Crisis en TVN: El rol del Estado y la superación del "cuoteo político"
Me pregunto ¿Cuánto dinero han invertido los dueños en sus canales de televisión abierta en los últimos 20 años? ¿No es lógico pensar que para tener al menos un similar nivel de competitividad en la industria, el dueño de TVN también debiera hacer un aumento de capital, al menos para ponerse a tono con la inversión que han recibido sus competidores en este período de tiempo? Claro, esto sólo si creemos que es necesario mantener un canal de televisión pública en una industria donde hay tanta concentración en la propiedad de los medios de comunicación.
El estado de Chile es dueño de TVN y por lo tanto es responsabilidad del Estado estimular la reflexión que apunte a diseñar estratégicamente el futuro de nuestra televisión pública.
Mientras se lleve a cabo esa discusión no me parece descabellado realizar este necesario “aporte de capital” que permita que el canal implemente una política que signifique que en el corto plazo revisar sus objetivos editoriales, establecer un mecanismo de financiamiento público autónomo de la contingencia política, la creación de una entidad que vele por la calidad y cumplimiento de su misión, el establecimiento de un directorio y plana ejecutiva independiente y profesional que no represente el cuoteo político, y por último la elaboración de una programación moderna, entretenida y orientada al gran público que promueva adecuadamente los valores de nuestra identidad cultural y especialmente las realidades específicas de sus regiones.
Nada de esto se ha hecho en estos últimos años, lo que significa que más allá de los evidentes cambios que ha sufrido la industria, ha habido una pérdida del relato histórico de un canal público con una misión y metas claras como la de aquellos quienes en 1990 llegaron a dar vida a un medio que durante una década y media fue líder no sólo en audiencia sino especialmente en credibilidad, con una oferta programática que sirvió de espejo para lo que pasaba en Chile en esos años y también que fue capaz de estar en sintonía con las expectativas de la ciudadanía.
Hoy, más que nunca es necesario ayudar a TVN a salir de su crisis, sin duda parte de esa ayuda es la inyección de recursos, pero esta acción debe ir acompañada de un cambio urgente de sus equipos ejecutivos y sobre todo en las áreas de programación y prensa, asumir una realidad presupuestaria muy diferente a la de los noventa y realizar una profunda reflexión que vaya en la dirección de crear un nuevo referente de televisión pública.