Investigaciones por acoso y abuso sexual en el Ejército se disparan a más de 30 en los últimos cinco años
Desde 2016, las denuncias por acoso y abuso sexual en el Ejército han crecido exponencialmente. La razón, según explicaron desde la institución, se debe a un instructivo que en octubre de ese año firmó el entonces comandante en Jefe, Humberto Oviedo, y que estableció los protocolos a seguir en dichos casos y que busca resguardar a los denunciantes.
De este modo, según consigna El Dínamo, las investigaciones en dicha materia al interior del Ejército suman más de una treintena, e involucran tanto a civiles como oficiales, y han ocurrido en ciudades como Valdivia, Calama, Concepción, Los Ángeles, Los Andes, Punta Arenas, Osorno, Angol, San Antonio y Victoria.
De las 30 investigaciones, sólo en 2017 se registraron 18 sumarios administrativos, sin embargo, la mitad de las indagatorias aún no está resuelta. La mayoría de las denuncias han sido realizadas por soldados y soldadas conscriptos, quienes han denunciado a un superior, ya sean oficiales o suboficiales, desde un cabo primero a un teniente.
Entre ellas, una de las más graves fue la que presentó una ex recluta que hizo su servicio militar en la Brigada Motorizada N°1 de Calama y denunció haber sufrido una violación de parte del teniente Pablo Castillo Wood.
La Orden de Comando que Humberto Oviedo firmó en 2016 tiene como objetivo actualizar la normativa relativa a estas circunstancias, y además crea una cartilla de procedimientos para establecer los mecanismos para prevenir el acoso y definir un proceso formal ante las denuncias por estos hechos.
Para Patricia Rojas, asistente social y asesora de responsabilidad social institucional del Ejército, estas medidas implementadas desde el alto mando explicarían el aumento en el número de denuncias y de investigaciones sumarias. “No es que haya más acosadores en la institución, sino que estamos dando garantías de un sistema que acoge denuncias, porque vamos a tener más instancias para denunciar algo que quizás ya sucedía y vamos a tener más conciencia de los comportamientos que no son permitidos”, dijo.
El procedimiento
El procedimiento establece que cualquier persona (civil o militar) que trabaje en el Ejército puede hacer una denuncia, independiente del tipo de contrato que tenga. La cartilla define "acoso" como insinuaciones o exigencias de tipo sexual que realiza un hombre o una mujer hacia otra persona sin su consentimiento, y especifica que dicha actitud se puede presentar entre diferentes mandos, desde un superior a un subordinado o subalterno (vertical) o entre integrantes del mismo grado o de la misma categoría (horizontal), ya sean funcionarios civiles o militares.
Dichas denuncias pueden ser presentadas a través de un banner especialmente habilitado en la página interna del Ejército o por escrito, y pueden ser presentadas de forma anónima o por un tercero en representación de la víctima.
Y luego de recibida la denuncia, el comandante de la unidad correspondiente tiene 24 horas para informar a la Dirección de Inteligencia (DINE) del incidente y disponer que se inicie una investigación sumaria administrativa (ISA).
Además, se debe citar a un equipo asesor –multidisciplinario formado para apoyar en la toma de decisiones del caso– para determinar medidas de resguardo, como no exponer al denunciante con su calificador directo o su jefatura más cercana, en caso de que los hechos se relacionen con ellos, mientras se esté investigando, y entregar apoyo espiritual al denunciante en caso de que lo requiera. Dependiendo del caso, se evalúa si separar al denunciante de su trabajo, lo recomendado por el equipo y lo que la misma persona solicite, y también se considera la reubicación.
Finalmente, si el delito se acredita, el fiscal a cargo de la investigación debe enviar los antecedentes a la fiscalía militar para su investigación penal, entregando asesoría legal al denunciante.