 de enero en la comisión de Mujer y Equidad de Género de la cámara de diputadas y diputados, terminan por demostrar y justificar un modo de funcionamiento de la UOH basado en el autoritarismo, que desprotege a trabajadoras y trabajadores, lo que estamos lejos de compartir.
En primer lugar, rechazamos el ánimo de vanagloria presentada por el Rector al mencionar diversos indicadores que nos sitúan, de manera totalmente cuestionable, como una universidad con una política de género. Es destacable que contemos con cupos de equidad, sin embargo, es un mínimo y en ningún caso representa medidas estructurales que permitan a la institución y a la comunidad universitaria hacerse cargo de una cultura de discriminación y violencia hacia las mujeres. Junto a ello, es importante hacer uso de la información con rigurosidad, pues la UOH no es de las primeras universidad en tener protocolo contra el acoso, documento que por lo demás es bastante precario en materia de género, teniendo incluso artículos que desincentivan las denuncias. En este marco, el rector pone énfasis en que la no renovación de contrato no se trata de una discriminación de género, pero nosotras y nosotros no lo creemos así, pues nos parece que se avanza precisamente en la dirección de corroborar que existe un claro sesgo de género al presentar una argumentación que expresa que las docentes desvinculadas no tenían voluntad para avanzar en sus carreras académicas, al mismo tiempo que la Dra. Figueroa se adjudica un Proyecto Conicyt correspondiente al Programa de Atracción e Inserción de Capital Humano Avanzado (PAI) y la Dra. Bravo recibe reconocimientos internacionales por su investigación. Dicha apreciación que injustamente se posiciona sobre las académicas, destacadas investigadoras y activistas feministas, y absolutamente en ningún otro académico, no hace más que dar mayor sentido a la idea de que hay otros argumentos y no precisamente relativos a la productividad científica, los que sustentan su no renovación de contrato para el año 2019.
En segundo lugar, diputadas de todos los sectores políticos criticaron el procedimiento llevado a cabo por nuestras autoridades, haciendo énfasis en que una evaluación de desempeño, independiente que no esté regulada como lo están la evaluación académica o el proceso de calificación -en el primer caso es voluntaria para académicas/os en caso que quieran optar a subir de rango y en el segundo se realiza todas/os las/os funcionarios/as luego de haber cumplido dos años de servicio-, ésta debe cumplir con criterios mínimos de ejecución como comunicar a las funcionarias que están siendo evaluadas, los criterios que ello implica e instancias de apelación. Junto a esto, y aún más grave, transversal fue el rechazo a que ambas académicas hayan sido evaluadas por quienes ellas denunciaron por acoso laboral unos meses atrás. Esto, a nuestro criterio, se condice de forma lamentable con los dichos que nos entregaron a las y los representantes de las carreras de salud, los vicerrectores académicos y de gestión institucional en una reunión sostenida en el contexto de la ocupación del frontis de la Universidad el día 18 de Diciembre, en la cual nos manifiestan que ellos también respaldan que la directora de la Escuela y el director del Instituto de Salud hayan evaluado a las académicas, expresando que al ser sobreseídos de la investigación sumaria estaban completamente habilitados para evaluar a quienes mismas los habían denunciado.
Este tipo de argumentos, sumado a la nula autocrítica de este proceso, pone en franco cuestionamiento la posición de las principales autoridades de la Universidad en cuanto al debate de género, señalando fortalezas institucionales para este tema, pero actuando en los hechos de manera contradictoria. Además, demuestra que en la UOH existe una desprotección hacia las/os funcionarias/os académicas/os y no académicas/os. No se puede permitir que sean estas las lógicas que sigan operando.
Lamentablemente todo esto sucede cuando el estamento estudiantil no está presente en la Universidad, sin embargo, llamamos a todas y todos quienes confiamos en que la universidad la construye su comunidad, a estar atentas/os, alerta, a organizarnos y a involucrarnos en la construcción de una universidad pública, de calidad y democrática, que no se quede atrapada en las lógicas de las universidades del siglo XIX.
Delegadas/os Enfermería
Delegadas/os Terapia Ocupacional
Centro de Estudiantes de Medicina (Mesa Coordinadora y Delegadas/os)