Daniel Jadue: "Sin la alianza que hicimos con la Nueva Mayoría, no existirían las farmacias populares"
Confiesa cansancio. Alcalde reelegido por la populosa comuna de Recoleta, Daniel Jadue admite a El Desconcierto que le gustaría girar hacia el Frente Amplio, pero de inmediato acota que aún está todo muy inmaduro en aquel sector, en el que observa demasiado odio hacia el Partido Comunista, su colectividad.
También insiste en la necesidad de construir política para mejorar la vida de las personas, como estrategia de consolidación de la izquierda.
¿Cómo ve el fraccionamiento de la izquierda?
Hoy tenemos una izquierda profundamente permeada por los valores del neoliberalismo, el individualismo, el egoísmo, la competitividad, la falta de capacidad de trabajo en colectivo. Todo esto acompañado de una especie de pensamiento mágico donde todos se sienten los salvadores del mundo y ponen los énfasis en los liderazgos personales y no en los colectivos.
Además, una parte de la izquierda no quiere tener historia, se sienten que ellos son la nueva generación y que la revolución parte y termina con ellos, que dan lo mismo las luchas anteriores.
Yo tengo muchos amigos en el Frente Amplio y creo que es una muy buena noticia para Chile. El Partido Comunista estuvo veinte años tratando de armar un Frente Amplio.
Pero si no hubiéramos entrado a la Nueva Mayoría y cambiado el binominal, hoy el Frente Amplio no estaría armando lista parlamentaria, porque estaríamos todavía con el problema del doblaje. Son costos que paga el Partido Comunista por democratizar de verdad Chile, para abrir espacio para que otros puedan participar, lo reconozcan o no.
Cuando nosotros hicimos la opción de aliarnos con la vieja Concertación, lo que no fue fácil, la izquierda iba con siete candidatos presidenciales.
Es decir...
Hoy Chile se está normalizando, a partir de los cambios generados por el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet. Estamos volviendo a ser un país de tres tercios electorales.
En ese marco, hay una parte del tercio de la izquierda que no quiere nada con la Nueva Mayoría porque siente que todo esta viciado. Hay, además, una parte del tercio del centro que reclama que somos muy izquierdistas. Pero hay una fracción importante del centro y la izquierda que saben que se necesitan mutuamente para continuar saliendo del inmovilismo generado por la dictadura.
Yo mismo digo que sin Nueva Mayoría no habríamos ganado en Recoleta y no habríamos tenido farmacias populares, ni escuela abierta. Entonces, ¿qué es más revolucionario estar en la actitud purista o abrirte espacios para poder avanzar?
"Yo lo veo todo muy inmaduro"
¿Cree que la Nueva Mayoría se podrá sostener si pierde las presidenciales con Sebastián Piñera?
Creo que la discusión viene desde otra perspectiva. ¿Cuánto tiempo se va a demorar la izquierda en superar todas sus trancas y taras para poder unirse y desarrollar fuerza propia, de manera tal que podamos prescindir del centro y así ofrecerle a Chile una nueva capacidad de gobierno? La pregunta que me acabas de hacer depende de la que yo te acabo de hacer.
¿Y esa opción la visualizas factible?
Yo lo veo todo muy inmaduro. Hay una parte de la izquierda muy iluminada y dura.
Por ejemplo, yo me encontré con Jorge Sharp (alcalde de Valparaíso) y le ofrecí ayudarlo en todo lo que pudiera, pero después tu ves una entrevista suya en La Tercera a dos páginas y lo único que hace es criticar al Partido Comunista.
Entonces, si algunos actores del Frente Amplio tienen tanto odio al PC y no le reconocen nada bueno, uno piensa que los comunistas vamos a tener que pasar harto tiempo más privilegiando la alianza hacia el centro, porque esta izquierda no nos va a permitir (girar en la política de alianzas).
Yo espero que podamos lograr una convergencia, pero mientras eso no suceda la política de alianza de una parte de la izquierda con el centro va a ser imprescindible para evitar que la derecha vuelva a gobernar y el país involucione.
Cada vez que le damos la posibilidad a la derecha de que gobierne, le damos la posibilidad de que esquilme más al pueblo.
"Creo que ahora efectivamente empezó la transición"
¿Cómo evalúa al actual gobierno?
Bien, bastante bien, con los problemas que tiene todo gobierno. Voy a defender algo. Hay algunos que pecan de voluntarismo político y se imaginan jugando en el tablero de ajedrez sólo con las piezas del color propio. Se olvidan que en el tablero real hay piezas de otro color que a veces tienen más fuerza que tú, en términos de poderes fácticos.
Los comunistas participamos de este gobierno sabiendo siempre que su programa iba a estar en disputa con aliados que no pensaban como nosotros. Es decir, íbamos a tener una permanente pugna para instalar los cambios y darle continuidad.
No hemos podido cumplir todo porque no ganamos con la fuerza que queríamos ganar. Además en el centro hay gente que está con la derecha.
Este gobierno logró terminar con el binominal, bajando las barreras de entrada a la política representativa. También el acuerdo de unión civil, la reforma tributaria, el inicio de la gratuidad en la educación superior, la nueva carrera docente.
No digo que sea lo ideal, pero era absurdo pensar que en cuatro años íbamos a lograr todo lo que queríamos
De verdad, yo creo que ahora efectivamente empezó la transición.
"Sólo por dañar"
¿Ves a MEO dentro de la Nueva Mayoría?
(Silencio) Yo veo al Partido Progresista dentro de la Nueva Mayoría, no sé si a Marco Enríquez-Ominami. No me gusta discutir en términos de figuras unipersonales, pero hay una forma de ser. Yo todavía no termino de creerle su aprendizaje a él.
Por ejemplo, en las últimas elecciones yo creo que en las fuerzas progresistas había casi un consenso de que en la única comuna donde no había que discutir nada casi eran en Recoleta. Pero el PRO vino a competir. Entonces, uno se pregunta qué había detrás de una decisión como esa. No estamos hablando de la elección de 2009 con Eduardo Frei, si no de la elección de hace seis meses. Hicieron lo mismo, sólo por dañar. La figura de él me parece desconfiable.
¿Y cómo ves tu futuro?
(Silencio) Bien.
Las farmacias populares
¿Cómo evalúa el paso por la alcaldía?
Nosotros tenemos una muy buena evaluación. Como partido, logramos el 57 por ciento de los votos para la alcaldía y la mitad para el Concejo. Esto habla de un cambio profundo. Incluso escuché a un comentarista de derecha decir que había que mirar con atención lo que estaba pasando en Recoleta porque los datos eran demasiado fuera de la curva normal.
¿Y qué fue lo que pasó acá?
Pasamos de una etapa de derrota, donde teníamos el dos por ciento de los votos, a otra de incremento de la conciencia en que definimos que íbamos a trabajar para incidir en la vida de las personas, mejorándola en aquellos aspectos donde nosotros pudiéramos actuar solos y donde el mercado y el Estado no ofrecieran alternativas.
Empezamos a trabajar con preuniversitarios populares, con clases para dirigentes sociales, asesorías. Estoy hablando del año 2000.
Todo fue parte de un plan estratégico que se llamó Recoleta 2012, justamente el año que logramos triunfar.
Tuvimos miles de reuniones con la gente y construimos un programa que nacía de esos diálogos.
Y ahora, ¿cuáles son los desafíos?
Los desafíos son del proyecto completo. Las farmacias populares ya están instaladas en más de un centenar de comunas y 58 ya estamos organizadas en una asociación que ya obtuvo su personalidad jurídica.
Ahora estamos sacando nuestro permiso para actuar como droguería lo que nos va a permitir importar medicamentos y, en un futuro, aún no muy cercano, producirlos, de manera de crear un poder comprador.
Pero el proyecto en Recoleta tiene otros desafíos, a partir de esta política que se diseña a partir de la vida de la gente.
Vienen proyectos de una potencia innovadora tan formidable como los que ya hemos planteado, pero nosotros no anticipamos lo que vamos a hacer...
Vienen, en todo caso, tres a cuatro proyectos que van a golpear la mesa y generar discusiones útiles para la sociedad chilena.
¿Cómo ha sido la relación de estas políticas con el Estado?
Tenemos un Estado que funciona en una lógica de dominación de clase y que no logra respuesta a las demandas más básicas de la población. ¿Por qué un ciudadano de Las Condes vale diez veces más que uno de Recoleta? ¿Por qué la Municipalidad de Las Condes tiene un millón trescientos mil pesos al año por habitante y nosotros sólo ciento treinta ocho mil?
Nosotros estamos conscientes que desde este espacio no construimos ni el socialismo, ni el comunismo. Pero sí hemos activado las factores subjetivos para hacer viable dar un paso más hacia adelante.
Hoy nadie discute que esta alcaldía marca pautas a nivel nacional.