Durante este martes se conocerá el nombre del nuevo Premio Nacional de Derechos Humanos 2018, que es entregado cada dos años por el Consejo del INDH. Aunque aún no se ha oficializado, ya es seguro que la abogada Fabiola Letelier, de 80 años, fue distinguida con el reconocimiento.

La discusión contempló a 23 personas destacadas por su aporte en la materia, entre las que se encontraban la machi Francisca Linconao y la dirigenta Mireya García.

Letelier se desempeñó en la Vicaría de la Solidaridad, para luego trabajar activamente en la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu). La abogada es hermana de Orlando Letelier, el político que fue asesinado en Washington por órdenes de la dictadura de Augusto Pinochet, en el marco de la Operación Cóndor.

Fabiola Letelier es conocida por su aporte en el procesamiento del ex jefe de la DINA Manuel Contreras, quien fue condenado a siete años de cárcel por el atentado en Washington contra su hermano. La sentencia se extendió al brigadier Pedro Espinoza, ayudante directo de Contreras, y fue la primera condena dictada en democracia contra militares implicados en violaciones a los derechos humanos.

Entonces, Letelier sostuvo que, pese a lo reducido de la sentencia, "demuestra que la justicia en este país es posible cuando existe la voluntad de un juez honesto y probo de buscar la verdad y aplicar la ley".

La abogada también destacó en el trabajo jurídico de varias causas relacionadas: "Nuestra actuación, como abogados, era en primer lugar tener una actitud posi­tiva al recibir a las víctimas que iban a denunciar las vio­laciones y los atropellos que ellos habían sufrido y actuar de acuerdo con la ley chile­na, estudiar el código penal, y presentar, sobre todo en los primeros tiempos, recursos de amparo por los detenidos", recordó sobre su trabajo de aquellos años.

En esa misma entrevista, Letelier señaló que se encontró de cara con el dictador cuando su hermano se encontraba preso: "Yo fui muy arreglada, y me encontré con un compañero de curso, que no me ayudo cuando estuve presa. Me saludo y le dije 'a cobardes no los saludo'. Ha­blé con Pinochet, que había 16 países del mundo que pe­dían que liberaran a Orlando, quien había sido detenido sin ninguna orden judicial, esta­ba sin comunicación con la familia".

En años anteriores, el reconocimiento se entregó a Viviana Díaz Caro (2011), María Soledad Cisternas (2014) y el sacerdote José Aldunate Lyon (2016).