Ahora falta Chadwick
La imagen de Chadwick y Ubilla junto a Piñera es penosa. Sin peso, sin voz ni poder, aparecen derrotados por el removido, Hermes Soto, que se va con rebeldía, sin renunciar, obligando a que el Presidente firme un decreto, riéndose de sus jefes, a quienes les ratifica que al final no lo mandan. Chadwick quedó en rol decorativo, de adorno, y eso no le sirve a nadie, ni a la derecha ni a la izquierda.
No da pie a una solución del conflicto, que ya es un sistema del que él ha sido protagonista. Hace 9 meses sacaron a Bruno Villalobos por las consecuencias del grosero, burdo, bárbaro montaje de la Operación Huracán. Hoy sale Hermes Soto por otro grosero, burdo y bárbaro montaje en caso Catrillanca. Dos jefes, dos montajes, 9 meses. No es casualidad, es cultura delictual que sobrepasó con creces al líder de Interior. Es sistema con rostros y símbolos, como Chadwick, como Ubilla.
La renuncia de Hermes Soto, tras 9 meses, luego de decenas de mentiras entre carabineros, de carabineros al país, de montajes y encubrimientos en caso Catrillanca, quedará en la historia como la muestra más dura del putrefacto estado de la institución en estos tiempos democráticos. Putrefacción de forma y fondo. Soto se va con 10 generales, no tenía otra salida, pero el gobierno no ha solucionado nada, con Chadwick vencido, se sigue hundiendo en el vacío de poder y control. El país presencia el espectáculo con una inquietud intacta, porque en Chadwick ve a Soto y la raíz del problema, ve a Catrillanca.
Con la remoción de Hermes Soto no se resucita a Catrillanca ni se garantiza seguridad, orden ni patria a víctimas del encubrimiento, abuso y violencia de Carabineros. Era paso lógico. Ahora Piñera está asediado y presionado para demostrar su liderazgo. Seguir con Chadwick será su peor trampa y la elección de su condena. El futuro es incierto, la crisis nos afecta a todos como vulnerables ante institución descabezada y desconcertada, en rebeldía frente al poder civil, al estilo de herederos de la dictadura.
Justicia, verdad y cambios políticos que reemplacen a Chadwick y su fracaso son el camino. Detrás de la escena estamos todos, a la espera de mejoras, desconfiando ante el caos.