A la DC, al Frente Amplio y a toda la casta política les decimos: ¡Basta, las luchas feministas no les pertenecen!
La utilización del feminismo y de la lucha contra la violencia hacia las mujeres como argumentos para maniobras políticas en el contexto electoral nos parecen repudiables y sólo demuestran una vez más la banalización de la política ejercida por las castas partidistas.
Repudiamos el espectáculo mediático generado por la Democracia Cristiana, en torno a la repostulación a la Cámara de Diputados del no menos despreciable Ricardo Rincón. La condena por violencia que presenta este diputado hace años atrás ha sido el argumento para no apoyar su candidatura por parte del partido falangista, estableciendo con ello un “estándar ético” que a la luz de los supuestos anhelos de transformación de las malas prácticas que reinan en el mundo político, se instalaría –de acuerdo a la DC- como una señal clarísima del camino que ha tomado el conglomerado. Pero no les creemos, y no creemos porque a todas luces se evidencia una estrategia política en pos de aumentar las deprimentes posibilidades presidenciales en las próximas elecciones, porque nunca antes ha habido un pronunciamiento tajante y claro de la DC contra los políticos que presentan denuncias por violencia, porque sólo hoy genera conmoción la violencia machista ejercida por el diputado y no hace años atrás cuando ocurrieron los hechos.
No les creemos además, porque la DC tiene cuestionables –por plantearlo suavemente- antecedentes político-éticos. Primero, fue y es un partido golpista, lo que hoy se evidencia en las declaraciones que han emitido en torno a lo que sucede en Venezuela; segundo, tiene entre sus filas a “honorables” como Andrés Zaldívar -quien posee “intereses más que creados” en la industria pesquera, por lo que su actuar legislativo tiene un norte claro-, los Walker -ligados a las cuestionadas instituciones de Sename, de hecho es reconocido que el Servicio Nacional de Menores es un nicho de los falangistas; y uno de los más avezados-, Eduardo Pérez Yoma -reconocido ladrón de las aguas en el sector de Petorca- y podríamos seguir con ejemplos. Por ello, no podemos creer en sus nuevos marcos éticos, porque sabemos que lo importante es el cálculo electoral y la preservación de sus privilegios. Cuando nosotras luchamos por la erradicación de la violencia, también lo hacemos contra todo un sistema capitalista que mantiene la vergonzosa concentración de riqueza que hay en este país. Entonces el gesto de repudio de Goic y de la DC a la violencia contra las mujeres, no pasa de ser un aspaviento, que logra el efecto esperado: subir unos puntitos en las encuestas.
Pero esto no sería todo en el espectáculo de la casta política. Nuevamente esta semana se levantan voces en pos de un supuesto “marco ético” de la política partidista a costas de la luchas feministas. Esta vez, el reparto y el guión es responsabilidad del Frente Amplio. Muchas de nosotras ya estábamos más que molestas por el famoso “gobierno feminista”, porque con ese eslogan se borraba todo una historia del movimiento en pos de la autonomía, una autonomía que supone una crítica radical a la cultura institucional y civilizatoria de la modernidad androcéntrica y no esa autonomía de papel que levantan algunas orgánicas que conforman el FA; y en esa reflexión nos habíamos quedado –erradamente- sin mayor reacción. Entonces, muchas habíamos olvidado, en mala hora, la manipulación del concepto, cuando se hacen públicas denuncias de amedrentamiento de parte del ex candidato presidencial Alberto Mayol contra Natalia Castillo, candidata al parlamento por Revolución Democrática; y otra vez, se hace evidente la utilización de la violencia contra las mujeres y del feminismo, como un perfecto marco para tachar de buenas intenciones, de una elevada concepción de la ética, las prácticas electoralistas mercantiles; justo Beatriz estaba bajando en las encuestas y entonces en este escenario preparado, la candidata aparece hablando y proclamando nuevamente su gobierno feminista.
Frente a toda esta cooptación y manipulación les gritamos: ¡Basta!
Repudiamos y nos asqueamos de la manipulación de la DC tanto como la utilización que ha hecho el Frente Amplio del feminismo, para justificar el veto a Mayol. Repudiamos las ansias de poder de este último y de las cúpulas frenteamplistas, que no dudan en utilizar las luchas históricas para poder acceder a un pedazo de la torta del poder.
Por eso, muchas de nosotras hemos rechazado este modelo de participación política, que incluye estructuras partidistas y procesos electorales que a todas luces, son solo espacios que producen y reproducen el poder de los mismos de siempre, de una casta, que se promueven como pensadores del bien común y no hacen sino resguardar sus intereses a partir de los intereses del 1% más rico del país.
Los repudiamos además, porque manipulan el deseo de transformación radical; muchas de esas transformaciones han sido planteadas por el feminismo y por otros movimientos sociales y ninguno de uds. tiene la altura política para manejarlos y enunciarlos como argumentos en pos de sus mezquinos intereses. Esa historia de resistencias, rebeldías y ansias de transformarlo todo, que el feminismo en América Latina ha portado durante décadas, no les pertenece. Miles de jóvenes, lesbianas, trabajadoras, indígenas, miles de mujeres han luchado y esa lucha nada tiene que ver con sus proclamas éticas, sino con la vida misma que el Neoliberalismo y el Patriarcado nos trata de arrebatar día a día.
Repudiamos que hablen de gobierno feminista, porque el feminismo que portamos muchas, que es parte del feminismo histórico, plantea que el Estado es la expresión de la historia patriarcal; porque rechazamos esta democracia moderna mercantilizada, que se funda en la explotación del cuerpo de las mujeres; porque criticamos los intentos progresistas que postulan poder administrar de manera más igualitaria las profundas injusticias del capitalismo. En definitiva, repudiamos el “feminismo” que promueven desde sus partidos, porque es una de las caras más tramposas del neoliberalismo.
Por ello no nos engañan sus alusiones discursivas en pos de la igualdad, de la participación real de las mujeres, de su defensa y respeto por las luchas feministas. Sabemos que hay compañeras a quienes apreciamos entre ustedes, pero no podemos estar de acuerdo con que un conglomerado político que lo único que ha hecho es renunciar a la posibilidad de construir un proyecto de transformación radical en pos de sus pretensiones de poder, se jacte y se apropie de nuestras luchas.
Por ello, llamamos a no avalar a ningún partido político, llamamos a rechazar la legitimidad de los procesos electorales y a construir, fuera de los estrechos márgenes de la casta política, un verdadero proyecto emancipatorio.
Por la vida de las mujeres, de las niñas y de todos aquellos violentados por este sistema patriarcal, racista y clasista.