VIH: La derrota del sistema de salud chileno
Dentro de las últimas semanas el VIH/SIDA ha sido el tema central de los medios de comunicación y las redes sociales chilenas siendo ampliamente hablado por la gran incidencia que ha tenido este virus (que se contagia por vía sexual, sanguínea y de madre a hija/o en el embarazo/lactancia) en nuestra población dentro de los últimos años.
Tal boom ha sido desatado debido al último informe entregado al MINSAL, donde se ve un aumento de un 66% de nuevos notificado en un rango de edad de 14 a 29 años en un período de 6 años (2010-2016) liderando la lista de contagios en Latinoamérica.
¿Qué ocurrió? Desinformación. ¿Dónde estuvo el INJUV, MlNSAL, MINEDUC para evitar semejante aumento? Desde las autoridades del gobierno se anunció que se incorporarán nuevas medidas curativas para procurar hacerse cargo de esta enfermedad, olvidando de que, si bien es bueno detectar el virus a tiempo, es importante poner énfasis en la promoción de medidas saludables y en la prevención de dicha condición a la que lleva el VIH, siendo necesario invertir en planes de educación sexual decente y actualizada, sin prejuicios ni heteronorma, sin invisibilizar la disidencia sexual, dejando de lado los prejuicios y las estigmatizaciones.
Bajo todas estas premisas, parece ser que el estigma que se reproduce en la sociedad responde en gran medida a diferentes factores relacionados al desconocimiento de la enfermedad, los conceptos errados sobre la transmisión del virus, la dificultad de acceso a las opciones de tratamiento, la mala práctica de los medios de comunicación que emiten irresponsables noticias sobre VIH, la imposibilidad de curar el SIDA y, lo más lamentable, los prejuicios y temores relacionados a temas delicados. Aquí entra la desigualdad social, marginando y estereotipando a las clases sociales más bajas, la homofobia y transfobia, aludiendo principalmente la transmisión del virus a personas LGTB+, la xenofobia, donde hasta organismos públicos de gran credibilidad como el MINSAL hacen alusión en uno de sus afiches a que una de las causas del aumento de notificados se debe a la migración actual que tiene el país, aumentando en gran medida la discriminación a nuestras hermanas y hermanos de países vecinos que llegan a Chile. Por último, el aumento en la violencia de género visibilizada especialmente hacia nuestras compañeras mujeres que se les califica en mayor medida con atributos negativos al ser portadoras de VIH+, afectando su emocionalidad y su calidad de vida.
Es por eso que vivir bajo esta condición ha sido cruelmente condenada por la sociedad actual, por la connotación y por el contexto en el cual se presentaron los primeros casos reportados a nivel mundial, reforzando pensamientos negativos y acentuando las relaciones asimétricas de poder en temas contingentes como lo son las condiciones de salud en las que viven las personas de nuestro país y la acción de los gobiernos frente al control y prevención de esta enfermedad. Causa extrañeza que la Ministra de Salud no realice un mea culpa por no haber logrado visibilizar el problema que venía creciendo de forma silenciosa en Chile, reflejando esto en la mala gestión en políticas públicas ante una problemática de salud que intenta abordarse siempre de la misma manera, en un afiche o un comercial que trae un condón, una frase bonita y un fono ayuda pero… ¿Dónde quedan las intervenciones con la comunidad? Porque sí, regalan condones pero ¿enseñan a usarlos de forma correcta? Podemos tener mil afiches por cuadra fomentando el uso del preservativo pero si no enseñamos a usarlo de buena forma no estamos enseñando nada.
Es curioso que no se invierta suficiente dinero en la promoción y prevención pero si se invierta en opciones de cura, es curioso como a través de esto se note más la brecha que crea el sistema mixto de salud chilena. El VIH está dentro de la cobertura de las Garantías Explícitas de Salud (GES), existiendo tratamiento para combatirlo, sin embargo, éste último está a cargo de grandes empresas transnacionales farmacéuticas, generando un costo de aproximadamente 90 mil millones al estado permitiendo a las empresas generar un monopolio a partir de medicamentos que patentan exclusivamente para su venta, como lo fue en el año 2016 con las 12 compañías que se adjudicaron esta gran suma de dinero según información recopilada de Cenabast.
Esto realza los aspectos curativos de las enfermedades garantizadas al ser atractivas de resolver para la industria, donde las “enfermedades de moda” son aquellas que ingresan a este programa de salud que claramente no funciona con la sociedad actual porque se preocupa netamente de los individuos enfermos, dejando de lado aquellas personas sanas e ignorando en gran parte la prevención de estas enfermedades que sí se pueden evitar.
La salud actual en Chile no está pensada para poder hacer más eficaz el Examen de VIH o Test de Elisa. Poder llegar a realizarse este examen presenta una burocracia tremenda que llega a ser malvada, no es algo que se pueda hacer de forma rutinaria, que uno pueda llegar y pedir, se debe firmar un consentimiento informado en una consejería y esperar que los resultados lleguen en un mes aproximadamente en caso de la salud pública, un mes en dónde la espera afecta de una forma tremenda el estado mental y emocional de las personas. Por otro lado, algo que no contribuye es la desinformación parental, donde muchas veces los padres sienten que hablarle de sexualidad a sus hijas/os es sinónimo de promoverles el apetito sexual, olvidando lo peligroso que es guardar silencio.
Hoy en Chile, 2 personas mueren diariamente de SIDA y 15-20 se infectan de VIH al día. Es necesario que nos demos cuenta que las políticas actuales respecto a Infecciones de Transmisión Sexual no están siendo efectivas en nuestro país, que día a día esta enfermedad avanza y avanza en la población joven. Necesitamos una promoción eficaz, que en los establecimientos educaciones se realice educación sexual de manera efectiva y tomando en cuenta la realidad actual, que el MINEDUC se haga cargo de educar a los niñas y niños de Chile sobre temas tan contingentes como este, porque el “A mis hijos los educo yo” solo fomenta la desinformación y con ello aumenta el peligro a que el número de contagios aumente más en los próximos años.
Es necesario que INJUV se haga partícipe aún más de intervenciones en las ciudades, que los centros asistenciales acudan a realizar educación sexual a zonas rurales, (no nos olvidemos que ellos y ellas también viven esta problemática) que los estudiantes que poseen los conocimientos respaldados realicen educación sexual respecto a este y otro temas en sus casas de estudio, en sus comunidades, que el MINSAL cambie de una vez por todas el enfoque curativo y deje de olvidar a las personas claves, que incluya a las personas VIH+ para que se den cuenta que no están solas ni solos, que NOSOTROS como personas nos informemos sobre nuestra salud, auto cuidándonos y protegiéndonos… así comenzaremos haciendo el cambio como ciudadanas y ciudadanos de un país que se preocupa por su salud.