Patricio Basso se peleó con el mundo por decir su verdad: Las universidades son

Patricio Basso se peleó con el mundo por decir su verdad: Las universidades son "mejor negocio que la cocaína"

Por: Pablo Álvarez Y. | 21.12.2015
En entrevista con eldesconcierto.cl, el ex secretario ejecutivo de la CNA que luchó contra Harald Beyer en 2013, disparó con todo contra la cúpula DC, la poca voluntad de la Nueva Mayoría en terminar con el lucro en las universidades y los altos aranceles que han enriquecido estas instituciones. "Que Ignacio Walker se vaya con los neoliberales de Velasco y deje de convertir el partido en algo que no es", dice.

Su medio, ¿es más de izquierda o de derecha?

-¿Qué prefiere usted?

Siempre he preferido que sea más a la izquierda.

Años después de que lo expulsaran de la Comisión Nacional de Acreditación y de que luego impulsara la destitución de Harald Beyer, Patricio Basso, ingeniero matemático de la Universidad de Chile y Doctor en Ingeniería de la Université Scientifique et Medicate de Grenoble, ya prácticamente no tiene prensa.

A la fuerza se ha tenido que hacer un activo usuario de redes sociales, twitteando ante más de 11 mil seguidores, subiendo sus exposiciones a Youtube y cartas no publicadas por El Mercurio a su blog.

No es amigo ni de la cúpula de la DC ni del movimiento estudiantil. Basso se opone al cogobierno y tiene sus reparos con la gratuidad universal, pero hay un punto en donde levanta la voz más que nadie: en la lucha contra el lucro. En ese punto parece aleonarse como en sus viejos tiempos de dirigente estudiantil, y no presenta ninguna clase de reparo en decir lo que piensa. Con uno de los últimos políticos que le ha tocado interactuar, fue con el ex ministro de Educación Sergio Bitar en una charla. “La Concertación alimentó a las universidades porque tú inventaste el Crédito con Aval del Estado”, le disparó Basso frente al público.

-Y ahora Bitar es asesor del Mineduc.

Lo que es pésimo. Como ministro no lo hizo muy bien y es parte de los que tienen una visión neoliberal de la educación.

-¿Cómo vio la resolución preliminar del Tribunal Constitucional ante la glosa de gratuidad?
La decisión me parece malísima pero quisiera ver los fundamentos antes de ver qué ocurre. A mí no me hace mucho sentido que se dictamine que hay discriminación en circunstancias en que se está dando dinero a las universidades, y no a los estudiantes. A las universidades siempre se les ha distribuido en forma que no es equitativa, por lo que la discriminación siempre ha existido. No entiendo de qué manera pasamos a decir que los estudiantes son los discriminados.

-Ahora se piensa que quedarán fuera universidades como la UTEM, Los Lagos y Arturo Prat.
Son tres universidades muy malas. El Estado debería invertir más recursos en ellas para mejorarlas, pero no a propósito de la gratuidad, sino a través de aportes basales y proyectos específicos para mejorar esas universidades. El Estado no se puede dar el lujo de tener tres universidades penca, por decirlo en buen chileno.

-Pero el Estado sí se está abriendo a universidades que nunca han sido reguladas efectivamente por lucro.
Lo que pasa es que para terminar con el lucro hace falta una aclaración de qué significa que las universidades sean sin fines de lucro. Entenderás que las salas de clases y los laboratorios no lucran, son los dueños los que no deben lucrar. Bastaría una ley corta que explicite que se entenderá por lucro cualquier transacción relacionada entre la universidad y sus dueños. Punto, se acabó el lucro. Eso además de establecer el delito y las penas. Eso habría pasado soplado por el parlamento con la mayoría que tenemos.

-¿Por qué no lo hacen?
La única razón que yo encuentro es que en este país desde los comunistas hasta la UDI, desde los católicos hasta los masones pasando por los legionarios de Cristo, ¡todos tienen universidades! Entonces a nadie le interesa acotar el tema.

-Fueron parlamentarios de la DC los que partieron acusando discriminación y, a nivel de colegios, impulsaron que se admitieran transacciones entre empresas relacionadas.
Porque esos parlamentarios no tienen una concepción clara de cómo se aplican los principios del partido a la cosa concreta. Si nosotros estamos por una sociedad comunitaria, no podemos favorecer los negocios particulares o el lucro en la educación, incluso, faltando a los acuerdos del quinto congreso del partido, que dice que estamos en contra del lucro.

RELACIÓN CON LA DC

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“Cada vez cuesta más decir soy demócratacristiano"
, dice Basso, para quien en algún momento su partido perdió el rumbo. Quizás esto ocurrió a los pocos meses de la llegada de la democracia, periodo en que un amigo y camarada militante lo llamó al teléfono.
-Patricio mira, todos los que no estaban peleando ahora están con cargo…
-Tenís razón – le respondió, y decidió hacer algo al respecto.

Partió a ver a un viejo conocido, el entonces ministro Secretario General de la Presidencia, Edgardo Boeninger, y le llevó dos listas. En una estaban los DC que actualmente tenían cargo, y en la otra estaban los que él consideraba que habían dado una lucha sustantiva contra la dictadura.
-Edgardo, por favor explícame por qué toda esta gente que nunca estuvo en la lucha contra la dictadura está ocupando los cargos y todos estos otros están fuera.
Boeninger, avezado político, le respondió:
-Mire Patricio, nunca el ejército que gana es igual al ejército de ocupación.

Basso entendió, tomó sus listados y se fue. Comunicó lo hablado a sus amigos que le habían planteado las inquietudes y cerró el capítulo. Mientras tanto, en La Moneda, Patricio Aylwin acuñaba la frase "en la medida de lo posible". “Esa frase significaba avanzar tanto y cuanto no molestáramos a los militares ni a la derecha – asegura Basso -. La solución que encontraron fue hacerse con el modelo neoliberal. Y eso lo mantienen hasta el día de hoy”.

Basso finaliza su explicación con una analogía: "Esto es como el cuento de este niñito compró un huevito, solo que este es un cuento cortito y trágico: Pinochet inventó las universidades que lucran, la Concertación las financió y la derecha se las comió. No solamente no atacaron el modelo neoliberal en educación, lo mejoraron y lo financiaron. Eso es indecente".
Y hoy, ¿cómo ve a la DC?
-Es un partido que tiene una doctrina que está perfectamente vigente, pero ha caído en manos de grupos neoliberales, Ignacio Walker y su equipo, que ya la traicionaron. La DC es anticapitalista, en sus bases doctrinarias e ideológicas, y anticomunista también. Se define como un partido que cree en la sociedad comunitaria, sociedad de sociedades. Hay gente que todavía tiene los principios claros, pero cada vez cuesta más decir "yo soy demócrata cristiano". Me da vergüenza a mí. Mucha gente me dice ¿por qué sigues en ese partido?.

¿Por qué sigues en ese partido?
-En primer lugar, porque sigo pensando que sus valores humanistas y cristianos están vigentes, más allá traición a esos principios de parte de quienes han mantenido el gobierno estos últimos años. Y en segundo lugar porque Jacques Maritain, uno de los pensadores filósofos esenciales de la democracia cristiana, introdujo un concepto que es muy valioso que son las minorías proféticas de choque. Son minorías que se adelantan a los eventos para cambiar las circunstancias y así evolucione la sociedad donde están metidas. Yo seguiré siendo minoría en pos de que las cosas cambien.

¿Qué cambio se puede lograr desde la DC?
-Yo estoy convencido de que a menos de que la Democracia Cristiana cambie de rumbo, este país no va a tener nunca un cambio esencial. Hoy, te das cuenta de que el principal oponente al gobierno de la Nueva Mayoría se llama Ignacio Walker, cuyas declaraciones son indistinguibles de la UDI, son las mismas. Claro que le llama "matices" ¡Pero se ha opuesto a todo!  Ese señor debiera irse del partido. Así de simple. Que se vaya con los neoliberales de Velasco y deje de convertir el partido en algo que no es.

Los otros partidos de la Nueva Mayoría también han chocado con las últimas dirigencias de la DC.
-Lo que pasa es que solo cuando consigamos que la DC vuelva a ser lo que es, que es un partido revolucionario que está por los cambios, vamos a tener más coincidencias con los demás partidos. Incluso vamos a tener discrepancias porque algunos son bastante derechistas ya.

LAS UNIVERSIDADES, “UN MEJOR NEGOCIO QUE LA COCAÍNA”

Ya han pasado años desde que Patricio Basso elaborara las polémicas minutas financieras que demostraban el lucro en las universidades UNIACC y Santo Tomás; desde que Aníbal Vial, ex rector de esta última, presionara para echarlo de la Comisión Nacional de Acreditación;desde que Basso enviara a la Fiscalía el lucro de la U. San Sebastián; desde que se paseara por el Congreso entregando antecedentes sobre Harald Beyer en torno a estos casos buscando destituirlo; y desde que lo lograra también.

Hoy, con menos cobertura que en esos tiempos, vuelve a tomar una lucha y satura a los parlamentarios por twitter para que presten atención a lo que denuncia: la usura de los aranceles universitarios. Desde el principio de la entrevista tenía listos los papeles de su presentación, y procedió a explicar su punto.

¿En qué consiste su presentación?
-Lo que aquí trato de demostrar es que los actuales aranceles en Chile están muy por sobre la docencia, son un robo con aval del Estado. Esto tengo que demostrarlo, y lo hago mediante los siguientes puntos. En primer lugar, viendo las utilidades de las universidades. Te pongo un ejemplo, la San Sebastián se constituyó en el año 90 con 14,4 millones de pesos puestos por los socios. Luego, 23 años después, tiene un patrimonio de 37, 457 millones de pesos.

Un cambio sustantivo.
-Mire, como la gente se maneja más con los depósitos a plazo, UFs, se lo pongo de la siguiente forma: si yo encontrara un banco al que yo le pago los 14,4 millones, y me paga todos los años intereses, ¿cuánto tendría que darme para llegar a los 37 mil millones que es el patrimonio actual? Tendría que darme la ganga de UF+39% anual. No hay ningún negocio decente que de eso, es una brutalidad. Esto es un mejor negocio que la cocaína. Y eso que es después de lucrar, ya que eso está contemplado en los costos.

[caption id="attachment_64772" align="alignnone" width="638"]Diapositiva de la presentación de Patricio Basso con datos sacados del Sies del Mineduc. Pide no considerar a priori a la Universidad Alberto Hurtado, cuyo aumento de patrimonio pudo darse por un traspaso de bienes inmuebles. Diapositiva de la presentación de Patricio Basso con datos sacados del Sies del Mineduc. Pide no considerar a priori a la Universidad Alberto Hurtado, cuyo aumento de patrimonio pudo darse por un traspaso de bienes inmuebles.[/caption]

¿Cómo se llega a esas cifras?
-Si nos comparamos con el resto del mundo, según el último informe Education at a Glance de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Chile es el país de la organización que cobra los aranceles más caros del mundo. Es un escándalo, aquí hay robo. Cobra más que Estados Unidos, Corea, Japón, más que Canadá, Italia y más de 5 veces lo que cobran en España. Esas utilidades exorbitantes vienen de los aranceles más caros del mundo.

[caption id="attachment_64773" align="alignnone" width="638"]Diapositiva de la presentación de Patricio Basso, en base al informe Education at a Glance 2015. Diapositiva de la presentación de Patricio Basso, en base al informe Education at a Glance 2015.[/caption]

¿Desde lo personal, cómo has visto el tema?
-Como director de planificación del año 90 al 93 en la Universidad de Chile, y después como vicerrector de economía y administración, yo sabía que en varias carreras los aranceles que cobrábamos eran muy por encima de los costos. Nos sobraba plata, ¿qué hacíamos con ella? Teníamos que traspasarla al Fondo Común de Investigación, porque el Estado no financiaba toda la investigación. Entonces, los estudiantes o las familias estaban financiando la investigación porque el Estado no cumplía.

¿En qué proporción se pone la familia?
-Según un dato también de la OCDE, Chile está en el tercer lugar de los menores aportes fiscales. Cobramos caro, pero el grueso del gasto lo está haciendo la familia. El patrimonio que tienen estas universidades no es de ellos, es de los estudiantes que lo formaron y de las familias que pagaron. Además hay un agravante terrible: en promedio, más del 40% de los estudiantes que ingresan no se titulan ¡nunca! Los engañamos. Entonces todos estos que cacarean que el modelo es excelente porque se masificó y le ha permitido a los jóvenes acceder, sobre todo a los de más bajos ingresos, saben que justamente a ellos les estamos robando, porque quedan endeudados, si no tenían becas, y sin título.

¿Cuál es la solución a todo esto?
-Es urgente que se aclaren los costos de la docencia y de la investigación, y esta última, en caso de ser de calidad, se financie en un 100%. No tengo las cifras, pero estoy casi convencido que si se financia por separada la investigación y se ajusta la docencia a los costos, se puede entregar la gratuidad ahora, porque tienen que bajar los precios.

Pero no hay iniciativas para que sea así, ¿ve alguna otra salida más factible actualmente?
-Claro, como no se puede hacer ahora dado que no hay las herramientas legales,  lo que yo haría es que como el Tribunal Constitucional no dejó hacer lo que el gobierno propuso, agarraría esa plata y crearía un fondo concursable de gratuidad. Todas las universidades postulen a cierta cantidad de becas de gratuidad, pero la condición es que en ellas no pueden cobrar un peso más por el copago. Entre los criterios para evaluarlo estarían los años de acreditación y el precio. Estoy seguro de que bajarían los precios.

¿Cree que debieran darse estas discusiones antes de la gratuidad?
-Tienen que ir de la mano. Supongamos que hubiera gratuidad, por lo tanto las familias dejan de pagar. Si el Estado paga a los aranceles que están cobrando, estaría el Estado mismo creando los patrimonios. El problema de los aranceles extremadamente caros es independiente de si hay o no hay gratuidad, porque si no hay gratuidad, en parte lo paga la familia y en parte el Estado, y si hubiera gratuidad plena, el Estado estaría regalándole plata a los privados y a las universidades estatales. Ahora, la verdad, mi impresión es que, con 69 años, dudo que mis ojos alcancen a ver algún día la gratuidad total.