El Frente Amplio en Providencia
Este sábado 6 de mayo se realizó el segundo encuentro del Frente Amplio en Providencia. Entre unos 80 asistentes, había apenas unos 10 viejos y la mayoría eran jóvenes de todas las edades. Desde 20 a 50 años. Estas reuniones se están realizando en todas las comunas del país y son convocadas por jóvenes. Son ellos los que se llevan todo el trabajo de organización, obtención o alquiler del local anfitrión y los que llevan la responsabilidad de la reunión. Fue un enorme placer ver hasta qué punto quedó lejos la sentencia despreciativa que recorrió Chile varios años de que “los jóvenes no están ni ahí”.
Se inaugura en estas reuniones un estilo nuevo en política, este es elaborar los programas de los candidatos desde las bases. El ambiente entusiasta y generoso mostró cómo ha afectado a los jóvenes la falta de ética y principios de la actual clase política, lo que da esperanzas de que sean ellos los que logren que en el futuro esto cambie. Dentro de todo ello, el espíritu de trabajar con grandes acuerdos predominó. Nada más lejos de lo opinado por la derecha en el programa Estado Nacional del domingo.
Los participantes de la reunión criticaron la desigualdad, la corrupción y la falta de participación. La reunión, después de llamar al pleno a plantear ideas generales vinculadas a las expectativas de cada participante respecto al Frente, dividió a los participantes en grupos temáticos donde se seguiría concretando lo ya conversado en la primera reunión sobre el programa que tendría un Gobierno del FA.
Los grupos quedaron conformados y sus acuerdos serían incorporados a la página web www.Frente-Amplio.cl. Todos se continuarán reuniendo en forma periódica para profundizar los aspectos ya tratados.
Los temas discutidos reunían todo lo que preocupa a la sociedad chilena actual, tales como: derechos sociales, salud, educación, empleo, previsión y adultos mayores. Género y diversidad. Pueblos originarios. Cultura, derechos humanos, descentralización. Relaciones internacionales. Prensa y medios. Ciudad, vivienda y territorio. Distribución de la riqueza. Sistema político y constitución. Innovación y tecnología. Niñez y adolescencia. Capacidades diferentes. Justicia y seguridad. Matrices energética y productiva. Población migrante. Todo ello se encuentra detallado en la página web.
Algunas de las primeras ideas aprobadas en lo relativo a empleo y legislación laboral se desarrollaron alrededor de la necesidad de que el país cuente con negociación colectiva por rama a la cual incluso pudieran incorporarse trabajadores independientes como los artistas que son muy abandonados y deberían tener algún apoyo del estado. Se acordó considerar el trabajo doméstico, es decir que se califique para la jubilación el tiempo invertido por las mujeres en la maternidad, en el cuidado de los hijos o padres discapacitados. Se fue muy enfático en solucionar la situación de precariedad de los trabajadores del estado que prestan sus servicios a contrata u honorarios. Para ello se comenzó a desarrollar la idea de una reforma y modernización del estado, en la cual se consideraran como cargos políticos solo los equivalentes a Ministro y Subsecretario con un par de asesores y el resto de los cargos fueran de planta, por concurso y donde se valorara la calificación técnica.
Hubo muchas críticas a la exigüidad del salario mínimo. Se lanzó la idea que este a lo menos debería situarse en el límite donde se considera que se supera la línea de la pobreza. Se propuso que los sueldos más altos, en especial los de los parlamentarios, no fueran cuarenta veces el salario mínimo, sino solo veinte.
Se criticó el escaso compromiso de la CUT y las otras organizaciones de trabajadores con sus representados. Se planteó el cambio de la estructura productiva que está produciendo el desarrollo tecnológico, pero aunque esta debilite a los trabajadores con menor calificación técnica, se estimó que había que llamar a la sindicalización. Esta disminución de fuentes de empleo, en alguna medida puede compensarse con la disminución de la jornada de trabajo, lo que se aprobó en esta primera conversación, así como el aumento de los días de vacaciones.
El Frente Amplio aprueba el planteamiento del grupo No+AFP, aunque en la discusión se agregó que la edad jubilación fuera optativa y que la decidiera cada trabajador. En el caso de los adultos mayores en general, más aún cuando la longevidad aumenta crecientemente día a día, es necesario considerar que todas sus deficiencias de recursos y cuidado caen, necesariamente, sobre la población económicamente activa: sobre los hijos; incluso sobre los transeúntes que les dan limosna cuando están en situación de calle. Por tanto el problema de los más viejos afecta a todos.
La soledad y vulnerabilidad de los adultos mayores, especialmente de los discapacitados, no solo depende del monto de la pensión. Es por eso que debería impulsarse, aunque ello no se logrará en un día, el trabajo voluntario, el trabajo solidario. Por ejemplo, en las comunas, las Municipalidades podrían impulsar el uso del tiempo libre de muchos adultos mayores en buenas condiciones cuidando algún día de la semana a niños o enfermos. Los jóvenes podrían destinar algunas horas a visitarlos individualmente o en hogares de acogida. Hay infinitas formas en que se puede estimular la solidaridad en las comunas de los más fuertes con los más débiles, considerando también que los más débiles pueden aportar para sentirse participando y pensar que son útiles. Esto va a ser cada vez más necesario en la medida que la longevidad siga aumentando.
El trabajo solidario no puede impulsarse en realidad si los adultos menores a 60 años trabajan casi 20 horas al día considerando lo que gastan en transporte. El Estado japonés ha legislado para impedir el “karoshi” nombre que se le ha dado al fenómeno de la muerte por exceso de trabajo. Y no es la muerte de trabajadores viejos o de mediana edad, ni de los que ejecutan los trabajos pesados, sino de trabajadores jóvenes, que aún no han llegado a la treintena y que trabajan en el escritorio. El Ministerio de Sanidad del Japón lo reconoció en 1987 y estima que podría llegar a causar alrededor de 10.000 muertes anuales. La mayoría de los casos de “karoshi” se producen por derrames cerebrales y ataques cardíacos en jóvenes que hacen un excesivo número de horas extraordinarias. Dados los bajos salarios, hay trabajadores que pueden llegar a hacer más de 100 horas extraordinarias en una semana y por largos períodos. Situación prohibida por la legislación laboral japonesa, pero que muchas veces los mismos trabajadores esconden para poder mantenerla. La muerte de un trabajador que ha trabajado 100 horas semanales durante tres meses ya es calificada como karoshi y si un juez lo determina así, su familia recibe una compensación de unos US$20.000 por parte del gobierno y pagos de hasta US$1,6 millones por parte de la compañía.
En Chile el exceso de horas de trabajo impide dedicar tiempo a la comunidad, a los hijos y a la familia. El exceso de horas de trabajo está produciendo en Chile enfermedades mentales, stress, depresión y amargura. Lo peor a la ausencia de esperanzas. La llegada de los jóvenes a la política ayudará a superar esto y a romper con la crueldad que ha impulsado en el mundo el neoliberalismo, este sistema inhumano donde Chile es una de las expresiones más ortodoxas.