Cortes programados de agua potable en Ñuñoa y Providencia: ¿De quién es el agua?

Cortes programados de agua potable en Ñuñoa y Providencia: ¿De quién es el agua?

Por: Cristian Villarroel Novoa | 09.08.2016
La privatización de las sanitarias constituye una de las razones por la cual los servicios de agua potable en Chile son los más caros de la América Latina (según un informe de la CEPAL 2003), lo que favorece a grandes trasnacionales del agua como Suez (Francia) y Agbar (Español), y en menor proporción a consorcios empresariales nacionales de la minería y el retail como los grupos Luksic, las AFPs, entre otros.

El corte de agua programado para este lunes y martes que se realizará en diversos sectores de las comunas de Ñuñoa y Providencia y que afectará a más de 35mil usuarios, me parece, el marco adecuado para hablar sobre la gestión del agua en Chile. Considerando que este tipo de episodios son cada vez más frecuente en la capital, afectando la calidad de vida de toda la población.

¿De quién es el agua en Chile? La provisión del agua para consumo humano en Chile depende de empresas privadas de agua, entre las que se encuentra Aguas Andinas, del grupo AGUAS, constituido por Aguas Andinas, Aguas Cordillera, Aguas Manquehue y Essal. Principal operador sanitario en Chile y uno de los más relevantes de Latinoamérica, con un territorio operacional en el país de 70 mil hectáreas bajo concesión, que atienden a más de 6mill. de clientes. Está controlado por el grupo trasnacional AGBAR (español) que también es propietario de la Sociedad Aguas Barcelona.

Usted es de los que cree que aún el agua es de todos. ¿Cómo y cuándo ocurrió esto?
En este ámbito, que incluye los servicios de agua potable y alcantarillado, el proceso de privatización del agua se realizó fundamentalmente en la “transición democrática”, durante los gobiernos de Eduardo Frei (DC) entre los años 1994 y 1999 y de Ricardo Lagos (PPD) entre 1999 y 2005. Acá no hubo únicamente una simple concesión de servicios, sino que también se regalaron los derechos de agua del sector sanitario, en el mismo paquete de la privatización de las empresas sanitarias. Por eso que este modelo de “concesión eterna” privatiza el agua desde en la fuente, vía la entrega gratuita de los derechos de propiedad sobre el agua a estas empresas privadas. Estas operaciones dejaron al estado con una participación accionaria minoritaria a través de CORFO, que de todas modos generaba ingresos millorarios al estado, pero que fue finalmente vendida en el año 2011, por el gobierno de Sebastián Piñera (RN-UDI). En este escenario y por décadas, el rol Estatal en este sector, con un mercado monopólico que se debe auto regular, es básicamente fiscalizador a través de la SISS, con un proceso de fijación de precios con escasa y nula transparencia a pesar de que compromete el bolsillo de millones de consumidores.

La privatización de las sanitarias constituye una de las razones por la cual los servicios de agua potable en Chile son los más caros de la América Latina (según un informe de la CEPAL 2003), lo que favorece a grandes trasnacionales del agua como Suez (Francia) y Agbar (Español), y en menor proporción a consorcios empresariales nacionales de la minería y el retail como los grupos Luksic, las AFPs, entre otros.

El gran argumento durante el gobierno de Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) para privatizar las sanitarias, fue la necesidad de incorporar capital privado al sector, dado las grandes ampliaciones de red de agua potable y de servicios sanitarios que el Estado debía emprender en la época. Sin embargo un análisis objetivo de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) sobre lo ocurrido en aquella década, no muestra cambios sustanciales en las coberturas en agua potable y alcantarillado por parte de los privados, ya que los estándares nacionales a la fecha eran muy por sobre la media latinoamericana. La única excepción fue el déficit de tratamiento de aguas servidas (firmado en los TLC y acuerdos OCDE) que se concreto mayoritariamente bajo la gestión del sector privado y que finalmente hemos pagamos cada uno de los usuarios hasta el día de hoy (vea su cuenta de agua: M3 recolección y tratamiento).

En este contexto y sin mayor justificación para los procesos de privatización desarrollados por los diversos gobiernos entre 1994 y 2011. Sumado a la evidencia académica e internacional que da cuenta de cómo operan las trasnacionales del agua. Cada vez toma mayor peso la tesis que la ausencia de fiscalización campea en el sector sanitario nacional y que por décadas se han dejado de hacer las obras de mantención comprometidas en los planes de obras que cada 5 años ingresan a la SISS, respaldados en una infraestructura solventes dejada por las empresas estatales de décadas pasadas.

Anteriormente inclusive se contemplaba la gestión estatal para Santiago, similar a la que aún persiste en la única Empresa Municipal de Agua de Chile (EMAPA) de la comuna de Maipú y cuyos beneficios económicos (5mil millones anuales) quedan o se pueden reinvertir en el territorio comunal respectivo. Algo muy común en los estados modernos, inclusive en los países donde poseen casas matrices las empresas trasnacionales que poseen la propiedad y gestión de los servicios sanitarios en Chile (Ver el caso de la recuperación del agua en el municipio de Paris, Francia).

Regresemos a los episodios de corte del suministro de agua

Bueno, aún no me resulta sencillo dar en la misma página de la SISS con los registros donde se anuncian las “obras programadas 2016” que dan origen a los cortes anunciados para esta semana en Ñuñoa y Providencia. Nada nuevo si recordamos episodios similares e inclusive sin previo aviso que han afectado a la población en diversas comunas de la Región Metropolitana:

Domingo 17 abril 2016. Más de tres millones de personas están afectadas por la suspensión del servicio en la Región Metropolitana.

Miércoles 8 de Junio de 2016. Rotura de matriz genera emergencia tras salida de agua en comunas de Santiago y Providencia.

Así, no queda otra que juntar agua… que a las 18.00 se corta!. Pero abrigo la esperanza que aprenderemos de los buenos ejemplos para, en un futuro próximo, impulsar agendas locales para recuperar el agua en nuestras comunas, en chile y en todo el mundo.