Declaración de Terram sobre catástrofe socioambiental de Chiloé y región de los Lagos
Frente a la catástrofe socioambiental que vive la comunidad del archipiélago de Chiloé y la Región de Los Lagos, Fundación Terram señala lo siguiente:
La catástrofe ambiental y social en la Región de Los Lagos y Chiloé es un tema de gran complejidad, el cual no solo es producto de los efectos de la Marea Roja, sus causas pueden ser múltiples y de larga data, por tanto y a la luz de los acontecimientos, son difíciles de determinar y encontrar una relación causa-efecto inmediata. Sin embargo, y pese a esta dificultad y complejidad de los hechos, consideramos que la gravedad de la situación amerita que la autoridad asuma responsablemente el desafío de abordar los problemas de fondo que aquejan a esta parte del territorio nacional, tanto en el ámbito social como ambiental.
La Región de Los Lagos y más específicamente la provincia de Chiloé es la zona donde se instaló la industria salmonera hace más de 25 años. Durante el año 2006, previo a la crisis de la industria, el 77% de la producción de salmones de Chile ocurría en Chiloé y la Región de Los Lagos, es decir, del total de la producción de salmónidos para el año 2006 (647.263 toneladas), 499.512 toneladas se produjeron en Chiloé y Los Lagos. Mientras que las cifras de producción para el año 2014 alcanzaron el récord de 955.179, de las cuales se produce el 49% en la Región de Los Lagos, es decir, 468.299 toneladas, cifra que no es muy diferente a la del año 2006. Esto demuestra que la carga de peces y nutrientes externos que se han incorporado a esta zona no ha disminuido significativamente después de la crisis del periodo 2007-2008.
La industria salmonera se ha caracterizado por presentar un desarrollo explosivo en un área del territorio nacional que no cuenta con ordenamiento del borde costero, lo que hace muy difícil la coexistencia de distintas actividades, como la portuaria, mitilicultura, salmonicultura, recolección de algas, pesca artesanal, turismo, áreas de manejos de recursos bentónicos, lo que sumado al constante tránsito marítimo entre Chiloé, su mar interior, las islas circundantes y la Región de Aysén, ha generado impactos en el ecosistema que nunca han sido medidos.
En la zona se ha desarrollado una industria salmonera favorecida desde los gobiernos de turno y que ha contado con una escasa y laxa regulación ambiental, junto a una mirada de promoción desde el Estado, en desmedro de otras actividades del territorio. Los datos recopilados en el documento “Industria del Salmón en Chile, 2002-2013”, nos permiten corroborar cómo esta industria ha crecido casi sin ninguna regulación en un corto periodo de tiempo, concentrándose durante los últimos años en las regiones de Los Lagos (principalmente en el Archipiélago de Chiloé) y en Aysén.
Nos parece interesante que el Gobierno haya designado un Comité de Científicos para estudiar el vertimiento de salmones en el mar, pero esto no es suficiente, pues es evidente que no basta con determinar el impacto del vertimiento. Se necesita desarrollar e implementar una mirada sobre la complejidad del ecosistema y las actividades productivas donde se ha desatado esta catástrofe socioambiental. Desde Fundación Terram estaremos atentos a los informes que evacué dicho organismo, como también a las competencias y capacidades de cada uno de sus miembros para emitir juicios fundados sobre lo ocurrido.
La mantención de una sostenida política de Estado pro-inversión para facilitar el desarrollo de la industria acuícola, por parte de los sucesivos gobiernos, desde 1990 a la fecha, no puede esperar como resultado acontecimientos y crisis socioambientales diferentes a la que ocurre en Chiloé y Los Lagos actualmente.
Consideramos que -aunque tarde- es el momento para que el Gobierno se replanteé la forma de actuar en la Región de Los Lagos y del archipiélago de Chiloé, pues es necesario avanzar hacia una zonificación de su borde costero y a una regulación mucho más estricta de la industria, como también del tránsito marítimo, que vaya acompañada de capacidad y presupuesto para su fiscalización en todos las actividades que se desarrollan en la zona. Nada de esto ha sido anunciado en la cuenta del 21 de mayo por la Presidenta de la República, pese a la grave situación que se vive en la zona.
Dadas las características del territorio, la sobre explotación de sus recursos naturales, los múltiples impactos ambientales y las afectaciones que ha sufrido su población, podemos señalar a Chiloé como otra Zona de Sacrificio Ambiental del país.