Frente al negacionismo: Rebeldías feministas, memorias en lucha

Frente al negacionismo: Rebeldías feministas, memorias en lucha

Por: El Desconcierto | 13.08.2018
Como feministas, nos parece fundamental pronunciarnos, pues sabemos que de lo que se trata esto no es de la defensa del prestigio de un museo en particular, sino el intento deliberado de la derecha chilena de establecer una política de negacionismo e impunidad. Con esta, se intenta borrar de la memoria colectiva los crímenes y violaciones de derechos humanos de una dictadura cívico militar criminal, y con ello relativizar los hechos a fin de que la verdad histórica sea cuestión de puntos de vista.

El actual Ministro de Cultura ha calificado al Museo de la Memoria como un “montaje”; acto seguido, la hija de Sebastián Piñera ha señalado que este museo “cuenta una sola verdad”. Tiempo atrás, un grupo de diputados UDI pidieron la salida del director del Museo de la Memoria para convertirlo en “un lugar de encuentro y con mirada de futuro”, y hace menos de una semana, como sociedad hemos presenciado con estupor cómo la justicia de este país le ha otorgado libertad condicional a 7 criminales de lesa humanidad.

Al respecto, como feministas, nos parece fundamental pronunciarnos, pues sabemos que de lo que se trata esto no es de la defensa del prestigio de un museo en particular, sino el intento deliberado de la derecha chilena de establecer una política de negacionismo e impunidad. Con esta, se intenta borrar de la memoria colectiva los crímenes y violaciones de derechos humanos de una dictadura cívico militar criminal, y con ello relativizar los hechos a fin de que la verdad histórica sea cuestión de puntos de vista.

Sin embargo, esta política de impunidad no es reciente. Corresponde a una línea de continuidad del pacto transicional, dado por una justicia en la medida de lo posible, es decir, hecha a medida de lo que estuvieron dispuestos a aceptar a los violadores de derechos humanos (Aylwin); políticas de reparación simbólica (Lagos); el secreto de los informes que dio protección a los torturadores por 50 años; las penas irrisorias a violadores de derechos humanos; la presencia actual de criminales de lesa humanidad y de sus  cómplices en el aparato estatal.

La violación sistemática de los derechos humanos no es cosa del pasado; se extiende desde la dictadura hasta el presente como elemento central de las transformaciones políticas del pacto transicional que hemos señalado: la negación acceso a derechos sociales básicos, el aniquilamiento de los territorios por el extractivismo, la violencia contra las comunidades en resistencia de wallmapu, la infancia encarcelada en sename. Estas y tantas otras obras son fruto de las distintas administraciones que se hicieron cargo de sostener ese pacto transicional que mantuvo los cambios instalados en dictadura, y de ese proceso fueron parte varios que hoy rasgan vestiduras por los dichos del ministro, pero que muy poco hicieron por restablecer los derechos y la dignidad del pueblo, cuando fueron gobierno.

Todo aquello es el terreno fértil sobre el cual hoy la derecha despliega sus estrategias de impunidad y negacionismo.

Este pacto transicional de impunidad, silencio y ocultamiento de verdad, el cual estableció para Chile las premisas de “Consenso y Unidad”, tiene como anverso la negación de verdad y la justicia. Es justamente este pacto lo que debemos poner en jaque, articulando una lucha político social por una memoria colectiva en pugna.

Es tiempo de abrir un debate crítico sobre la memoria oficial que se ha construido. Es nuestra tarea visibilizar las memorias en resistencia, politizar y re apropiar la causa de los derechos humanos, rebelarnos contra el consenso y la unidad ficticias construidas sobre la negación de justicia y verdad.

Necesitamos construir para Chile una memoria viva, crítica, feminista y en lucha, donde quienes han estado al borde y al margen, vuelvan al centro: la resistencia a la dictadura y la transición pactada, las luchas libradas en tribunales por familiares de detenidos desaparecidas/os y ejecutadas políticas/os, las luchas actuales de ex presos y ex presas politicas, las luchas callejeras, las memorias populares hoy subordinadas a la verdad oficial.

Como Colectivo Mujeres Sobrevivientes Siempre Resistentes y Coordinadora Feminista 8M nos preparamos para levantar un Septiembre de Memorias de Rebeldías Feministas, y nos pronunciamos hoy para decir con fuerza que no olvidamos el conjunto de estrategias de represión, violencia y terror que el Estado, con aval de civiles de derecha, desplegó contra nosotras y contra el pueblo en su conjunto a fin de intentar, sin éxito, eliminar nuestro horizonte emancipatorio.

Construyamos memoria rebelde y feminista.