La capellana del Centro Penintenciario Femenino de San Joaquín, Nelly León, fue la encargada de recibir al papa Francisco en la cárcel, durante el pasado martes. Su discurso no se extendió por más de tres minutos, pero fue uno de los momentos más importantes vividos hasta ahora durante la visita del sumo pontífice.

León habló de la precariedad que se vive en las cárceles y de sus 12 años de experiencia ayudando a la reinserción de las internas y recibió los aplausos de las autoridades y reclusas presentes.

Tras el momento, la capellana asegura que cumplió su objetivo: "Yo quería que el Papa supiera que tenemos una sociedad injusta, por eso le dije que en Chile se encarcela la pobreza. Y eso fue bien potente y el Papa lo escuchó con harta atención".

Además, Nelly León contó que "cuando el Papa me vio me dijo: 'Ah, usted es la campeona'. Yo me puse nerviosa, me emocioné. Y cuando terminé mi discurso, él me abrazó de manera prolongada y me hizo cariño en la cabeza. Eso fue muy bonito. Quiero procesar todo esto. Tengo miles de WhatsApp y no he podido verlos. Siento el paso de Dios por nuestra cárcel".

La guía espiritual destacó el perdón que el papa Francisco pidió por los abusos y también lo respetuosas que se mostraron las internas con la presidenta Bachelet.

"Pese a que yo pensé que podía haber alguna reacción contraria, pero fue todo lo contrario: fueron muchos aplausos los que ella recibió", comentó en entrevista con La Tercera.

Por último, León recalcó que tras su encuentro con el Papa, se proyecta "con más ganas" en su trabajo con las internas: "Ojalá la sociedad sea menos juzgadora con las mujeres privadas de libertad y menos prejuiciosa. En esta cárcel están las mujeres pobres que muchas veces delinquen para darles de comer a sus hijos. Ahora espero más apoyo a la Fundación Mujer Levántate y a los Espacios Mandela. Lo más importante es entender que vale la pena trabajar por la inclusión social", cerró.