Así fue el masivo "paro de país" de Cataluña para condenar la represión policial durante el referéndum
Una marea pacífica de gente inundó y desbordó este martes las calles de las principales ciudades catalanas. Tras la brutal represión perpetrada por agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil contra los votantes del referéndum del pasado 1 de octubre, la huelga que los sindicatos alternativos habían convocado inicialmente por la detención de los altos cargos del gobierno de hace unas semanas, se transformó en un “paro de país” –tal y como fue bautizado por las organizaciones convocantes y el gobierno catalán– en defensa de la democracia y condena a la violencia.
A gritos de “¡nuestras nonas no se tocan”, “¡fuera las fuerzas de ocupación!” y “¡las calles serán siempre nuestras!”, un millón de catalanes y catalanas -700 mil de ellos en Barcelona-, según datos oficiales, expresaron su profundo rechazo a las agresiones policiales.
Cataluña sale en masa a la calle contra la represión. Hay muchos nervios en Génova, Ferraz y Zarzuela. #3Oct #VagaGeneral #AturadaDePais pic.twitter.com/cOuzSO13qu
— Diego PODEMOS ✊️ (@DiegoPodemos) 3 de octubre de 2017
Marches against Spanish police violence in Catalan cities yesterday following the crackdown on Sunday pic.twitter.com/nV35IDwPCl
— Julian Assange ? (@JulianAssange) 4 de octubre de 2017
Bajo la vigilancia permanente de un helicóptero policial, que desde hace días sobrevuela el cielo de la ciudad y a quien los manifestantes saludaron de vez en cuando, estudiantes y trabajadores de todos los sectores y del ámbito público y privado cantaron, aplaudieron y corearon las consignas en un ambiente familiar y festivo. De repente, el barullo se interrumpía para dar paso a un minuto de silencio sepulcral y estremecedor, con el que los manifestantes demostraban su actitud pacífica.
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Durante todo el día organizadores, autoridades catalanas y líderes sindicales y políticos insistieron en “no caer en la provocación” ya que durante el día se vivieron momentos de tensión con varias concentraciones para gritar contra el asalto a los colegios ante las sedes de la delegación del gobierno de España, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. La policía catalana, los Mossos d’Esquadra, blindaba los edificios con sus furgones para rebajar el riesgo de enfrentamientos y evitar perder, así, la legitimidad internacional que el movimiento se ha ganado con sus protestas en las calles.
También protestas donde se alojan los agentes
El paro tuvo un amplio seguimiento y fue calificado de "cierre patronal" por el gobierno catalán ya que fueron la mayoría de empresas –la mayoría pequeñas y medianas- las que decidieron cerrar a través de un acuerdo entre la dirección y los trabajadores. En el puerto de la Barcelona, por ejemplo, la actividad quedó totalmente paralizada. Fuera de la capital, los participantes también cortaron las principales vías de circulación de todo el territorio.
Sin embargo, según los datos difundidos por el gobierno español, el seguimiento del paro fue tan sólo del 8%. Desde el ejecutivo, el Ministerio de Hacienda ya anunció que descontaría el día de sueldo a los participantes.
Aunque hoy ha sido una convocatoria masiva, las protestas en contra de las agresiones policiales del domingo se repitieron ayer en varios municipios, frente a los hoteles donde se alojan los agentes que el Estado español destinó al territorio catalán para estos días. El abucheo llegó a tal punto que los alcaldes de estos pueblos tuvieron que llegar a un acuerdo con la dirección de los hoteles para que los echaran.
La jornada reivindicativa terminó con un nuevo mensaje del jefe de Estado, el rey Felipe VI, quien dejó entrever la más que probable aplicación del código 155 de la Constitución, una opción que desde Madrid se baraja y que implicaría la suspensión automática de la autonomía y la completa intervención del Estado español en la región. Sin cansarse de protestar, los catalanes y catalanas hicieron resonar, en las calles, centenares de ollas mientras se emitía el discurso del monarca. Querían mandar otra señal, y es que muchos de ellos ya están empezando a desconectar.