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Cooperativa Maestras:

Cooperativa Maestras: "Hay que sacarse la idea de que estos trabajos requieren fuerza masculina"

Por: Camilo Espinoza | 29.07.2017
La organización agrupa a mujeres albañiles, eléctricas, gásfiters y carpinteras, quienes aseguran que el primer paso para convertirse en maestra es "perderle el miedo a las herramientas".

Maestras es una cooperativa que agrupa a 10 mujeres dedicadas a diferentes oficios de la construcción y el hogar: Albañilería, carpintería, gasfitería e instalaciones eléctricas.

En conversación con Las Últimas Noticias, el grupo contó que su historia parte con Manuela Heredia, una argentina de 40 años, que llegó a Chile a trabajar como productora. Sin embargo, con el andar de los días terminó organizando al resto del grupo.

Ella asegura que "el primer paso es perderle el miedo a las herramientas. El segundo, sacarse la idea de que estos trabajos son rudos y requieren de fuerza masculina".

"Eso no es tan cierto. El manejo de los artefactos del hogar se hace con inteligencia más que con energía bruta", añade.

Sandra Godoy, una gásfiter también de 40 años, confiesa que su trabajo implica "saber el ángulo correcto hacia dónde girar la palanca o cuál es la llave que te sirve para sacar la tuerca. Todo eso se aprende".

"Al principio -relata- yo no sabía cómo ocupar, por ejemplo, la herramienta pico de loro, que se ocupa en fontanería. Me apreté la mano varias veces, pero con práctica y paciencia pude manejarla bien y ahora puedo vivir de esto".

Según Manuela, el sello de Maestras pasa por "difundir estos saberes entre mujeres, junto con ofrecer un trabajo que tenga garantías y esté fundado en la honestidad".

"Nosotras nos preocupamos de que las cosas queden ordenadas, las paredes limpias, las terminaciones bien hechas. Si al cliente no le gusta el resultado, le devolvemos las lucas. Con los precios es lo mismo. Hacemos una visita de diagnóstico y ofrecemos de inmediato un presupuesto aproximado para que la gente no se lleve sorpresas desagradables al final", concluye.

Respecto a eventuales choques con hombres que realizan el mismo oficio, relatan que en un trabajo de instalación de azulejos "un maestro de confianza de mi empleador, que estaba por ahí dando vueltas, me corregía a cada rato, criticaba mi método".

"De pronto me preguntó con desconfianza: 'Disculpe, maestra, ¿hace cuánto se dedica a esto?'. ¡Su intención era desautorizarme! Le dije que hago esta pega hace 15 años y se quedó calladito".