Daniel Jadue detalla la Óptica Popular: "Las personas van a ahorrar entre 50 y 90 por ciento"
Reinalda del Carmen Pereira Plaza fue una tecnóloga médica, secuestra por la DINA el 15 de diciembre de 1976, cuando tenía 5 meses de embarazo. Desde este miércoles, la primera Óptica Popular de Chile llevará el nombre de esta detenida desaparecida, como un homenaje coherente a la línea que el alcalde Daniel Jadue (PC) ha querido implementar desde que ocupa el sillón del municipio.
El 15 de octubre de 2015, Jadue sorprendió con la inauguración de la primera farmacia municipal que no sólo vendía los medicamentos a precio de costo, sino que además era bautizada en honor a un militante caído en dictadura, marcando un precedente histórico. La iniciativa le ha valido el respaldo ciudadano y político, siendo imitado en al menos 51 municipios de manera transversal.
Apenas han pasado 6 meses desde que la Farmacia Popular Ricardo Silva abrió sus puertas en el primer piso del edificio municipal. Desde las 11:00 horas de este lunes, en un área inmediata, estará instalado un profesional técnico oftalmólogo y una máquina de última generación para dar vida a una óptica con precios justos y productos de calidad, según explica Jadue. Para el alcalde, esta idea es fiel a su programa de gobierno y asegura que depende de la comunidad dar continuidad a estos proyectos y fiscalizar a sus autoridades.
Luego del éxito que ha significado la Farmacia Popular, ¿Por qué esta vez elige crear una óptica?
-La óptica popular continúa con nuestra línea de hacer políticas públicas desde la vida de la gente y, en este sentido, continuando el camino de la Farmacia popular, detectamos que uno de los problemas más grandes que tienen los adultos mayores en la comuna son oftalmológicos. Muchos van a decir de nuevo: los lentes se regalan en los consultorios. Pero nosotros no estamos contentos con el servicio que ellos dan porque es muy limitado. Se regalan una vez al año a través de Fonasa y la gente no puede elegir, pues no hay modelos para escoger. Nosotros queremos el servicio de una óptica, en donde haya mucho para escoger. En donde haya un servicio de verdad, es decir, poder sacar lentes de titanium a $15.000 con la receta incluida o lentes de acetato o de plástico a $7.000 u $8.000 Esto es una oportunidad tremenda de ampliar el enfoque del derecho social, abierto a toda la comunidad, sin importar ninguna distinción igual que la Farmacia Popular.
¿Cuál es el procedimiento y quiénes pueden beneficiarse de este servicio?
-Inicialmente vamos a partir con los que viven, residen, trabajan o estudian en Recoleta. Esto es lo que permite el dictamen de Contraloría que salió de la farmacia. Hemos ido ajustando algunos procedimientos, pero sabemos que esto va a empezar nuevamente a replicarse y, por lo tanto, va a seguir siendo un tema que, esperamos, llegue a profundizarse. Nos hemos dado cuenta que es una situación incluso más compleja que la de la farmacia, porque hay mucha gente que se acostumbra a vivir sin ver. Yo conozco mucha gente que no va al oftalmólogo, que no va a la óptica porque le sale muy caro. O que tienen recetas desde hace mucho tiempo pero no logran conseguir los lentes porque no tienen el dinero. Pero lo más grave es que haciendo el análisis, el mismo que hicimos con la farmacia, llegamos a constatar que hay más de 213 comunas de nuestro país que no tienen una óptica en su territorio.
La creación de la Farmacia Popular dejó en evidencia el lucro exacerbado y la colusión de las cadenas de farmacias ¿Pasa lo mismo en el mundo de las ópticas?
-Es similar. Nosotros buscamos proveedores e hicimos un análisis muy exhaustivo, consiguiendo condiciones extremadamente ventajosas mediante licitación pública. Encontramos que podíamos traspasar el costo de nuestros proveedores y quitarle el lucro nuevamente a un área tan sensible como la salud visual, la salud oftalmológica. Esto representa una tremenda oportunidad, no sólo para los adultos mayores que es donde quizás más profundamente está puesto el foco, sino que para toda la población, incluidos niños y jóvenes que tienen problemas y que los padres hoy no tienen oportunidad de resolverlo.
¿Dónde y cómo va a funcionar esta óptica?
-Hay un área inmediata a la farmacia que hemos habilitado como zona oftalmológica, Tenemos una consulta donde atenderá un especialista que cuenta con una máquina de última generación. En el sistema de salud tenemos oftalmólogos y ellos harán la supervisión para obtener la receta de manera inmediata y gratuita. Al igual que la farmacia, atenderá de forma continuada de lunes a viernes,
¿Cuál cree que será la reacción de la oposición considerando la experiencia anterior?
- Yo creo que las críticas ya son absolutamente marginales. Hoy en dia no hay nadie que se atreva, ni siquiera por olfato político, a salir a criticar las farmacias populares. Los que detestan el modelo están abocados a tratar de boicotear, de forma directa e indirecta, a través de los laboratorios o de las cadenas de farmacias. Incluso con el último incremento en los valores de las cadenas de farmacias le están echando la culpa a las farmacias populares, lo que me parece casi un absurdo.
Efectivamente, aquellos que partieron criticando, hoy la están copiando. Por lo tanto, puedo imaginarme que si al menos de los 213 alcaldes que no tienen ninguna óptica en su territorio, deciden sencillamente prestar este servicio a su población, esto va a ser un éxito porque significa acercar un servicio indispensable dentro de la salud, que debe ser universal. Si la gente lo replica, si los alcaldes se atreven, vamos a haber llevado por primera vez en la historia de Chile, la cobertura oftalmológica a todo el país, Hay 14 comunas en la región metropolitana que concentran más del 40 por ciento de la oferta óptica del país.
En octubre pasado hubo reacciones de las cadenas de farmacias e independientes que lo acusaron de atentar contra la libre competencia, ¿Cuál cree que será la respuesta de las cadenas ópticas?
-Al igual que con las farmacias, no nos preocupa ni es tema para nosotros. Lo que hemos detectado aquí es que hay un sobre precio tremendo. Quizás por el volumen de venta de algunos se les cobra un 500 por ciento de utilidad y creemos que esa es una utilidad usurera, que daña y pone en peligro el derecho a la salud .
¿Hasta cuánto podran ahorrar los pacientes?
-Van a ahorrar entre 50 y 90 por ciento. Un tema muy similar al de la farmacia. Quizás no sea tan sensible porque es más fácil renunciar a ver bien que renunciar a tener una buena salud. Los lentes irán desde los $5.000 hasta los $15.000 en una diversidad de calidades bastante notable
En el caso de las farmacias existe una subvención de parte del municipio para aquellas personas que no pueden costear los medicamentos, ¿Se aplicará el mismo modelo?
-Está dentro del mismo esquema del programa social de subsidio a los segmentos más vulnerables de la población, pero es universal el tema del precio justo. Y en la medida que el precio justo se convierte en universal lo relevante es que vamos a tener una oferta y lo que hemos tenido como experiencia en la farmacia popular es que los pobres no abusan y pagan lo justo. Si no lo pueden pagar, lo hará la municipalidad, porque lo relevante es que se trata de un tema muy sensible para la salud.
Hoy, la extensión de la expectativa de vida es de al menos 20 años desde que uno jubila y uno no puede vivir sin ver, sin leer. No puede vivir sin hacer lo que quiere hacer simplemente porque tiene la limitante de la vista.
Me imagino que hubo aciertos y errores en la implementación de la farmacia al tratarse de un proyecto pionero, ¿qué lecciones saca de esa experiencia para aplicarlas en la óptica?
-Más que hablar de aciertos y errores, creo que efectivamente la farmacia fue un acierto completo. En la curva de aprendizaje uno va perfeccionando el procedimiento. El mismo dictamen de Contraloría, por ejemplo, nos invita a cambiar la dependencia técnica, para que esté en salud y que administrativamente dependa de ella y no de la Dideco. Esta es una diferencia técnica que teníamos pero que ya fue resuelta. Ahora tenemos menos trabas y menos incertidumbre en el tema de la óptica.
Finalmente, lo que se está poniendo en discusión es qué rol deben jugar los municipios para asegurar la calidad de vida de sus habitantes. Lo que aquí estamos diciendo es: Mira, podemos jugar un rol más activo. Creo que estos proyectos le están ayudando a Chile a terminar de salir de la dictadura.
¿Qué garantías hay de que estos proyectos trasciendan independientemente de quién esté ocupando el sillón edilicio?
Lo único que puede dar garantía de que los proyectos que benefician a la comunidad continúen, es la propia comunidad. Participando y fiscalizando a sus autoridades, y resguardando que las decisiones que se tomen vayan en directa relación con el beneficio del cuidado de la comuna y no en contra.