100 años del grito de Córdoba: La lucha continúa en Chile y en la Usach
Hoy 21 de junio se conmemora el centenario de una Lucha Histórica de l@s estudiantes de Latinoamérica. Hace 100 años estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba decidieron alzar la voz a través de una huelga general y gritar fuerte y claro que la universidad debía tener una estructura de decisiones democrática, junto con poner el conocimiento que allí se enseñaba y producía al servicio de las necesidades de la sociedad, con autonomía intelectual e institucional.
En los años y de décadas posteriores, la lucha iniciada en Argentina tendría su símil en muchos países de la región como Brasil y México. Latinoamérica impugnaba desde su realidad el Ethos de la universidad autoritaria y medieval, para apuntar hacia un modelo radicalmente distinto.
Esta histórica lucha en Chile tuvo su primera expresión relevante con el movimiento de reforma universitaria de los años 60, que comenzó en 1961 con la toma de la escuela Minas de Copiapó que formaba parte de la UTE. Gracias a esta lucha se consiguieron importantes avances a nivel nacional. En este proceso, uno de los hitos culmines e insignes fue la elección triestamental de Enrique Kirberg como Rector de la Universidad Técnica del Estado, en 1971.
Las décadas de dictadura aplastaron vilmente todos los avances conseguidos por dicho movimiento. La puesta en marcha de todo un nefasto marco legal autoritatio, vía decretos, posteriormente fue legitimada por todos los gobiernos “democráticos” hasta el día de hoy. No es extraño. La idea de universidad neoliberal responde al mercado fue apoyada clara y determinadamente por la Concertación y la ultraderecha. Y esto contrapone en esencia al proyecto de universidad señalado anteriormente.
En la caso de la Usach, Universidad hija de la UTE, la lucha por la democratización ha sido incesante hasta el día de hoy, para recuperar lo que la dictadura nos robó. En 2015 cabe destacar, que el rector Zolezzi, luego de una movilización estudiantil interna de más de 4 meses de extensión, comprometió la realización de un plebiscito triestamental, que por su falta de voluntad finalmente no se ha realizado hasta el día de hoy.
Ad portas de una nueva elección de rectoría, sigue imperando el autoritarismo donde solo algunos profesores y profesoras pueden decidir, dejando afuera en su totalidad a funcionari@s y estudiantes. Hoy seguimos movilizados con un petitorio que entre sus puntos clave exige una Universidad democrática al servicio de nuestro Pueblo. Creemos con firmeza que la única forma de garantizar dignidad para todos y todas, estudiantes, profesores y funcionarios que integran la comunidad usachina, es con democracia.
Creemos con firmeza que, para acabar con la violencia de género, con la precarización laboral y con las vulneraciones de derechos que sufren en la cotidianidad los y las integrantes de la comunidad usachina en situación de discapacidad, debemos tener una universidad democrática. Creemos con firmeza también que la universidad que aporta al nuestro pueblo y no al mercado, debe ser plenamente democrática.
Hoy, la lucha que comenzó hace 100 años continúa y continuará hasta que todas y todos seamos incluidos en las decisiones que se toman en las universidades. La tarea es ardua y el enemigo titánico, pero parados sobre la memoria y las victorias de la lucha estudiantil latinoamericana podemos decir que la democracia triestamental universitaria no es una utopía. La Universidad que queremos para el país que soñamos debe ser democrática y lucharemos hasta conseguirlo.