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Plan "Comercio Justo" en comuna de Santiago: Una guerra contra los pobres

Por: Nicolás Becerra | 01.03.2017
"Perseguir y criminalizar el comercio ambulante no resuelve el problema, únicamente precariza más la situación de las personas que se dedican al comercio informal. Parece que lo que se busca, más que afrontar la problemática, es criminalizar la pobreza con un marcado sesgo racista y clasista propio de las administraciones ejercidas por la derecha".

La semana pasada nos enteramos por la prensa las nuevas medidas que serán impulsadas por el Alcalde Felipe Alessandri en la comuna de Santiago para regular el comercio ambulante. El proyecto denominado “Plan Comercio Justo” señala que su objetivo es combatir y erradicar este tipo de comercio.

Efectivamente esta problemática nos afecta a todos los vecinos de Santiago porque se desarrolla en distintas partes, no sólo en el casco histórico. Es por eso que las medidas que el municipio tome deberían ser discutidas y trabajadas por toda la comunidad y vecinos, quienes tenemos algo que aportar tanto en el diagnóstico como en las soluciones.

Debemos considerar que el comercio informal es un problema que tiene un trasfondo mayor y estructural, al que se ven obligados a recurrir miles de trabajadores y trabajadoras por las dificultades que tienen al momento de buscar un empleo formal. En este caso los más afectados siempre son la población más vulnerable y discriminada. Es decir: mujeres, migrantes y personas con discapacidades o que buscan reinsertarse en la sociedad.

Hoy vemos en el comercio informal una diversidad importante de artículos en los que podemos encontrar historias que van desde artesanos que no cuentan con el espacio para vender sus productos hasta vecinos que, por una mala situación económica, se ven en la necesidad de vender ropa usada u otros artículos en la calle.

Como ha demostrado la Organización Internacional del Trabajo, perseguir y criminalizar el comercio ambulante no resuelve el problema, únicamente precariza más la situación de las personas que se dedican al comercio informal. Parece que lo que se busca, más que afrontar la problemática, es criminalizar la pobreza con un marcado sesgo racista y clasista propio de las administraciones ejercidas por la derecha, utilizando la persecución hacia los que intentan sobrevivir como buenamente pueden.

Cabe destacar además que con esta medida el alcalde de la comuna de Santiago estaría incumpliendo el acuerdo firmado durante su campaña con organizaciones sociales de migrantes de la comuna, el cual establecía no implementar políticas de persecución al comercio ambulante, ya que gran parte de esta población está en una situación mal llamada de “ilegalidad”, teniendo que recurrir a este tipo de trabajo.

Si queremos construir una comuna para todos y todas es necesario encontrar soluciones que sean dialogadas con las organizaciones sociales y con los vecinos y vecinas de la comuna, estableciendo nuevos puntos de ferias, ampliando las licencias municipales y aplicando criterios sociales y de inserción al comercio ambulante.