Museo de la Memoria: Un espacio que enfrenta el negacionismo
Quienes conocen el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos podrán compartir o no el relato que cuenta el museo, pero dudar de la veracidad de los testimonios de sobrevivientes, familiares, organizaciones de derechos humanos, organismos internacionales y tantas voces más que recoge la muestra permanente, es simplemente negar la historia.
Lo que sucedió con los dichos del ex ministro de Cultura supone una preocupante visión sobre los hechos del pasado que no es solo suya, una visión que se reduce al argumento del contexto sin importar que en Chile ocurrieron crímenes de lesa humanidad, graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, como si fuera el contexto lo importante de rescatar y no los hechos objetivos que ocurrieron y que documenta, por ejemplo, el Informe Rettig o los informes de la Comisión Valech.
Gran parte de la documentación de lo ocurrido en Chile y en el exterior con las víctimas es parte de los archivos del Museo de la Memoria. Archivos que son la base de procesos judiciales y de numerosas investigaciones periodísticas y documentales nacionales e internacionales. ¿Cómo podría ser un montaje tanta prueba?
Un montaje es una simulación. El museo no simula lo ocurrido.
En otros países existen normativas que sancionan el negacionismo, es decir, expresiones que niegan lo ocurrido. Dicho de otro modo, que acomodan su visión de los hechos relativizando el dolor de las víctimas. Hoy en Chile hay un proyecto de ley en tramitación sobre esta materia. La implementación efectiva de las garantía de no repetición supone, entre otras medidas, generar normativas robustas que sancionen toda acción que contribuya a negar lo ocurrido y a quienes desarrollen homenajes a criminales de lesa humanidad, tanto en la esfera pública como en las instituciones armadas. Si Chile avanza en esta dirección con esta normativa, sería una gran aporte para nuestra democracia, colocando límites a quienes insisten en poner en la balanza la verdad de las víctimas con la verdad de sus perpetradores.
El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos es una institución vital para la profundización democrática. Nació como recomendación de las comisiones de verdad y sin duda constituye una reparación simbólica a las miles de víctimas que dejó la dictadura, también un espacio de diálogo con las nuevas generaciones. Es un punto de encuentro indispensable con nuestra historia, su verdad y sus miserias.