Esta tarde, el Tribunal Oral en lo Penal de Valdivia determinó condenar al dirigente mapuche Facundo Jones Huala por el delito de incendio y tenencia ilegal de armas de fuego, en un incidente ocurrido en enero de 2013.

Jones Huala, lonko de su comunidad en Cushamen, Argentina, fue extraditado desde el país vecino en agosto de este año por decisión de la Corte Suprema.

El comunero mapuche fue acusado por el incendio en el fundo Pisu Pisué en el año 2013 junto a Fennix Delgado, Cristián García, la machi Millaray Huichalaf, Tito Cañulef y Alex Bahamondes. Jones Huala, eso sí, se fue a Argentina en medio del proceso, siendo declarado en rebeldía por el tribunal.

El juicio continuó contra el resto. El Ministerio Público recopiló nueve tomos de investigación, presentó cientos de pruebas y más de medio centenar de testigos. La sentencia de más de 240 páginas terminó sin ninguno en prisión.

La única condena fue para la machi Millaray Huichalaf por el delito de encubrimiento, con pena de 61 días de cárcel, los fueron conmutados por los más de 200 días que pasó en prisión preventiva a la espera del juicio.

El proceso mostró también como la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) hizo un profundo seguimiento fotográfico de tanto Jones Huala como la machi Millaray. Estas pruebas fueron ingresadas por oficiales de la PDI, ya que los de la ANI no pueden declarar en juicio. Daban cuenta, por ejemplo, de Jones por el centro de Temuco y de la machi liderando una protesta contra la hidroeléctrica Pilmaiquén.

Alejandro Pino Medina, funcionario de la PDI, declaró en ese juicio que que la ANI realizaba esas diligencias sin orden judicial cuando se trataba de "grupos subversivos".  “Era de carácter violento y ocultaba su identidad con capuchas y siempre actuaba de noche”, dijo el PDI, quien también aseguró que pusieron los ojos sobre Jones después de “googlear” la frase “PU Hueichafe Resistencia Ancestral Mapuche”, utilizada, según ellos, para reivindicar atentados incendiarios en Villa La Angostura, Argentina.

La vinculación al grupo vino a través de un testigo protegido que dijo que en la casa de la machi se "estaban quemando evidencias". La policía allanó la casa, detuvo en el lugar a los seis acusados e incautó computadores, celulares, ropas, mascarillas, pistolas de fogueo, escopetas artesanales y cajas con cartuchos de bala, además de mapas, “cuadernos con dibujos del Che Guevara” y “hojas blancas con escrituras sobre temas mapuche”, según se lee en la acusación. También se incautaron lienzos con la consigna “resistencia Puelwillimapu”, los que la ANI comparó con los presentes en “marchas pro mapuches”.

Los jueces, en el juicio de 2014, determinaron que esas armas no tenían relación con los disparos que se percutaron en el lugar del incendio en el fundo Pisu Pisué. Además, no había ninguna prueba directa que vinculara el incendio a los acusados, lo que, en principio, se hacía extensivo al propio Jones Huala, quien no estaba presente.

Sin embargo, con exactamente las mismas pruebas, los tres jueces del tribunal de Valdivia, después de la relevancia mediática que adquirió Jones Huala y su caso, decidieron condenarlo por ambos delitos. "No sirve litigar cuando las sentencias ya vienen escritas con anterioridad", dijo la abogada Karina Riquelme a la salida del tribunal.

El 21 de diciembre se conocerá en detalle la decisión de los jueces, de porqué valoraron las pruebas que antes habían sido cuestionadas.

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