"La más loca de las locas": La viralizada reflexión que agradece la influencia de Juan Gabriel en el mundo LGBT

Por: El Desconcierto | 29.08.2016
"En su ambigüedad y carisma, las colas aprendimos a encontrarnos con nuestras madres, en aquella banda sonora almodovariana que son nuestras vidas de pobres, cada domingo escuchando “Querida” entre el almuerzo y las mañanas de aseo", escribió un joven estudiante de historia.

Alberto Aguilar Valadez falleció a los 66 años. Esa fue la noticia que conmocionó a todo el mundo, haciendo brotar cientos de homenajes tanto dentro como fuera de Internet.

Las dos palabras que escogió llevar como nombre artístico, Juan Gabriel, pasaron a ser tendencia en todo el mundo. Esa fue una de las tantas formas que evidencian el legado del artista: miles de letras de canciones, anécdotas, fotos y vídeos compartidos por las redes sociales han dado cuenta de una figura que acompañó a varias generaciones de manera transversal.

Además de su extensa obra, se escribió mucho sobre la influencia de "Divo de Juárez" tanto en lo musical como en lo social. Así lo hizo, por ejemplo, el estudiante de historia Luis Guichard, quien escribió en su Facebook un post altamente viralizado sobre la influencia del artista en el mundo LGBT. "Mi relación con Juan Gabriel está súper marcada por mis experiencias maricas y ahora que murió es inevitable ponerlas en perspectiva. Cada momento de mis 25 años tiene alguna relación con esa vieja loca maravillosa, que tantas alegrías nos ha dado", escribió el joven chileno.

Guichard relata que lo primero que le provocó Juan Gabriel fue rechazo. O miedo de verse reflejado en él todo lo que temía -y sentía que estaba mal- ser. Latinoamericano, moreno, gordo y "la más loca entre las locas" fueron adjetivos que con el tiempo se transformaron en pura admiración: "Fue la que más insultos aguantó, la que más se expuso en contra de esa idea de vivir “piola y en privado” en tiempos en que aquello era mil veces más difícil que hoy. Por eso y más le debemos mucho. En su ambigüedad y carisma, las colas aprendimos a encontrarnos con nuestras madres, en aquella banda sonora almodovariana que son nuestras vidas de pobres, cada domingo escuchando 'Querida' entre el almuerzo y las mañanas de aseo.

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