3 argumentos que cuestionan la medida de los estacionamientos gratuitos del alcalde Jadue

3 argumentos que cuestionan la medida de los estacionamientos gratuitos del alcalde Jadue

Por: Luciano Badal | 27.04.2017
En el caso del estacionamiento en espacios públicos, como la calle, existe un alto costo de oportunidad para las ciudades, que podrían destinar esos miles de metros cuadrados destinados al goce de unos pocos a usos con mayor rentabilidad social, como ciclovías, parques o aceras más amplias.

A partir del 21 de abril recién pasado, la Municipalidad de Recoleta terminó con el uso de parquímetros restableciendo el sistema de costo cero para estacionamientos en las calles de la comuna.

Si bien la medida fue celebrada por varios sectores y responde en parte a los cobros abusivos utilizados por empresas del rubro, existen distintas voces que critican la medida debido a que esta favorece y fomenta el uso del modo de transporte que presenta los mayores costos económicos, sociales y ambientales para las ciudades.

A continuación te mostramos los principales argumentos esgrimidos por Rodrigo Díaz (máster en planificación urbana en MIT), en el Blog PEDESTRE, que cuestionan la sustentabilidad de medidas como la impulsada por la administración del alcalde Daniel Jadue para los espacios públicos de la comuna.

1. Costo de oportunidad para las ciudades

En el caso del estacionamiento en espacios públicos, como la calle, también hay un alto costo de oportunidad para las ciudades, que podrían destinar esos miles de metros cuadrados destinados al goce de unos pocos a usos con mayor rentabilidad social, como ciclovías, parques o aceras más amplias.

2. Derecho a la movilidad, no al automóvil privado

El estacionamiento es un tema de movilidad y desarrollo urbano, no de derechos del consumidor. El estacionamiento no es un servicio básico como el agua potable, el alcantarillado o la luz, cuya provisión el Estado debe garantizar para que la ciudadanía viva de manera digna. Si existe un derecho, es el de la movilidad, no el de conducir un automóvil privado.

En este sentido, las políticas públicas deben enfocarse en proveer la accesibilidad a opciones sustentables, como el transporte público, o la circulación a pie o en bicicleta, no en facilitar el uso del modo que presenta los mayores costos económicos, sociales y ambientales a las ciudades. Si nos vamos a enojar por algo, que sea por la mala calidad de las alternativas sustentables, no por el costo de acceder privilegios privados.

3. ¿Faltan estacionamientos o sobran autos?

Hay dos maneras de enfrentar el problema: o faltan estacionamientos o sobran autos. Si creemos lo primero, entonces la única solución es proveer más estacionamientos, lo que tiene un costo económico, ambiental y también paisajístico bastante alto. Si, por el contrario, creemos que lo que hay es un exceso de automóviles circulando, entonces parte de la solución irá por el lado de gestionar el espacio donde esos vehículos descansan la mayor parte del tiempo.

En este sentido, cobrar por estacionar ha demostrado ser un poderoso incentivo para un uso más racional del automóvil y para la migración de automovilistas hacia el transporte público, la bicicleta o la caminata. Está ampliamente demostrado que cuando se cobra por estacionar no sólo disminuye el flujo de automóviles hacia un lugar; también se reduce el tráfico lento de vehículos en busca de un estacionamiento, que puede llegar a ser hasta el 30% en zonas que atraen un alto número de viajes. Esto finalmente significa menos congestión, un beneficio para toda la ciudad.

Hay que metérselo en la cabeza de una buena vez: el estacionamiento gratuito no existe, no es más que una ilusión. Punto. Siempre tiene un costo, y ese costo alguien debe pagarlo.