Karen Espíndola re-lanza libro sobre su embarazo inviable junto a médico que realizó el primer aborto en Chile

Karen Espíndola re-lanza libro sobre su embarazo inviable junto a médico que realizó el primer aborto en Chile

Por: El Desconcierto | 21.03.2018
En el evento también estuvo presente el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, y en la publicación, ella relata el proceso en el que golpeó todas las puertas que pudo para pedir que le permitieran abortar, y del duro camino que siguió luego de que su hijo naciera con una malformación severa, y muriera a los dos años.

Fue en 2008 cuando Karen Espíndola se enteró de que su embarazo era inviable, y desde entonces, golpeó todas las puertas que pudo para pedir a las autoridades que le permitieran abortar.

El diagnóstico había sido crudo: si su hijo no moría durante el transcurso del embarazo o el parto, lo haría poco tiempo después, lo que causaría un mayor sufrimiento, dolor y agonía para él y quienes le rodeaban. Finalmente, Osvaldo nació y vivió alcanzó a vivir dos años, en los que su madre luchó constantemente contra la depresión y el estigma de un país que la increpó, e incluso la atacó por la causa que levantó.

Todo ese proceso quedó plasmado en su libro “Mi Testimonio, Aborto, Estado e Hipocresía en Chile”, que publicó a fines de 2016 y que volvió a lanzar el pasado martes en la Biblioteca Pública Pedro Lemebel de Recoleta, evento que contó con la presencia del alcalde de la comuna, Daniel Jadue (PC), y Gonzalo Rubio, el primer médico en practicar un aborto en Chile luego de que entrara en vigencia la ley.

En la ocasión, Espíndola relató que "escribir este libro fue difícil por lo que significaba emocionalmente para mí recordar todo lo vivido, pero sentía que debía hacerlo aunque aunque tuviera que exponer aún más mi vida privada. La rabia y la injusticia han sido el motor estos años para no callar. El Estado violó mis derechos humanos y mi dignidad".

En el texto, Espíndola relata los ofrecimientos que le hicieron desde el gobierno para tener un parto personalizado, donde nunca estaría sola y tendría el apoyo de psicólogos y psiquiatras en caso de ser necesario, pero la realidad fue muy distinta: finalmente fue obligada a compartir en la misma sala con madres felices y sus hijos sanos, con especialistas que la tildaron de alharaca y exigente.

Por otra parte, desde sectores conservadores la llamaban por teléfono para tildarla de asesina por sus dichos, mientras las deudas, las licencias médicas rechazadas por el Compin y los costosos exámenes y tratamientos, fueron acumulándose sin parar.

En la cita, Espíndola además contó que "yo también estos años he tenido mi propio proceso, desde mi experiencia comencé en el activismo, en el feminismo, y en el ateísmo, o sea mi pasaje directo al infierno".

"El feminismo me ha enseñado mucho. Me ha enseñado a comprender por qué en el siglo XXI las mujeres seguimos siendo violentadas de diferentes formas. Lo que yo viví fue muy violento, la imposición lo convirtió en una tortura, solo por el hecho de ser mujer no pude decidir sobre mi cuerpo y mi futuro. Estas son las creencias que nos quedan del patriarcado y que debemos seguir trabajando en conjunto mujeres y hombres para que esto pare", agregó.