Patas en el Fango, inverso y yapa
Por: Andrés Ajens | 30.12.2015
Un texto de memoria y porvenir para fin y comienzo de año
Contadas veces intercambiara palabras
con Derrida, dice otro, testigo tal, ese
que nada atesta, nada asegurado, y que,
lo sabes, por un moroso saber, allende
que nada atesta, nada asegurado, y que,
lo sabes, por un moroso saber, allende
y aquende el saber, nadie atesta por él.
Ocasiones: cinco o seis. Una en París,
en 1988, en un café de la rue d’Ulm,
tras su seminario sobre nacionalismos
en 1988, en un café de la rue d’Ulm,
tras su seminario sobre nacionalismos
filosóficos: Kant, le Juif, l’Allemand; dos
en Santiago, en 1995, cuando escribiera
Un ver à soie, y otras, antes y después,
entre Santiago y París, desvío postal.
en Santiago, en 1995, cuando escribiera
Un ver à soie, y otras, antes y después,
entre Santiago y París, desvío postal.
Intercambiar palabras fuera, pero, giro
que mete la pata, intercambia; nos dirigimos
la palabra, contrafirmamos si quieres
algunos garabatos. Nada decisivo,
que mete la pata, intercambia; nos dirigimos
la palabra, contrafirmamos si quieres
algunos garabatos. Nada decisivo,
nada excepcional; la vida y la muerte
dándose, tomándose al pasar. Del enigma,
más de una vez, en traducción. De Todtnau-
berg, de Celan. De Camus y de un partido
dándose, tomándose al pasar. Del enigma,
más de una vez, en traducción. De Todtnau-
berg, de Celan. De Camus y de un partido
del fútbol en El Biar. Del adiós sin adiós
de Germán Bravo. Y tras el seminario
sobre nacionalismos en filosofía, de
Farías, Víctor. En un momento entre
de Germán Bravo. Y tras el seminario
sobre nacionalismos en filosofía, de
Farías, Víctor. En un momento entre
café y café, Derrida nos preguntara
a Germán y a mí: ¿Y ustedes, no por
ser chilenos van a estar de acuerdo con Monsieur Fariás?
a Germán y a mí: ¿Y ustedes, no por
ser chilenos van a estar de acuerdo con Monsieur Fariás?
Con y sin ironía,
la cosa, hélas, del peor gusto fuera,
vomitiva, reitera. Al dejar el café,
en marchant
vers
rue Tournefort, hablamos
ya sin hablar. Jacques El Destripador,
¡qué imagen!, de puro amor
así lo llamara el picante de Germán, a veces
metiera las patas como cualquier mortal.
vomitiva, reitera. Al dejar el café,
en marchant
vers
rue Tournefort, hablamos
ya sin hablar. Jacques El Destripador,
¡qué imagen!, de puro amor
así lo llamara el picante de Germán, a veces
metiera las patas como cualquier mortal.
Años después, demora en el giro: cómo no
meter la pata, n’est-?ce pas. Está en Flor,
dice, saludando una ínfima metida de pata,
descomunal, miles de años ha, en Monte-
meter la pata, n’est-?ce pas. Está en Flor,
dice, saludando una ínfima metida de pata,
descomunal, miles de años ha, en Monte-
verde, cogollo austral. En conclusión
sin conclusión, uy,
declusión tal: ce que le savoir
ne sait pas, c’est ce qui arrive. Voilà
sin conclusión, uy,
declusión tal: ce que le savoir
ne sait pas, c’est ce qui arrive. Voilà
ce qui arrive, sasaw si.