El 23 de Mayo en medio de la gran ola feminista diferentes actorías sociales exigimos la renuncia del entonces ministro de Educación Gerardo Varela. Las razones fueron su incapacidad para comprender y responder ante las demandas en materia de educación, que transformaran desde la raíz el mercado sexista que rige los establecimientos educacionales de todo Chile. En esta línea, sus frases célebres fueron grandes indicadores de su visión en materia educativa: los casos de acoso sexual fueron llamados como “pequeñas humillaciones”; la educación sexual debía quedar relegada a la esfera de lo privado, y consideraba a sus hijos como “campeones, por ocupar muchos condones”; así como también, indicó los bingos como vía de respuesta a la crisis de la infraestructura de los establecimientos. La subsidiariedad del Estado se expresó durante estos primeros meses de gobierno en el silencio ante las demandas por una Educación No Sexista y el fin a la precarización de nuestros espacios educativos, donde hoy se educan miles de estudiantes.

Setenta y ocho días después, tras haber visto el movimiento feminista desbordando las calles de todo el mundo en apoyo a las mujeres en Argentina que siguen luchando por un aborto libre es que el presidente Piñera decide realizar un cambio en la cartera. No es azaroso, que esta salida sea tan tardía, pero que se realice justo después de que miles de chilenas se han manifestado durante las últimas semanas a favor de un aborto libre, gratuito, legal y seguro. En esta línea Marcela Cubillos se muestra como la vía de neutralización de las demandas feministas: una mujer llega a la cartera de educación. Sin embargo, las feministas tenemos claro que ser mujer no es lo mismo que ser feminista, y cualquier mujer que contribuya a la negación de los derechos sociales de otras mujeres, no representará el proyecto transformador que ha tenido el feminismo históricamente, sólo contribuirá a la restauración del orden.

Es en este punto en el cual vemos la incapacidad que tiene el Presidente Piñera para entender la profundidad de la demanda, pues el hecho de que se cambie a Gerardo Varela por Marcela Cubillos no hará que la crítica desaparezca. Por lo contrario, seremos tajantes en decir que la UDI ha sido quien históricamente ha mantenido en la misma línea la precarización de la vida de las mujeres: ha mantenido históricamente la impunidad de los crímenes de lesa humanidad, en los cuales fueron partícipes; y, ha negado históricamente la garantía de los derechos sociales, incluyendo en esta línea los derechos sexuales y reproductivos. Los movimientos sociales hemos sido claros en nuestras demandas. Vemos, en la vereda opuesta, a un gobierno que hace oídos sordos, y que apuesta contra la transformación de la educación en nuestro país. Sin embargo, como ya hemos dicho anteriormente, el feminismo llegó para quedarse, y no habrá proyecto de educación no sexista posible, que no involucre la recuperación de nuestras vidas y nuestros cuerpos.