La insólita carta de Krassnoff alegando inocencia: "El daño real me lo ocasionaron esos violentistas a mí"
Hace un mes, El Dínamo recibió una carta de cuatro carillas realizada a máquina y firmada por el brigadier Miguel Krassnoff Martchenko. La misiva que fue hecha luego que el preso se enterara de un nuevo rechazo de libertad condicional a la condena de más de 400 años que cumple en el Penal Punta Peuco por diversos crímenes de Derechos Humanos cometidos en dictadura.
La misiva no fue expuesta íntegramente, pero a través de su publicación, El Dínamo dio a conocer algunos párrafos donde el militar no sólo se queja de la justicia chilena, sino además intenta justificarse: “¿Qué justicia es esta que tiene que inventar ficciones y pedir excusas por situaciones dolorosas ocurridas en un contexto tan trágico como el que nos llevó hace más de 40 años atrás a la anarquía, el terrorismo y la violencia generalizada que se vivía en Chile? Incomprensible”, agregando además que “una vez más se ha actuado con ilegalidad, injusticia, irrespeto a las leyes vigentes, incumplimiento al Estado de Derecho y con premeditada actitud negativa contra mi persona que raya en una abierta prevaricación, al hacer uso y abuso de extraños resquicios (sic) legales (concepto de muy tristes y trágicos recuerdos en la historia reciente de Chile) mediante los cuales le tuercen con incalificables intenciones la letra y el espíritu a la Ley para rechazar mi libertad”.
Krassnoff alega que “todas las condenas que he recibido corresponde a determinados años y estas NO SON SUMATORIAS, pues conforme a la Ley, ya deberían haber sido acomuladas transformándose mi situación en solo una o dos condenas, cosa que no ha ocurrido (sic)”.
El militar, quien durante este miércoles 7 de agosto fue señalado por el juez Mario Carraza como uno de los cuatro agentes responsables por la muerte de Miguel Enríquez, aseguró en su carta de hace un mes que “como oficial subalterno del Ejército de Chile, junto a los subalternos de la época, combatí a cara descubierta a terroristas de comprobada criminalidad que cometieron los delitos más atroces en contra de la sociedad chilena toda, mucho antes del pronunciamiento militar del año 1973. Si haberlos enfrentado en el cumplimiento de mi convencidas (sic) misiones de militar y haber logrado aportar con mis acciones a su neutralización y de paso haber actuado en defensa propia sobreviviendo a sus ataques arteros y sorpresivos le llaman ‘insuficiente conciencia del delito y del daño ocasionado’, pues están totalmente equivocados. El daño real me lo ocasionaron esos violentistas a mí, a mi familia, a mis subalternos y a sus respectivas familias”.
“Yo no obligué a nadie a hacer uso ilegal y clandestino de las armas y a enfrentarse arteramente con la autoridad. Si esos extremistas así lo resolvieron, allá ellos pues recibieron una respuesta acorde a su dislocada e irresponsable conducta”, agrega.
El dictamen de Carroza establece que Miguel Enríquez fue abatido mientras intentaba escapar por los techos y no durante el enfrentamiento en el que se vio envuelto cuando los agentes comenzaron a disparar contra su casa en la comuna de San Miguel. Refiriéndose a los casos por los que es acusado, como lo fue el asesinato de Enríquez, Secretario General del Movimiento de Izquierda Revolucionara (MIR) Krassnoff escribe: “otro tipo de víctimas inocentes de toda la señalada violencia y criminalidad desatada (…) sus padres, sus hijos, sus esposas que en la mayoría de los casos jamás sospecharon que alguno de los integrantes de sus familias eran terroristas. Si, ellos recibieron un enorme daño, producto de los desvaríos ideológicos y dogmáticos de sus respectivos parientes. Lo siento por ellos”.
“Soy y seré inocente de todos los cargos que me han imputado a la fecha, al igual que mis subalternos de antaño. Jamás aceptaré ser tratado como violador de los derechos humanos, torturador o haber cometido homicidio contra persona alguna. El sólo análisis de esta situación puntual así lo demuestra. Todos los motivos por los cuales estoy privado de libertad se han basado en ciertas 'fundadas presunciones' muy alejadas del trascendental y respetado concepto de Justicia. Las razones de toda esta escandalosa e ilegal situación que hoy enfrento provienen de otros estamentos netamente ideológicos y políticos que no se condicen ni con la verdad ni con la historia”, añade quien dirigiera el Centro de Tortura Londres 38, donde fueron torturados, muertos y desaparecidos cientos de hombres y mujeres militantes, en su mayoría del MIR.