Antonio Becerro, director de La Perrera Arte: “La película 'Los perros' muestra el pellejo duro de la clase dominante chilena”
Como un “interesante cruce de visualidades de diverso origen” describe el artista plástico y taxidermista Antonio Becerro la película de Marcela Said “Los perros”, cinta que se estrenó el pasado 15 de marzo en Chile tras haber sido presentada con éxito en diversos festivales internacionales.
El filme, que corresponde a la segunda ficción de la realizadora de importantes documentales como “Opus Dei”, “El mocito” y “I Love Pinochet”, narra la historia de Mariana, una galerista interpretada por Antonia Zegers, quien, recién a sus 42 años, empieza a darse cuenta que es parte de un ambiente relacionado con los años más oscuros de Chile, ya que su profesor de equitación (Alfredo Castro) está siendo procesado por crímenes de lesa humanidad durante el régimen de Augusto Pinochet y su propio padre (Alejandro Sieveking, premiado como el mejor actor en el Festival de Cine de Biarritz 2016 por su rol estelar en “El invierno”, del director argentino Emiliano Torres) también fue parte de las altas esferas en dicha dictadura.
En la apuesta narrativa de Marcela Said, que en todos sus trabajos, tanto documentales como de ficción, se ha internado en los más desconocidos e impenetrables espacios de los grupos de poder en su país, la protagonista no solo comienza a ver con otros ojos su propio entorno, sino que también, producto de su interés por el arte y su amor por los animales, inicia un recorrido por territorios estremecedores de las manifestaciones de vanguardia, donde la ferocidad de su clase social tiene como contrapartida las obras orgánicas del mencionado Antonio Becerro, director del Centro Experimental Perrera Arte, quien desde hace 22 años realiza trabajos de taxidermia con el cuero de perros atropellados en las grandes y modernas autopistas privadas, y de Gabriela Rivera, quien realiza trajes y máscaras con la piel de diversas especies -aves, cerdos, vacunos- derivadas principalmente de la industria agroalimentaria.
“Marcela Said rodó algunas partes de la película en el Centro Experimental Perrera Arte, un referente de la cultura urbana underground de Santiago y, desde el principio, también consideró que yo apareciera en una breve escena interpretándome a mí mismo por mi relación de cercanía con los perros, que dan el título a la película y además, como ella misma lo ha contado, son una imagen que atraviesa todo su trabajo”, cuenta Antonio Becerro. “En nuestros espacio de arte se han rodado muchas cintas de diversos realizadores, como Valeria Sarmiento o Eduardo Bunster, quien durante tres años filmó la premiada cinta 'D-construir', un verdadero hito en el stop motion en Chile, pero yo nunca había estado delante de la cámara. Resultó entretenido y creo que además fue un acierto, ya que la cinta utiliza como recurso visual conceptual la integración de obras de otros artistas plásticos, como la fotógrafa Gabriela Rivera y Guillermo Lorca, uno de cuyos cuadros es parte de una escena y se transformó en el afiche de la película”.
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—¿Qué te pareció este cruce entre artes visuales y cine?
—Interesante. El filme hace una apuesta osada respecto a lo bizarro y su encanto, lo que le da un sello, una impronta particular, sin salirse de la narración propiamente cinematográfica. Creo que Marcela Said trata de establecer un cruce con este tipo de trabajos no solo por lo llamativos que pueden ser, sino que le interesa la fotografía, las artes visuales como objeto de culto inscrito como medio de comunicación del ahora. De alguna forma, todas estas manifestaciones que recoge son el dato del presente, lo actual, lo que corresponde como arte a esta época, para establecer un paralelo visual con su hilo narrativo. El gusto de Mariana por lo aparentemente deforme, el embrujo de la amorfia.
—¿Cuál sería ese dato de actualidad en tu obra?
—Lo relativo a la piel y la identidad, la verdad de lo que nos cubre como seres vivos y la verdad de lo que no se muestra. La piel como la que contiene los límites de la identidad. En ese sentido, “Los perros” muestra el pellejo duro de la clase dominante chilena.
—¿Te gusto la película?
—Sí. Aunque la aparición de la Perrera Arte es corta, igual estoy muy adentro de la cinta puesto que me leí el guion, así que mi opinión no es nada de objetiva. Sin embargo, hubiese dejado la escena de la inauguración en la galería donde se veía el público y obras de arte contemporáneo. Esos planos creo hubiesen aportado mucho más a la idea de que Mariana era dueña de una galería y le gustaba el arte contemporáneo.
—¿Cómo se ve el Centro Experimental de Arte y tus obras en el celuloide?
—En la Perrera Arte hemos grabado un sin fin de películas de autor, series de TV, cortos, stop motion, videos, promos, etc. Pero es la primera vez que la Perrera Arte sale como tal en una ficción sin ser solo una locación. Es una película abierta, que juega con la moral que caracteriza a los espectadores chilenos, no es documental que trata de hacer historia o justicia. Es una ficción basada en hechos reales con la mirada de una mujer. Una peli totalmente recomendable.
—¿Quiénes son los perros?
—En el año de los perros. Mmm acá en la película los perros en el sentido peyorativo, bestial y bastardo son los hombres. En los personajes del filme a ratos se logra ver una jauría asilvestrada en su propia camada, en su propia clase. El marido de Mariana se manda un personaje totalmente convincente una actuación notable, también Alejandro Sieveking magnifico representa al clásico padre chocho que mima a sus hijos, a sus nietos, al empresario mosquita muerta, al que quiere pasar piola con su exquisito encanto pequeño burgués. Seres consecuentemente retrógrados.